¿Pediremos perdón? Esteban Valenti

21.04.2025

"El arrepentimiento no es más que la tristeza de haber hecho el mal." Jean-Jacques Rousseau

¿A quién? ¿Por qué? Son preguntas inseparables. Hubo momentos, épocas en que los seres humanos tuvieron que realizar balances de su historia con un gran sentido de arrepentimiento o simplemente tratar de olvidar. Eso sucedió con determinados pueblos, sometidos a la barbarie, al crimen, a la destrucción de otros pueblos, a la esclavitud propia o impuesta a otros. Tiempos de barbarie.

Nunca antes esa posibilidad estuvo planteada a nivel global, realmente mundial, como ahora. Solo se puede comparar con el peligro que existió del triunfo de nazi-fascismo en el siglo XX. No fue solo una guerra, la segunda de carácter realmente mundial, fue el peligro que una visión de dominación destructiva, de eliminación de amplios sectores de la humanidad en muchas partes del mundo y un dominio despiadado de una supuesta supremacía racial.

En el año 1945, luego de 6 años de ferocidad y no solo en el plano bélico y la brutal violación de todos los derechos humanos y de exterminio de la manera más cruel de millones de personas desarmadas e indefensas, a lo que hay que agregar el expandirse de una ideología de la superioridad y de la barbarie. Los campos de concentración, los guetos son la síntesis física de esa ideología brutal.

Pero nos dejó lleno de interrogantes: ¿Cómo y cuando asumimos los niveles de la barbarie, de los exterminios del pueblo judío, de los rusos, de los gitanos y de otros miles y miles de seres humanos a través de una maquinaria implacable de asesinato? El asesinato estaba acompañado de discursos, de ideas, de conceptos bárbaros.

Durante demasiado tiempo, la mayoría de la humanidad convivió con ese extermino sin un nivel básico de denuncias, de horror acorde a lo que estaba sucediendo bajo nuestras narices. No solo en los países donde esa barbarie sucedía, sino en el resto del planeta. Nos despertamos realmente muy tarde, demasiado tarde. Aunque la guerra se haya ganado contra los nazis, los fascistas y los bárbaros japoneses. No olvidemos a ninguno, a los fascistas húngaros, los primeros desde 1918, los rumanos, búlgaros y fascistas de Francia, de España, de los Balcanes, de Lituania, Letonia y Estonia. Además de alemanes e italianos.

Veníamos además de las terribles purgas stalinistas con millones de muertos, en otra situación pero también feroces, aunque la URSS luego fue un factor fundamental para derrotar a Hitler y sus ejércitos.

Esto no quiere ser una reconstrucción histórica, sino una comparación, los tiempos no se repiten, no se copian pero nos dejan lecciones dulces o muy amargas.

No lo decimos con la fuerza suficiente, pero estuvimos dormidos, ciegos y sordos ante el sufrimiento de millones de niños, de mujeres, de hombres exterminados en los campos en Europa y en Asia. Nos despertamos tarde y con enorme mediocridad. En parte deberíamos sentirnos culpables de los asesinatos en masa de judíos, de chinos, de rusos, eslavos, coreanos y muchos otros.

Dejamos que se instalara "La banalidad del mal", personas comunes cometiendo crímenes atroces, cono dijo Hannah Arendt  y "El mal no es nunca 'radical', solo es extremo, y carece de toda profundidad y de cualquier dimensión demoníaca".

La diferencia es que ahora nadie puede escudarse como en 1941 o 1942 que no lo sabemos, la globalización, en el tiempo de los mayores avances tecnológicos globales y en particular en la información y la comunicación, todos podemos y deberíamos preocuparnos por saber lo que está sucediendo bajo nuestras narices.

Hoy un país poblado por la mayoría de los sobrevivientes de los campos de concentración, del holocausto nazi, está exterminando a otro pueblo, bomba a bomba y lo único que cambió es que en lugar de construir campos de concentración, transformó un territorio habitado por más de 2 millones de personas en un gigantesco campo de exterminio.

Un ejército, decenas de miles de jóvenes, armados con la mejor tecnología disponible, destruyendo cada rincón, cada hospital, cada escuela, cada casa de Gaza o las misiones de las Naciones Unidas y todos los días. ¿Y nosotros?

