CALLE A CALLE MVD (*)

¿Un militar radioactivo?

28.04.2025

MONTEVIDEO (Uypress/Daniel Feldman) – De purísima casualidad descubrí la calle que hoy nos convoca, a pesar de pasar casi cotidianamente por ella.

 

Generalmente la ilustración de portada de esta serie de notas corresponde a la placa con el nombre de la vía a la que nos referiremos.

Hoy no sucede así. No es por displicencia, ni por estar imbuido de un ánimo de innovación. No. Simplemente porque no hay chapa que nos indique el nombre de este breve callejón que, por unos cuarenta metros y sin salida, discurre por el barrio Parque Rodó.

A pesar de su brevedad, la calle Cabo Polonio tiene algunas casas, pocas; el contrafrente de un edificio cuyo frente da a la calle San Salvador y es el emplazamiento, en toda su extensión por la acera norte, del liceo número 5 José Pedro Varela, que en la década de 1930, cuando se inauguró, estaba emplazado en la calle Canelones entre Eduardo Acevedo y Jackson.

Un cabo puede ser un militar de la clase de tropa inmediatamente superior al soldado o marinero e inferior al cabo primero.

Así las cosas, podemos imaginarnos al militar Polonio cuadrándose marcialmente frente a sus superiores, dispuesto a cumplir las órdenes -siempre incuestionables y exentas de toda duda- de estos.

El polonio es un elemento químico, cuyo símbolo es Po, altamente radioactivo, emisor de partículas alfa, descubierto en julio de 1898 por la dos veces premio Nobel Marie Curie-Sklodowska y su esposo Pierre Curie.

Si bien ese no fue su nombre inicial, posteriormente fue renombrado en honor a Polonia, la tierra natal de Marie Curie. Por esos tiempos, no era un país independiente, estando bajo el dominio de Prusia, Rusia y Austria, y la famosa química tenía el anhelo de añadirle notoriedad.

Elemento que goza de fama, más que por sus propiedades intrínsecas por haber sido utilizado en asesinatos, como el del exespía ruso Aleksandr Litvinenko, supuestamente envenenado con polonio vertido en una taza de té bebida en una reunión de amigos exespías en un hotel de Londres.

Algunas investigaciones sugieren que Yaser Arafat, el histórico líder de la Organización para la Liberación de Palestina, también fue envenenado con polonio.

Por ahora, vamos teniendo tropas militares y un elemento químico altamente radioactivo, lo cual puede conducir a un cóctel nada envidiable.

Pero no seamos tan rebuscados: un cabo también puede ser una lengua de tierra que penetra en el mar.

Como todos los lectores ya deben haber concluido, la calle Cabo Polonio de la que hablamos, que nace en Joaquín de Salterain y muere, sin salida, pocos pasos hacia el este, homenajea al poblado costero del departamento de Rocha, donde se yergue el faro más oriental del país.

El Cabo, para algunos, el Polonio para otros, ha recibido la visita de muchos orientales y extranjeros, algunos con más asiduidad que otros, atraídos por esa fascinación de lo agreste y perdido de la civilización... ma non troppo.

Bien, todos de acuerdo hasta ahora. Ya sabemos lo que es un cabo -desde el punto de vista geográfico-, y sabemos de qué se trata el nombre de la calle. Pero, ¿por qué Polonio? Descartemos de plano que sea un homenaje al descubrimiento de la célebre Madame Curie.

Circulan dos versiones sobre el origen del nombre finalmente adjudicado al accidente geográfico rochense.

Un galeón es una nave de gran porte, de vela, con tres o cuatro palos. Se lo define también como una nave que, saliendo periódicamente del puerto de Cádiz, arribaba a determinados atracaderos del entonces Nuevo Mundo, mirando algún siglo hacia atrás. Pues bien, se dice que Polonio era el nombre de un galeón que zozobró frente al promontorio homónimo en la noche del 31 de enero de 1735. Y poco o nada más.

Como digresión, podemos contar que un par de siglos después, un transatlántico alemán, perteneciente a la naviera Hamburg Südamerikanische Dampfschiffahrts-Gesellschaft -la hoy famosa Hamburg Süd- llevó el nombre de Cap Polonio, tomándolo del Cabo Polonio, que tomaba su nombre de...

El Cap Polonio sirvió un breve período como crucero auxiliar en la Primera Guerra Mundial, y luego volvió a su servicio civil, cubriendo la ruta Hamburgo - Buenos Aires.

A manera de anécdota, no hace mucho se fabricaba una grappamiel artesanal, presentada en una muy coqueta botella, cuyo nombre era Polonio 1735 (con perdón del peligroso y radioactivo Polonio 210).

(La barra admiradora de Stuani)

La otra versión sobre el nombre, como no podía ser de manera diferente, también involucra a una embarcación, en este caso la Nuestra Señora del Rosario, Señor de San José y las Ánimas; y a un italiano un poco pasado de copas.

Al igual que la otra versión, hay un naufragio en esta historia, que habría ocurrido también un 31 de enero, pero de 1753, y en que la susodicha nave, comandada por Joseph Polloni, cesó sus andares frente a nuestras costas. Si bien no hay registros exactos sobre lo que habría ocurrido, los hilos de la historia cuentan que don Polloni habría bebido en exceso, y a manera del borracho que afirma "yo manejo mejor con unas copas encima", en medio de las embravecidas aguas condujo a la nave hacia las rocas. Y del barco de Polloni (como se abreviaba el extenso nombre de la nave) a Polonio, hubo un solo paso.

En suma, hemos intentado aunar algunas palabras para dar cuenta de un corto callejón, que ni chapa con su nombre tiene, lo que puede convertirlo en difícil de descubrir.

 

Imagen de portada: una expresión de arte mural nos recibe al ingreso de la calle Cabo Polonio, en la esquina con Joaquín de Salterain

(*) CALLE A CALLE MVD pretende acercarnos al por qué de los nombres de las vías públicas de la ciudad... y tal vez a otros desvaríos

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Daniel Feldman
2025-04-28T00:48:00

Daniel Feldman | Periodista