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Andrea recomienda: Chicken o pasta
19.05.2016
Desde la antigüedad, pasando por Leonardo da Vinci, los hermanos Wright, o von Zeppelin, viajar ha sido una de las mayores ambiciones del hombre. En la actualidad pasajeros y compañías se enfrentan a nuevos desafíos.
Al subir al avión miro mi boarding pass buscando el número de asiento. Un sonriente comisario de abordo da la bienvenida a los pasajeros. Se inclina hacia mí para colaborar con la búsqueda. Resalta en negrita: asiento treinta y cuatro, Fila F.
Creo que supuso que ocuparía alguno de las primeras filas. Ya no sonríe tanto. Me hace un gesto que da a entender que me falta un buen recorrido hasta llegar a ese primer destino. La sección de la entrada corresponde a clase ejecutiva.
Emprendo el viaje por el estrecho pasillo. Fila nueve. Los asientos se hacen considerablemente más pequeños. Empieza la clase turista. Gente empujando pertenencias en las bodegas portaequipajes.
Fila veinte. Los pasajeros tienen colocadas las almohadas de cuello como collarines ortopédicos. Me llama la atención. El avión ni siquiera despegó.
Fila treinta y tres. El terror de los pasajeros: el bebé.
Fila treinta y cuatro. Mi asiento. El del medio. De la fila del medio. Atrás del bebé.
Las compañías aéreas han ido disminuyendo considerablemente los espacios entre asientos. En algunos casos la distancia entre filas se ha reducido cuatro pulgadas desde los albores de la aviación comercial. Por ese entonces los asientos también medían algo más que las escasas diecisiete pulgadas actuales.
En representación de miles de usuarios, un senador de Estados Unidos recientemente solicitó una legislación para la Autoridad Federal de Aviación donde se exija un mínimo para el tamaño de los asientos y la distancia entre filas.
En este caso la aeronave se parece mucho a un ómnibus capitalino con alas. Temo que en algún momento alguien suba vendiendo medias o que el capitán anuncie por altavoz: "Welcome on board, Take a litlle step back. There's more space". Mientras acompaña el audio con el golpeteo de una moneda contra el panel de control.
Como si de una clase de escuela se tratara, repentinamente todos ya están sentados con sus útiles guardados. En este caso no aparece la maestra. Ya no hay azafata dando explicaciones como en otras épocas.
La tecnología permite que todas las indicaciones de seguridad aparezcan en los monitores. Hay quienes prestan atención y quienes prefieren ni siquiera darse por enterados. En el mejor de los casos la perspectiva de flotar en el océano abrazado a un asiento que presentan como salvavidas no es muy alentadora.
Despegue tranquilo. Lo habitual. Señales luminosas que prenden y apagan. Saludo del capitán. Esa inconfundible sensación en los oídos y en el estómago que nos recuerda que volar no está en nuestra naturaleza.
El vuelo durará nueve horas y media. La temperatura en Miami es de veintiséis grados.
En el asiento a mi izquierda hay un muchacho bastante más alto que yo, lo cual no es muy difícil. Apoya las rodillas contra el respaldo de la fila anterior como puede.
Según una encuesta realizada a pasajeros de todo el mundo por el portal de viajes y turismo Tripadvisor, en el puesto número uno de reclamos figura: Asientos incómodos/poco espacio para las piernas.
Al igual, para Flyersright.org, sitio web dedicado a los derechos de los viajeros, las compañías deberían mejorar principalmente este aspecto que se destaca como principal reclamo incluso por sobre la sobreventa de vuelos o los cargos extra.
Hora de la cena. Cuando era niña y viajaba con mis padres y hermanos era uno de los momentos más esperados del viaje. Uno se sentía un poco astronauta. Debe ser por eso que todavía me divierte.
-¿Chicken o pasta?- ¿Chicken o pasta?- Azafatas y comisarios despachan bandejitas a diestra y siniestra.
"Chicken o pasta" parecen ser las opciones más utilizadas para todos los que creíamos que los Chicken no volaban.
¡Chicken! - Me apuro a contestar.
Soy de familia italiana. Siglos de tradición culinaria y un escalofrío corren por mi cuello, mientras me imagino destapando la bandejita para descubrir lo que ellos llaman "pasta".
Que extraño. Siempre pensé que Chicken significaba "pollo". Pero no sabe a pollo y la salsa no se parece a ninguna de las que existen en tierra firme.
La noche es larga, podría ocupar el tiempo pensando un nombre para la receta del pollo volador.
Los tiempos han cambiado. No se puede pretender el menú que ofrecía Pan Am en la década del cincuenta, elaborado especialmente por el célebre chef del restaurante Maxím's de Paris para la compañía. Increíblemente el menú impreso entregado a los pasajeros incluía en algunas ocasiones el nombre del capitán y el número de vuelo.
Por alguna razón el edificio de oficinas más grande del mundo, inaugurado en 1963, ya no luce el cartel de la línea aérea sobre Park Avenue.
Sin contar los temas de seguridad. Resulta impensable la escena de la azafata trozando una ternera horneada en el propio avión, con una cuchilla de veintitrés centímetros de hoja.
No obstante hay que admitir que en mi caso el menú podría ser bastante mejor con los mismos ingredientes.
Alitalia deslumbró a sus pasajeros de clase B Magnifica con recetas de las veinte regiones. Luego de hacerse con el galardón de "mejor cocina en aerolínea" por cinco años seguidos, entre los platos a degustar en las alturas se ofrecía ensalada caprese con mozzarella di bufala, agnolotti o rollos de pez espada con alcaparras. Todo acompañado por la selección de vinos de la Asociación Italiana de Sommelier.
En 2014 destacó para la revista Global Travelers como la aerolínea que ofrecía la mejor cocina.
El portal AirlineRatings.com en cambio ranquea las empresas según sus ofertas en todas las categorías desde económica a primera. Entre las europeas Lufthansa aparece bien posicionada mientras Qantas y Singapore Airlines aparecen liderando en todas las categorías desde turística a primera.
Desde este pequeño lugar al sur del continente nos tenemos que conformar con quien llegué a estas tierras, pero si usted es un viajante asiduo o tiene conexión vale la pena tenerlo en cuenta.
Las compañías americanas ocupan en muchos casos los podios de las peor catalogadas. La última innovación de cabina de una línea aérea estadounidense fue la introducción de la clase económica por Pan American en 1952.
No nos sorprende encontrar también la de Corea del Norte pero en algunas desafortunadas encuestas también figuran Air Berlin, Air China y la compañía de Islandia.
Cubana Aviación aparece también entre alguna mala reseña, pero personalmente le tengo una especial simpatía por un inolvidable viaje a la isla. Ni bien encendían el sistema de refrigeración una espesa niebla invadía toda la cabina del avión. Ante las consultas de los atemorizados pasajeros, las azafatas serenaban a los viajantes con un inconfundible: "oye chico, ¡Esto es normal!".
Para algunos si de trayectos largos se trata, las mejores opciones para Clase económica son Air New Zealand, Cathay Pacific Airways, Etihad, y otras asiáticas y de medio Oriente.
Los premios World Airline Awards premian la excelencia de las aerolíneas. En 2015 el podio lo ocuparon, Qatar Airways, Singapore Airlines y Cathay Pacific Airways, seguidos por la de bandera Turca y de Emiratos Árabes.
Si usted es un entusiasta del aprovechamiento del tiempo y de la búsqueda de la excelencia incluso puede encontrar en la red concursos de fotografía bajo la temática: menú a bordo.
Hora de dormir. Por suerte no tengo ningún reparo emocional por dormir en un avión. Soy como una pierda. Podría hasta tomar una copa de vino. De todos modos maneja otro.
Al tratar de inclinar el respaldo, este lo hace a menos de cinco grados. Vuelvo a presionar el botón pero compruebo que está a su máxima capacidad. Empiezo a pensar que los de la fila veinte no estaban todos recuperándose de alguna lesión cervical. Las almohadas de cuello eran un artículo de supervivencia y ellos lo sabían.
Me duermo de todos modos pero resulta imposible hacerlo por intervalos mayores de una hora. El muchacho alto ha adoptado una posición de faquir que desafía las leyes de la física. La mía no es mucho mejor. Temo haber desarrollado alguna patología irrecuperable. Decido ir por un poco de agua.
Encuentro a la azafata en la fila del fondo concentrada en su laptop. Sonríe, ultimo resabio del servicio de a bordo.
Sin dejar de prestar atención a la pantalla estira un dedo coronado con una larguísima uña roja y me señala una botella de agua y unos vasos. Montevideo, Miami. Atendido por sus propios dueños.
Vuelvo a mi lugar. Por alguna razón imagino que la sección ejecutiva debe tener salvavidas inflables y con lucecita. Dudo que en caso de tener que utilizarlos me preocupe el diseño y la elegancia, pero la deformación profesional me impide creer que la butaca tenga mejor diseño de flotación. Quizás tengan estadísticas respecto a eso.
Ante la evidente disconformidad de sus clientes, varias compañías han visto la posibilidad de destacarse ofreciendo creativas propuestas diferenciales de servicios a bordo.
Virgin América, una de las aerolíneas del Virgin Group de Richard Branson, además de ser una de las primeras en incluir tv personales en cada asiento, recientemente anunció su alianza con la empresa de Streaming Netflix para ofrecer el servicio gratuito.
Southwest, autodenominada como la más alegre de Estados Unidos, ofrece conciertos sorpresa, mientras que Air New Zealand permite reservar tres asientos de clase económica para convertirlos en cama durante el vuelo.
Si bien no tengo en claro con quien compite, Air Malta sorprendió a sus usuarios con servicio de spa con masajes incluidos y Delta enamoró a sus clientes Elite recogiéndolos en el aeropuerto en un flamante Porsche.
Para algunos la creatividad está por las nubes.
Unas horas más tarde el ambiente se vuelva a animar. La gente conversa. El amanecer asoma por alguna de las ventanitas ovales.
-¿Coffee or té?
No todo son decepciones. Viajar es sin dudas una de las mejores formas de aprender y el bebé además de hermoso resultó ser un santo.
A la compañías aéreas les recomiendo por el bien de los pasajeros, mantener la altura. En todos los sentidos.
andrea@uypress.net
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