Antropología, energía atómica, disuasión (III). Ruben H. Díaz
31.03.2025
En octubre de 1962, es el momento en el que el mundo estuvo más cerca de una confrontación global atómica. Ha habido otros instantes con situaciones parecidas. Pero se trata de incidentes casuales, errores de radares o presencia en el cielo terrestre de objetos que podían confundirse con misiles.
En Octubre del 62 las dos grandes potencias de la época, estaban en una crisis seria pensando en desatar o no una guerra nuclear. Que, en definitiva, es una guerra de exterminio. Hubo dos momentos críticos. El primero cuando Estados Unidos decidió que no iba a permitir que llegaran a Cuba barcos soviéticos con logística para instalar más bases de lanzamientos de mísiles. El segundo cuando desde la isla derribaron a un avión espía norteamericano y no hubo respuesta militar alguna. En ambas crisis dentro de las crisis, quedo claro un asunto, ni Nikita ni Kennedy querían la guerra.
Kennedy descubrió que se habían instalado base de misiles el 14 de octubre. Cuatro días después, una gran señor de la política Americana, Adlai Stivenson, Embajador de ese país en la ONU, dos veces candidato Presidencial del Partido Demócrata, daba cuenta en ese organismo del hecho.
Antes de que el tema estuviera en los medios de prensa, se le presentaron tres opciones al Presidente. Mantener el asunto fuera del conocimiento público e iniciar conversaciones al más alto nivel en forma directa con la URSS. Bloqueo a la isla. Iniciar la guerra. Eligio bloqueo.
En esos tiempos era muy complicado defenderse de una agresión atómica. No había casi tecnología para saber si se había disparado un misil. Por eso, los controles solo se hacían a través de vuelos espías, algunos de los cuales descubrieron los soviéticos de Estados Unidos. Este país, por la densidad de su población en el territorio, y los aviones militares y de pasajeros que surcaban su cielo no daba espacio para que se les controlara con aviones espías. Queda claro, la URSS no los tuvo porque era imposible.
Si Estados Unidos aceptaba la presencia de plataformas de lanzamientos de misiles en Cuba, se exponía a que en todo el Este de su país, por ejemplo Washington y Nueva York, pudieran llegar bombas atómicas sin capacidad de repuesta ni de defensa alguna. En menos de veinticinco minutos.
USA un año antes había instalado en Turquía plataformas de misiles. La URSS reaccionó con los misiles en Cuba. Aunque por distancias geográficas era evidente que el peligro era inferior, también es cierto que existía, aunque en menor grado.
Kennedy no uso la denominación de bloqueo, uso otra expresión, cuarentena -un término no beligerante- pero el hecho es que la marina norteamericana no permitió el ingreso a Cuba de barcos con implementos de plataformas y Nikita acepto. El Presidente americano se comprometió a desmantelar las instalaciones en Turquía. El gran logro fue que también hubo acuerdo con Estados Unidos en el sentido de que no se iba a invadir Cuba. Ni Cuba ni Turquía opinaron sobre las decisiones que se tomaron entonces. Es decir, fue un acuerdo de las dos potencias de esa época. El gran acuerdo de paz, con una característica, fue más implícito que explícito. En ese sentido, único en la historia. No se escribió en ningún lado que Estados Unidos no iba a invadir, ni desmantelar los misiles, pero sucedió. Los Jefes de Estado de ambos países confrontaron, se midieron y al final se respetaron y acordaron.
No concluyó el armamentismo atómico. Pero se creó una relación de confianza que permitió luego iniciar acuerdos que procuraban controlar ese armamentismo. También impedir que otras potencias alcanzaran a ser potencias atómicas. Lo que no se logró pero si limito. Hoy tenemos nueve potencias. Y solo es probable que en pocos años también se incorpore otra más, que es Irán.
Vaya si fue violento el mundo en la década de los sesenta. Con la descolonización de África y Asia, cuya expresión más trágica fue la guerra de Vietnam. También puede invocarse la revuelta de Paris en el 68. De alguna manera, se instaló en forma tácita la política de disuasión. El término significa evitar que algo suceda. Y sucedió, se evitó la confrontación atómica. Las dos grandes potencias compitieron y lograron arsenales que no tienen sentido ni razón de ser, pero hasta el momento, no han hecho un uso irresponsable de los mismos. La prueba está, todavía existimos.
Lo humanos tuvimos paz, un crecimiento demográfico notable y en suma, vivir mucho mejor. Creamos situaciones que produjeron verdaderos hitos en ese sentido. Por ejemplo, el acercamiento entre Estados Unidos y China. Fueron posibles una serie de acuerdos para que no hubiera una confrontación por errores técnicos en materia nuclear. El mundo progreso, con una investigación científica creciente, la expansión del comercio y el desarrollo capitalista.
Con cierta perspectiva, deberíamos los liberales y demócratas reconocer en algo a la última generación de líderes comunistas de la URSS. Entre que sobreviviera el hombre, y aceptar el fracaso de su régimen sin disparar un tiro, decidieron por la vida.
La disuasión no fracaso. Quedo obsoleta. Que es otra cosa.
Ruben H. Díaz
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias