Actitud progresista frente a la crisis*
Alfredo Asti
02.10.2012
Algunos actores políticos y analistas económicos intentan comparar nuestra situación actual con las vividas en los años anteriores a las crisis de los ochenta y principios del dos mil.
Muchos olvidan u ocultan, en ese análisis, diferencias sustanciales con lo que pasaba en los años del entorno de las crisis de 1982 y 2002, finales de breves ciclos de crecimiento y bonanza económica. En aquellos tiempos se manejaban políticas económicas macro y micro, opuestas a las que hoy se aplican y que en aquellos años alentaron o profundizaron algunas de las vulnerabilidades que luego desembocarían en las crisis, con sus dramáticas consecuencias.
Solo vamos a citar algunos ejemplos de aquellos tiempos y en contraposición la situación de los últimos años en el contexto de crisis internacional:
1.La histórica tasa de crecimiento anual del PBI eh la segunda mitad del siglo XX y primer lustro del XXI, entre el 1 y 2%, quedó atrás, en los últimos años se registra un crecimiento* sostenido del 6% anual promedio, superior al promedio de la región y a pesar de la crisis internacional, las estimaciones para el corriente y los próximos años son del orden del 4% del PBI
2.Una política fiscal desordenada con altos y permanentes déficit que se financiaron con endeudamiento de alto costo contraído en la emergencia. El déficit fiscal promedio anual como % del PBI fue del 9% en los años 1982-1984 y a más del 4% entre 1999 y 2002, sin considerar las asistencias al BHU, que para la crisis de 2002 ascendió a U$S 1.000 millones. En el período 2007-2011, a pesar de la crisis financiera internacional y de los problemas energéticos, el promedio anual del déficit fiscal fue del orden solo del 1,1%.
3.Como causa de esos déficit fiscales, los años cercanos a las crisis se caracterizaron por un aumento de la Deuda Pública altamente dolariza y predominio de vencimientos de corto plazo. Entre 2007 y 2011 por el contrario la deuda bruta y principalmente la neta tiene una importante tendencia descendente respecto del PBI y alcanza una distribución más uniforme y vencimientos a plazos largos, y representa en promedio el
60% del PBI, luego de haber sobrepasado el 100% al inicio del primer gobierno frenteamplista. Hasta el 2007 las necesidades de financia-miento anual superaban el 10% del PBI; en la actualidad los vencimientos no superan el 2% y en los próximos cuatro años se proyecta por debajo del 1,5% del PBI.
La Deuda Neta de Activos Totales descendió hasta representar a diciembre de 2011 solo el 28% del PBI y los Activos Líquidos en manos del gobierno presentan significativos aumentos en relación al PBI, con liquidez suficiente para cubrir amortizaciones hasta el año 2015. Según un estudio reciente del BID, Uruguay constituye uno de los cuatro países con mejores posibilidades para enfrentar una crisis extrema. La obtención del grado inversor reforzó el concepto de menor riesgo crediticio que exhibía el país, aportándole ventajas en momentos de crisis y estrés financiero internacional.
4.Escenarios determinados por un alto nivel de endeudamiento empresarial y familiar; una alta dolarización de la economía y de la deuda pública y privada; una política cambiaría atada a una fijación administrativa del tipo de cambio que implicaron un brutal atraso cambiario, que en la última crisis ni siquiera se ajustó con la macrodevaluación brasileña de 1999 y, sucumbió muy tardíamente a mediados del 2002, luego del quiebre de la convertibilidad en Argentina, en diciembre de 2001. Asumida la crisis se tomaron medidas ineficaces por reactivas y demoradas al no reconocer y aceptar la devaluación; en tanto en los años reciente la política monetaria de flotación libre ha permitido la flexibilización necesaria para procesar los cambios en los precios relativos y las variaciones de las cotizaciones internacionales.
