¡Exorcicémonos..!

Alberto Rodríguez Genta

01.12.2016

El domingo 20 de setiembre, 2016, el diario El País recoge, en un trabajo de la periodista Valeria Gil, un raconto de decepciones y desencantos de diferentes compañeros del Frente Amplio. Varios de ellos comparten inteligentes artículos en el medio informativo Uypress, en el cual yo también suelo colaborar. Y se suman a otros de enorme valor militante, nombrados en mi artículo anterior: “Epícteto tenía razón! No son las cosas las que perturban a las personas..”.

Yo me permito  recordar, ya que hablamos de cosas que perturban a las personas,  que estas nuevas  perturbaciones dentro del Frente Amplio, no  son ni algo nuevo ni reciente; han existido desde los momentos mismos en que el General Seregni enfrentó, en más de una oportunidad, luchas y protagonismos intestinos, los cuales lideró con autoridad moral, convicción y decisión. Quizá lo que nos falta, es liderazgo!

No es que hoy pretendamos ignorar los errores y lavar las decepciones frente a compañeros que -indudablemente -no estaban preparados para asumir roles que les quedaron grandes. Las empresas privadas pagan exorbitantes remuneraciones a ejecutivos que saben gestionar la eficiencia empresarial. Y sin embargo, el problema no está en los altos salarios que deben pagar, sino en encontrarlos,  identificarlos, y conquistarlos. Allí no valen simpatías, coincidencias ideológicas, ni preferencias subjetivas. Lo único que cuenta es la preparación y la eficiencia. Algo que frecuentemente, en política, no es tenido en cuenta.

Durante el VI Congreso del Frente Amplio, realizado los días 26 y 27 de noviembre, una integrante del comité "Morroni", de Buenos Aires, señaló - argumentando a favor de la extensión de los debates: "La eficiencia es un concepto neoliberal, compañeros". Y no puedo estar de  acuerdo con la desvalorización que hace la compañera del "Morroni",  por cuanto, por no valorar la eficiencia, es que enfrentamos hoy una severa crisis dentro del FA. Recordemos que "eficiencia", es "poder y facultad para obtener un efecto determinado"; y no creo que el efecto determinado obtenido por la gestión de algunos compañeros, en la función pública, haya sido el deseado. Y porque "eficiencia" también es, según el diccionario,   "aptitud, competencia, en el trabajo que se desempeña". Y aquí, se nos fue la moto!

En nuestro pequeño Uruguay tenemos ciudadanos y funcionarios en la administración  pública  sumamente eficientes. De lo contrario, no  seriamos hoy referencia mundial en temas como la tecnología y las comunicaciones; líderes en América Latina en desarrollo digital; pioneros en la trazabilidad bovina;  ejemplo mundial en el extraordinario cambio de la matriz energética; referentes mundiales en turismo; el principal hub de servicios portuarios de la región; lograr el mayor porcentaje de clase media de América Latina y el Caribe; y...¿cuánto más..?

¿Cómo y porqué es posible entonces que, habiendo excelentes y preparados compatriotas, nos equivocamos alegremente en la designación de otros compatriotas para ocupar  responsabilidades en las empresas emblemáticas del país? Me dirán que en política hay que cumplir con las cuotas partidarias, y que era necesario compartir los espacios del poder con los representantes de una izquierda emocional y combativa que reclamaba sus derechos. Y esto me trae a la memoria  una entrevista internacional muy comentada, a un personaje en su momento muy renombrado, por su rutilante éxito empresarial.

En el año 2010, Charles Rose, uno de los mayores exponentes del reportaje a nivel mundial, entrevistó al empresario brasilero Eike Batista, en el canal Management TV. Batista era considerado en ese entonces,  como "el pesce grosso, mais grosso do mundo". "Tiene más futuro que Bill Gates", lo definía Carlos Maggi, con motivo de su posible asistencia a un encuentro organizado por una serie de empresarios en apoyo a José Mujica, en el Hotel Conrad. "Si se encapricha, puede comprar el Uruguay y llevárselo", aseguraba Maggi. Pero  Eike no vino a la reunión, y quizá por eso, el Uruguay sigue estando donde estaba.

