"La nieve entre los dos": el frío del horror y la distancia, el calor del amor y la palabra

Andrés Vartabedian

22.06.2024

Es el último filme de Pablo Martínez Pessi (Tus padres volverán, El viento nos dejará). Se estrenó en mayo, el mes de la memoria, justamente por abordar un aspecto de nuestro pasado reciente: la ausencia de un padre producto de un prolongado encarcelamiento. Un filme sensible y sincero, cargado de amor y frustración.

 ¿De qué se trata eso de no tener a tu padre durante 14 años? Los años de tu adolescencia y juventud, además. A un padre, por otra parte, que no ha decidido abandonar a su familia, sino que ha sido forzado a ello producto de sus ideas y la arbitrariedad de un régimen. ¿De qué se trata, además, eso del exilio? Un exilio sumado a la ausencia; un doble exilio.

Bien... De algo de ello da cuenta La nieve entre los dos, la última película, un nuevo documental, de Pablo Martínez Pessi (Dolores, Uruguay, 1980).

Juan José Noueched, "El Manco", fue militante tupamaro y sindicalista bancario. Sus acciones en aquel país convulsionado de fines de los 60 y comienzos de los 70, lo llevarían a la cárcel en el año 1971. Recién en 1985 recuperaría la libertad. Su familia, esposa y tres hijas, emigraría a Suecia -no precisamente por afán aventurero-, instalándose definitivamente en Kiruna, un pueblo sobre el círculo polar ártico, a más de 13.000 kilómetros de Uruguay. Las cartas serán el vehículo de comunicación con esa familia; especialmente con Inés, la hija mayor. Será justamente ella la que recupere en parte su historia de encuentros y desencuentros, de distancia y sueños rotos, de reconstrucción y amor incondicional, desde el revisitar aquella localidad y, sobre todo, aquella palabra escrita. Inés emprenderá una carta desde el hoy.

Un aire espectral recorre la primera mitad del filme. Imágenes simbólicas inundan la escena: las suaves ondulaciones del agua -de esa agua que parece conectar el allá y el acá-, ondulaciones marinas que acompañan las fotos, que acompañan las palabras sobre la pantalla; la nieve cayendo, la cámara enlentecida; unos pies buscando el equilibrio; rostros y siluetas mediadas, deformadas por un vidrio que se interpone a la mirada; un lobo que observa y que se desvanece... Pasado y presente parecen superponerse; espaldas; miradas puestas en el camino recorrido, ese que ha quedado atrás... El padre de las cartas no logra incorporarse definitivamente, cada vez más se asemeja a una presencia fantasmática que todo lo inunda. Sus cartas son decenas. Hábilmente, Martínez Pessi no las fecha. Inés intenta responderlas a todas; como hermana mayor, también insiste en que sus hermanas escriban. Sus logros en ese sentido lejos están de equipararse en número a sus propias misivas. El padre se aflige -logramos suponerlo; él no lo dice; es constante y notorio su afán de mostrarse amable, cariñoso y positivo-. Ella sufre por el dolor de su padre y se aflige a su vez.

Es ella la que siente y sostiene el compromiso con él. (De la madre se habla poco en el documental; tal vez producto de la ruptura posterior con Juan José; tal vez por decisión de ella misma; tal vez por una estricta decisión de guion, vinculada a la construcción de esta historia; no lo sabemos, no se explicita, no queda claro). Para sus hermanas, niñas al momento de su detención, adolescentes mientras el encierro se eterniza, ese hombre parece alejarse cada vez más; su figura y su incidencia comienzan a desvanecerse. A la distancia temporal que se agiganta, se le superpone la distancia física, material, concreta, de los kilómetros que los separan. Si hasta el clima sueco parece colaborar en acrecentar la enajenación de ese padre cada vez menos cuerpo y más palabra, más papel y menos carne, más símbolo y menos presencia, más frágil, menos cómplice, más simple referencia.

A su vez, Suecia convence cada vez más a esas mujeres que emprendieron el exilio. Suecia comienza a dejar de ser una imposición para transformarse en elección.

¿Cuánto pesan 14 años? ¿Cuán hondo calan? ¿Cuánto representan en una vida de 40? ¿Cuánto en una de 20? ¿Cuánto significan en la vida de un adulto aislado cuyo sostén emocional puede estar en ese afuera construido previamente? ¿Cuánto, en vidas adolescentes para quienes cada día puede significar un nuevo descubrimiento? ¿Cuánto puede incidir un padre desde el encierro? ¿Cuánto, sin el ejemplo cotidiano, sin la praxis conjunta? ¿Cuánto puede representar la sola palabra, la sola letra, sin la mano que la escribe? ¿Cuán angosta puede quedar una carta si angostos son los espacios y los días? ¿Cuán angosta puede ser si lo que tengo para transmitir es el mundo? ¿Cuán angosta, si lo que necesito es un hombro, un abrazo, una sonrisa, una mirada, un rezongo...?

Ese padre quedó fijado a sus 20 años, aproximadamente, en fotos poco nítidas: es un padre flaquito, bien peinado, buen mozo. Es un militante, un luchador, un "héroe" idealizado románticamente. En sus cartas, es un padre de comunicación formal, por momentos; de prosa poética, en otros; de diminutivos cariñosos, siempre. ¿Cuánto influyen en su escritura las restricciones, los límites, la cantidad de carillas permitidas, la cantidad de renglones autorizados, los centímetros de margen impuestos por la dictadura civil-militar? ¿Qué puede escribir y qué no? ¿Cuánta censura atraviesan esas cartas? Por encima de esto, y de todos modos, son el testimonio del amor; también del hondo hueco en esas vidas. Inés las conserva con cálida y amorosa prolijidad y cuidado.

No solo las vemos sobre la mesa, crudos testigos de tanta distancia; también las leemos en pantalla, trozos impresos del apego y del dolor. Y las escuchamos, fundamentalmente las escuchamos. Una voz masculina, una voz femenina: las de JuanJo, las de Inés. Su lectura no parece la mejor. Inés lee las propias: el filme gana en autenticidad, no en interpretación dramática. La voz masculina, en determinado momento cambia. También sale el sol. Se trata de la libertad. Juan José toma la palabra. Martínez Pessi dosifica quirúrgicamente algunos datos, maneja con precisión los tiempos del relato y los de nuestras emociones.

También las hermanas -Claudia, Verónica- tomarán la palabra y darán su punto de vista; también de la mano de Inés. Allí aparecerán nuevas preguntas a responder: ¿con qué padre se encontraron 14 años después? ¿Cuánto había del padre de las cartas? ¿Cuánto queda del héroe? ¿Cuán sencillo puede ser recomponer una relación filial luego de tanto tiempo? ¿Quiénes son sus hijas después de ese doble exilio? ¿Será tan fácil para él volver a plantear todo en términos de "blanco o negro"? ¿Cómo será volver a verse? ¿Cuánto quedará de aquellos rostros? ¿Cuánto habrán cambiado las miradas? Reconocerse será parte del nuevo camino a emprender. Y algo que Martínez Pessi ya planteara en Tus padres volverán: ¿Cómo es el vínculo entre los padres militantes y sus hijos, cuando estos crecen? ¿Cuánto los han afectado las decisiones de aquellos? ¿Y las consecuencias de esas decisiones? ¿Las han comprendido? ¿Cómo se ha dado la comunicación posterior entre ellos? ¿Cómo son esos vínculos luego de que las luchas sociales quedaran atrás? ¿Qué formas de "paternar" y "maternar" han sentido esos niños y adolescentes, ahora ya adultos? ¿Cómo las evalúan? ¿Hay algo para reprocharles, a sus padres? ¿Qué? ¿Pueden reprocharles algo? ¿Y viceversa? ¿Pueden? ¿Se animan?

¿Cuánto podrá el amor, cuánto el dolor, cuánto la distancia?

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Ficha técnica

Título original: La nieve entre los dos

Uruguay, 2024, 83 min.

Dirección: Pablo Martínez Pessi

Producción: Pablo Martínez Pessi

Guion: Pablo Martínez Pessi

Fotografía: Andrés Boero Madrid, Pablo Martínez Pessi

Música: Cecilia Trajtenberg

Edición: Cecilia Trajtenberg, Pablo Martínez Pessi

Elenco: Inés Noueched, Juan José Noueched, Claudia Noueched, Verónica Noueched

 

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2024-06-22T12:37:00

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