5.Alta concentración de exportaciones tanto de productos como destinos con dependencia de más del 40% en la región caracterizaba nuestro comercio exterior por aquellos años; caída del 20% en las exportaciones en el período 1999-2002. En tanto en los últimos años, las políticas de apertura, diversificación de mercados, bienes y servicio y nuevos sectores internacionalizados han permitido aprovechar nuestras potencialidades productivas para satisfacer una sostenida demanda de commodities de países emergentes (principalmente alimentos), generando un crecimiento promedio anual de nuestras exportaciones superior al 7% en el período 2007-2011 (que se mantiene en lo que va de 2012).
6. Una Inversión Extranjera Directa que en el período 1999-2002 superaba apenas el 1% del PBI quedó atrás, para que en el período 2007-2011 se superara el 5,5% promedio anual alcanzado a partir del confiable clima de negocios y medidas de promoción y estímulo a la inversión productiva que se construye desde 2005.
7. Un endeble y complaciente régimen de supervisión financiera que permitió regalarle bancos privados previamente salvados con altos costos -permítaseme parafrasear a Artigas- "a malos banqueros extranjeros y peores nacionales" (Rhom y los Peirano). Años de débiles e ineficientes regulaciones para el control y la detección temprana de irregularidades en un sistema financiera de alto riesgo que se suponía autorregula-do (corolario de la política de total desregulación de la economía que caracterizó los 80 y 90). Hoy la regulación se caracteriza por su dinamismo y severidad, al haber implementando las mejores prácticas de supervisión luego del nefasto aprendizaje de las crisis padecidas.
Similares problemas se daban en esos tiempos en la Banca Pública que a través de la ineficiencia y clientelismo corrupto llevó a las principales instituciones financieras públicas (BHU y BROU) a perder parte importantes de sus patrimonios y necesitar salva tajes públicos. A diferencia de lo que hoy son estas entidades que han recuperado y aumentado su patrimonio, y como en el caso del BROU con extraordinarias ganancias, que permiten aportar al desarrollo del país.
8. Un importante peso en los depósitos del sistema bancario nacional de extranjeros en particular de los argentinos . En 2001 el peso de los depósitos de no residentes representaba el 43% del total; las cifras de 2011 revelan que los mismos no superan el 16%.
9. Desregulación laboral con alta informalidad y crecientes niveles de desempleo marcaron la pérdida de recursos públicos de aquellos años, que se intentaron solucionar con ajustes fiscales procíclicos, pero que, luego de instalada la recesión, sólo profundizaron la crisis social y productiva. Tasas de desempleo del 13.6% y 14,3%, cuando en la actualidad la misma alcanza el 6%, luego del sostenido abatimiento que para el período 2007-2011, registrara una tasa promedio anual del 7.2%. Un salario real que en promedio anual cayó un 28% en el período 1982-1984 y un 10% previo al estallido de la crisis de 2002, en tanto en el último quinquenio registra un crecimiento anual promedio del 4.5% en función de deliberadas políticas de mercado laboral, de carácter general, con las convocatorias de consejos de salarios y las específicas de promoción de empleo.
10. Ingresos Fiscales. Por aquellos años anteriores a la crisis del 2002, y también sin crisis hasta la aprobación del Nuevo Sistema Tributario, la política de ingresos fiscales de los gobiernos blanqui-colorados recurrió en mayor medida (73%) que ahora (66%) a obtener los recursos de impuestos indirectos, sin reparar en su impacto regresivo en los sectores de ingresos bajos y medios. Recordemos cómo mediante sucesivos ajustes fiscales, se fueron elevando las tasas de IVA hasta el 23% y 14%, para finalmente agregarles el 3% de COFIS sobre bienes y servicios. A la vez, nacido en la dictadura, entre los restantes impuestos, se fue consagrando durante los sucesivos gobiernos del 85 al 2004, como pilar de la recaudación de ese sistema regresivo: el Impuesto a las Retribuciones Personales (IRP), que en forma por demás injusta de Impuesto a los ingresos, que sólo gravaba la mayoría de los sueldos y pasividades dejando fuera el resto de las rentas personales (por arrendamientos, intereses, servicios profesionales, entre otras). Este sistema impedía cualquier diferenciación por situación personal o familiar. Por el contrario, en los años recientes, el NST en cumplimiento de su objetivo de equidad, se instaurara un régimen de tributación en función de la capacidad contributiva de todas las personas, considerando todas sus rentas, al mismo tiempo que se bajó la tributación indirecta y total. Ahora se implementa una rebaja efectiva del 2% del IVA básico, para todas las operaciones en que se utilicen medios electrónicos de pago que facilitan el control al promover aún más la formalización de la economía al mismo y una primera experiencia de redistribución a partir de impuestos indirectos, efectivizando para los sectores de menores ingresos una exoneración total del IVA en sus compras con tarjetas de Uruguay Social y Asignaciones Familiares. Son notarias las diferencias del IRPF actual con el derogado IRP, que además de su restringido alcance no admitía ningún tipo de deducción por aportes, hijos, ni alquileres o cuota de préstamos hipotecarios y con sus tasas no progresionales consagraba que no pagara más quien más rentas recibe.
