La feriecilla domada

Jorge Ángel Pérez (desde Cuba)

27.04.2022

La Feria del Libro ya no está del todo en La Cabaña, ¿el régimen temía un 27N, un 11J?

 

No suponga usted que hay en el título un descuido, no crea que donde escribí feriecilla debí escribir fierecilla. Aunque lo haría con gusto no voy a acercarme a Shakespeare ni a su obra. No voy a comentar una pieza teatral y tampoco una película. Acá no habrá comentarios sobre Liz Taylor y sus ojos violáceos. Si algo me interesa es la feriecilla del libro (Feria Internacional del Libro de La Habana) y algunos de sus acontecimientos.

La feriecilla ya fue inaugurada hace unos días, debí escribir parida, y lo peor, con fórceps. El parto era de dudoso pronóstico, de altísimo riesgo, casi de muerte. La cuna de la feriecilla no es la misma de antes, al menos no del todo. La feriecilla mantiene en algo el espacio de los últimos años, pero también otros. Resulta que la Feria fue ahora a la calle, a los parques, a los barrios. La Feria se descongestionó un poco, se dispersó, la dispersaron. Y sin dudas están los que suponen que en su expansión se hará más popular, se democratizará. Habrá quien crea que la Feria fue, incluso, en busca de la gente, que no esperó por esa gente en su recinto habitual, pero eso no es nada serio, nada cierto. La feriecilla del libro de La Habana se transforma, ¿y para bien?

La Feria del Libro ya no está del todo en La Cabaña, la Feria solo está un poquito en La Cabaña, y quizá pensemos que esos cambios tienen que ver con lo complicada que está "la cosa con el petróleo". Y podría ser cierto, de hecho lo es..., pero también esas galerías/galeras de La Cabaña son muy cerradas, son muy oscuras, son estrechas, y hasta podrían provocar algunas tristes recordaciones, ciertas suspicacias. Y es que esas galerías/galeras tienen una historia muy oscura, muy sangrienta. Allí tuvo el Che Guevara su comandancia, y allí cometió miles de atropellos, un sinfín de vilezas que no deben recordarse.

Allí, en ese sitio de bajezas y crímenes estuvo la Feria, y allí fue su inauguración, pero los tiempos son otros, y allí podrían reaparecer muchos fantasmas, los fantasmas de muchos muertos, y quien duda que hasta escuchemos las órdenes de preparar las armas, de apuntar, las órdenes de disparar, de descargar ráfagas continuas de fusil, de fusiles que de seguro ya están preparados, aceitados para que fluya el proyectil sin interrupciones, en torbellinos. Así será, al menos eso creo, en cada uno de los segundos que dure la "fiesta del libro". ¡Preparen, apunten, fuego!; y entonces las descargas de fusiles.

Es cierto que intentaron hacernos creer que tales decisiones tienen que ver con lo complicada que está "la cosa" con el combustible, que La Cabaña como único punto de reunión es un nido para la COVID-19, y que es revolucionario todo cambio, cualquier expansión del evento, que ganará más popularidad cada vez. La Feria, ellos nos harán creer, se acerca a la casa, va en busca de la gente, les lleva libros casi hasta la puerta. ¿Algo puede ser más popular? ¿Algo sería más democrático y humano?

Yo pienso que tuvieron otras razones. Creo que pensaron que la Feria en La Cabaña podría convertirse en un 27N, en un 11J, y de ahí la necesidad de descentralización, de dispersión. La Feria en cualquier rincón de la ciudad, casi en la casa de cada cual, sin concentraciones, sin posibilitar los tumultos, las "pendencias". Y junto a esas estrategias nos llegaron también otras noticias. Anunciaron que el Fondo de Cultura Económica de México abrirá una nueva librería en ese espacio en el que antes estuvo la librería Fernando Ortiz, y a la que llamaron Tuxpan, el nombre de ese punto de la geografía mexicana desde donde saliera el yate Granma con Fidel Castro y ochenta y tantos hombres más, y que desembarcara luego en "Las Coloradas", una playa del oriente del país.

Resulta extremadamente curioso que a nadie le pareciera raro ese cambio de apelativo a la librería Fernando Ortiz, ese mismo Fernando al que han estado llamando desde hace mucho el segundo descubridor de Cuba. Y nadie, hasta donde sé, se atrevió a opinar, a enfrentar tal decisión, ni siquiera Miguel Barnet, quien se supone el mejor discípulo, su reencarnación. Miguel Barnet se quedó mudo, como cada vez, y terminó mostrando sus acostumbradas aquiescencias, sus inclinaciones ante el poder, su arrodillamiento.

Es muy curioso que en Cuba desaparezcan, una tras otra, las tantas librerías que La Habana tuvo, y toda la isla, antes de que bajaran los barbudos iletrados. Es increíble que ese monumento a la lectura que fue "La Moderna Poesía", ese templo art decó, se caiga hoy a pedazos, y que también estén desahuciadas esas otras dos que la escoltaron desde la otra acera. Es triste que en la calle del Obispo solo quede una pequeña librería a la que hace algunos años llamaron Fayad Jamís, un poeta venerado por los comunistas.

Resulta increíble que ni siquiera Miguel Barnet, "fiel devoto" del sabio Ortiz, y quien se supone su heredero, casi su hijo putativo, no abriera su boquita empalagosa para defender el nombre que tuvo desde hace años la que ahora se llamará Tuxpan, como ese punto de la geografía mexicana desde donde salió el yate que cargara nuestra mayor desgracia. Sin dudas ese nuevo apelativo no hace honores a la lectura, pero sí a una "revolución" castrista y castrante. Una revolución de "feriecillas domadas". Y habrá que seguir hablando de esta Feria fiera, habrá que seguir atentamente a la librería Tuxpán, y a sus títulos, y a los precios de esos títulos. ¿Habrá que pagar en USD, en pesos mexicanos?

Publicado en Cubanet, el 26 de abril de 2022

Jorge Ángel Pérez nació en Cuba (1963), donde vive, es autor del libro de cuentos Lapsus calami (Premio David); la novela El paseante cándido, galardonada con el premio Cirilo Villaverde y el Grinzane Cavour de Italia; la novela Fumando espero, que dividió en polémico veredicto al jurado del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos 2005, resultando la primera finalista; En una estrofa de agua, distinguido con el Premio Iberoamericano de Cuento Julio Cortázar en 2008; y En La Habana no son tan elegantes, ganadora del Premio Alejo Carpentier de Cuento 2009 y el Premio Anual de la Crítica Literaria. Ha sido jurado en importantes premios nacionales e internacionales, entre ellos, el Casa de Las Américas.

Foto: FIL de La Habana / La Cabaña / Agencia Cubana de Noticias (ACN)

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2022-04-27T07:55:00

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