Miremos alrededor en este preciso momento, nuestro hogar, nuestra familia, nuestra ciudad, nuestros libros, nuestras cacerolas, nuestro televisor o nuestra pantalla de computadora, nuestra agua y nuestros alimentos y por un solo instantes tratemos de imaginar esos pobres cientos de miles de seres humanos arrinconados en esa tierra arrasada, bombardeada y atacada con tanques todos los días, sin agua, sin comida, sin medicinas, sin nada. ¿Podremos hacerlo?

Y nosotros casi sin hacer nada. Mirando a veces cuando los grandes medios de comunicación se dignan informarnos lo que sucede todos los días, sin falta. Pero si queremos sin importar que posición política tenemos, ni que color de piel tenemos, ni donde nacimos, o que religión practicamos, si queremos podemos conocer lo que está sucediendo en Gaza, en Cisjordanía, en Palestina. Como nos tendríamos que haber informado de como exterminaban a nuestros hermanos en Auschwitz-Birkenau, Treblinka, Belzec, Sobibor, Chelmno y Majdanek.

O el horror en los guetos de Gueto de Varsovia (Polonia), el más grande de todos que llegó a superar las 400.000 personas, el  Gueto de Lódz (Polonia), Gueto de Leópolis (Ucrania), Liviv, Gueto de Vilna (Lituania), conocido como la "Jerusalén de Lituania" por su rica vida cultural judía, este gueto fue devastado por los nazis, Gueto de Cracovia (Polonia), Gueto de Minsk (Bielorrusia),Gueto de Budapest (Hungría), establecido relativamente tarde en la guerra, en 1944, este gueto fue testigo de intensas atrocidades.

A miles de kilómetros en los años 1937 y 1938 en un infame crimen de guerra,durante varias semanas, soldados japoneses asesinaron, torturaron y violaron a cientos de miles de civiles chinos en la ciudad de Nankín, entonces capital de China. Ni siquiera le rendimos tributo ahora, no se vaya a ofender el muy civilizado pueblo japonés. Total no hay chinos en nuestros países que nos hagan recordar que las estimaciones más serias afirman que murieron entre 10 y 20 millones  las muertes civiles chinas Estas cifras incluyen muertes causadas por masacres, hambrunas, enfermedades y trabajos forzados.

Es posible que no haya palestinos que nos vengan a recordar en el futuro cuando fuimos casi que un silencio y una ausencia cuando el gobierno de Israel y sus fuerzas armadas, que nacieron de un movimiento "terrorista"  masacraron al pueblo palestino.

Nacieron del Irgún llamado terrorista por combatir contra el imperio británico, con atentados contra hoteles y muchos objetivos civiles y militares.

A nosotros nos horrorizó el ataque del 7 de octubre por parte de Hamas, y más nos asquea ahora que sabemos por boca de los servicios de inteligencia y la prensa occidental, que el ataque era conocido desde hacía varios meses por parte de Israel y su imponente aparato de seguridad e inteligencia. Y no hicieron nada y reaccionaron con 12 horas de atraso luego de la invasión de Hamas que penetró 22 kilómetros en territorio israelí.

Y los ciudadanos, varios partidos políticos de Israel, mantienen en el gobierno a un delincuente, acusado y procesado como Benjamín Netanyahu. Y que no es un accidente, fue primer gobierno entre 1996-1999,  2009-2021 y desde el 2022 a la actualidad.

Si alguien tiene alguna duda de su obra, recorra a Internet, o a cualquiera de las plataformas de Inteligencia Artificial y busquen imágenes de Gaza hace 3 años y en la actualidad. No es tan difícil.

Y sigamos mirando impávidos como nos masacran un poco a todos, a nuestros niños, nuestras mujeres y nuestros hombres que viven en una estrecha zona del Sinai.

"El arrepentimiento es la medicina del alma." Miguel de Cervantes.

Hay algunos que no tienen cura.

Esteban Valenti
2025-04-21T06:44:00

Esteban Valenti.

Trabajador del vidrio, cooperativista, militante político, periodista, escritor, director de Bitácora (www.bitacora.com.uy) y Uypress (www.uypress.net), columnista en el portal de información Meer (www.meer.com/es) y de Other News (www.other-news.info/noticias).