11. La irresponsable falta de adecuada matriz de protección social fue determinante para que en las crisis se duplicara la pobreza en el total del país urbano, llevándola del 25 al 50% en el período 1982-1984 y del 15 al 30% de 1999 a 2003; en tanto que en los momentos de mayor impacto de la crisis internacional 2008-2009, esa pobreza continuó su descenso en más del 1%, siendo Uruguay uno de los 5 países del mundo que durante esa crisis logró no caer en recesión, aumentar el empleo y disminuir la pobreza.
La tasa de indigencia relevada por el INE en las localidades de más de 5.000 habitantes, se situaban, en 2004, en un 4.7% y la de pobreza en el 39,9%.
Las políticas sociales desplegadas en los últimos años permitieron atemperar el deterioro de las condiciones de vida de los sectores más vulnerables para alcanzar en 2011 una indigencia del 0,5% y situar a la pobreza en el 14,3%, por lo que habrá que seguir trabajando para erradicarlas.
Concluyendo:
1) No existen puntos de contacto entre los escenarios presentes en las crisis de los ochenta y principios del dos mil con la situación actual.
2) No existen paralelismos, tampoco "con las prácticas de las políticas económicas desarrolladas en los gobiernos de derecha". Si se toma por ejemplo la política fiscal, la misma se diferencia tanto en materia de ingresos como de gasto público.
El Frente Amplio logró demostrar que se puede crecer y distribuir al mismo tiempo. Para ello fue necesario articular lo social con lo económico, a través de una política integral que permitiera generar crecimiento pero que el mismo llegara a la población. Esto se logró a través de tres reformas estructurales: la reforma de la salud; la reforma tributaria y la reforma de la matriz de políticas sociales, que explican los cambios distributivos. Además, la política económica incorporó, mediante la distribución presupuestal, el incremento del gasto social y la promoción de inversiones, que ha priorizado el aporte de nuevos empleos de la inversión aprobada y la localización geográfica, entre otros. En cuanto a la política de salarios, la misma ha sido fundamental para mejorar los indicadores de pobreza y desigualdad.
En general se han revertido las principales vulnerabilidades fiscales, financieras y comerciales, y, fundamentalmente, las sociales. Estos logros han sido construidos con mucho trabajo y esfuerzo a lo largo de estos años; son patrimonio de todos los uruguayos y están al servicio, sobre todo, de los ciudadanos más vulnerables, dando sustentabilidad y posibilidad de realización al programa de Gobierno. Es menester recordar el camino recorrido para valorar lo que cuesta llegar a dónde estamos, sin descuidar nuestro futuro. Las crisis se desatan rápidamente, pero la sustentabilidad de los países se construye tras años de trabajo serio, con políticas previsibles, coherentes, consistentes y equilibradas, entre audacia y cautela, para obtener crecimiento con equidad, que permita un verdadero desarrollo económico, social y humano.
* Publicado en Crónicas 21.09.2012 y 28.09.2012.
Alfredo Asti - Diputado Asamblea Uruguay (Frente Amplio)