Y es que Eike Batista era un hombre de mucha suerte y mucho, mucho dinero en efectivo. Compró con 1.500 millones de dólares, yacimientos de petróleo en la costa de Brasil; y cuando los pozos fueron testeados, arrojaron un resultado más positivo que todo lo previsto. Una fortuna inimaginable. Además, el hombre que aseguraba que quería ser el más rico del mundo, nació bien. Su papá es dueño de la exportadora de hierro más grande del mundo: "Vale do Rio Doce." Y sin embargo Eike, quien declaraba su admiración por Henrique Cardoso, aclaraba haber votado por Lula. ¿Por qué esta aparente dicotomía?

Y se lo explicaba así a Charles Rose-"El milagro brasileño se llama Henrique CardosoDejó un país contemporáneo alejado de la manipulación política, la corrupción y el populismo. Ordenó todo.( ) Un país de tamaño continental, que mantiene su seriedad por 16 años, cobra presencia". Pero luego, agregó esta sabia reflexión: "Un país no puede avanzar sin exorcizar su izquierda y Lula era la oportunidad. Sólo un hombre auténticamente de izquierda, puede obligarla a vomitar todos sus demonios anacrónicos".

Y más adelante aclaraba: "Exorcizar la antigüedad ideológica es una bendición". Y estas declaraciones llevaron a afirmar a su vez al uruguayo Carlos Maggi, en su columna dominical que "Si Mujica exorciza, como viene exorcizando a la izquierda uruguaya, gran exorcista será". Y Mujica exorcizó, sin duda; dando oportunidades sin límites a la izquierda uruguaya para que, tomando espacios, vomitara todos sus demonios anacrónicos. Y con ellos también, todos los errores que se podían cometer, por falta de aptitud, y competencia. Empezando por el propio Mujica! Y por ello, toda aquella enorme credibilidad que fue prolijamente elaborada y concretada durante el primer gobierno frenteamplista, se fue desmoronando. Y en la medida que el personaje principal tomaba protagonismo individual, la gestión del Frente Amplio se fue deteriorando.

Así que todo esto que está pasando dentro del Frente Amplio, no es ni para magnificar ni para hacer pucheros...Simplemente, era inevitable y necesario, para que nos conozcamos más a fondo.  Porque somos muchos y muy diversos. Porque hay muchas concepciones de izquierda. Porque en la medida que todos y cada uno de los miembros de la familia van desempeñando cargos, responsabilidades, y capacidades, es la única forma de que esos demonios anacrónicos salgan a la luz, se expresen, se prueben,  y podamos calibrar  su poderío transformador. Y por ello hoy, ante un nuevo Congreso del Frente Amplio, y un nuevo Presidente, hago votos para que Javier Miranda pueda ser el gran exorcista de la coalición gobernante! Porque los errores se pagan. ¡Y se pagan caro! Y los estamos pagando.

En mi artículo anterior en Uypress, reflexioné que hay que volver al concepto original, y ponernos en el lugar de nuestros padres inspiradores: ¿Qué hubiera hecho Seregni -por ejemplo - en estos casos? ¡Es posible que se hubiera enojado! Y que una vez más nos hubiera gritado bien fuerte, desde allí, desde esa Plaza que lleva su nombre, aquella máxima que yo repito una y mil veces: "Constituye muchas veces un escape fácil frente a nuestros errores, achacar, repito, todo al imperialismo y a la oligarquía. Y no es así. Debemos medir cuidadosamente nuestros errores como única forma de superarlos y de marchar por la buena senda. Porque no es la derecha la culpable de nuestros errores, sino nosotros mismos".

Ahora que nos enfrentamos pues,  a este nuevo escenario, más inestable pero también más real, el Frente Amplio debe exorcizar sus demonios anacrónicos para poder elegir sus mejores hombres y sus mejores valores de cara a las definiciones que marcarán su futuro. Solo me inquieta recordar el pensamiento de Nietzsche en la Teoría del Eterno Retorno, afirmando que  "todo lo ocurrido, volverá a ocurrir". ¡Cuánto desearía que Nietzsche se hubiera equivocado!

Amen.

Alberto Rodríguez Genta
2016-12-01T14:46:00

Alberto Rodríguez Genta