Querido hermano, perdimos a nuestra madre
Juan Pedro Ribas
10.05.2021
Los trabajadores del servicio fúnebre se la llevaron sola en la madrugada lluviosa y fría de un viernes de abril. Como hubiera querido sentarme a su lado y contarle tus novedades, que acortaban la distancia entre Montevideo y Gibraltar.
Decirle a ella, una esforzada de la vida, que tu esfuerzo fructificaba y mitigaba la nostalgia de la distancia; contarle de ese reconocimiento inédito para un sudamericano y un uruguayo que te realizo la UEFA distinguiéndote entre los técnicos más destacados de Europa.
Pero hagámosle un homenaje a ella; nuestra madre no estaba en el sistema, me dio la impresión que casi con 91 años e incapacidad cognitiva estaba como descartada.
Llame para que la vacunaran y me informaron que no estaba en el sistema, que llamara aquí, que llamara allá y que volviera a llamar más allá.
Cuando el médico de urgencia de La Asociación Española ordenó el hisopado, fui hasta la Sociedad y me dijeron que en 48 horas lo realizarían; nunca llegaron, ni siquiera un llamado para avisar que no lo harían.
Mamá murió, Dios lo quiso así, no busquemos reproches porque el Sistema de Salud de Uruguay ha sido un baluarte.
Pero quiero que sepas, vivió un pequeño gesto heroico y anónimo, no fue su iniciativa porque la iniciativa y orden partió del Presidente de la República, pero ella la apoyo sin protestar.
Su jubilación estaba justo en la línea y por tanto recibió el descuento del aporte solidario para la vacuna y la lucha contra el COVID.
Quiere decir que la humilde maestra y profesora, integrante como tantos y tantas de la Administración Publica, nacida en el barrio López de Tacuarembó, próximo a La Laguna de las Lavanderas, la que como tú sabes trabajo de sol a sol y después del sol en liceos, escuelas y liceos, sin faltar con lluvia o sol, puso su granito de arena para la vacunación de todos.
Y eso es un pequeño heroísmo, porque también colaboro para la vacunación de los muy ricos, de los ricos y los privados, muchos de los cuales ganan de cinco a diez veces más que ella.
Son los llamados "malla oro" eximidos de aportes para colaborar en esta lucha titánica y en la campaña de vacunación y muchas veces con consideraciones especiales.
Esa filosofía ha atraído la admiración de las clases altas de los países vecinos, provocando inclusive una migración de poderosos a nuestro país, que quizás haya sido considerado como un paraíso.
Pero yo querido hermano, y esto es personal, mi absoluta responsabilidad que no roza a nadie y mucho menos a ti, me reafirmo en mi lugar, en la vereda de enfrente y del lado de los humildes, los desplazados y postergados.
Gracias a Dios, hombres probos como el Papa Francisco y empresarios como Virginia Disney y Bill Gates comienzan a hacer oir sus voces y en la esfera del Reino Unido donde tú estás, en Estados Unidos y en varios países de Europa donde has estado, los gobiernos están apostando a recaudar fondos provenientes de los que más tienen.
Juan Pedro Ribas
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias