Argentina: De la grieta a la guerra hay una línea muy fina. Stefano Casini
16.03.2025
Nuestros hermanos argentinos están viviendo quizás el momento más oscuro y difícil de su último siglo de existencia.
Luego de haber hundido al Kirchnerismo, el Presidente Milei, personaje extraño si los hay, como había prometido en campaña electoral, va por todo. Pero ¿que significa ir por todo?
Lo que es innegable es que hoy, Argentina, está en las páginas de todos los medios del mundo, por su "milagro" económico y no por sus crisis eternas. Milei logró, en 1 año más resultados económicos que el Peronismo en 70 y, a pesar de los grandes sacrificios de la población, lo está demostrando. No siendo el Justicialismo un partido ideológico y habiendo transitado, dentro del mismo, todas las versiones posibles de izquierda a derecha, Argentina, parece dirigirse hacia lo que, un occidental, diría, un país normal.
Indudablemente, vivimos hoy una izquierda institucional muy endeble por los mandatarios que han pasado o siguen gobernando sus países y una derecha muy rancia que prefiere el insulto a las propuestas.
Cuando escucho un discurso del Presidente colombiano Petro que reza: "Cuando los pobres dejan de ser pobres, se vuelven de derecha. Cuando dejar de ser pobres es vivir como en Miami, se acaba la Humanidad. Compras un carro y se acaba la Humanidad", o escuchamos al ex Presidente Correa de Ecuador que dice: "Sacas la gente de la pobreza, creas una clase media y esa clase media empieza a apretar a los pobres y querer ir de vacaciones a Miami! Y eso es la derecha!", o una ex ministra de López Obrador dice: "Cuando sacas a la gente de la pobreza, enseguida se olvidan de donde vienen! La gente piensa como vive, entonces, cuando llegan a la clase media, se vuelven de derecha!", o cuando Maduro dice: "Cuanta más pobreza hay, más amor por el chavismo. Mientras el pueblo sea más pobre, será más leal al proyecto revolucionario!". También entrevistas a un ex Ministro de Chávez que dice: "Yo le dije al Presidente Chávez sobre los problemas económicos del país. Él me contestó con mucha serenidad: Caramba! Ud. no comprendió la Revolución! Se trata de mantener a los pobres más pobres pero con esperanzas, porque los pobres son los que nos votan. Cuando pasan a clase media, se vuelven nuestros enemigos!".
El más directo, quizás, sea el del ex Presidente de México, López Obrador, que, por haber sido el mejor en construir un país pobre, sigue gobernando con la actual Presidente Claudia Sheinbaum. Dice AMLO: "Ayudando a los pobres, va uno a la segura! Porque ya se sabe que, cuando se necesite defender la transformación, se cuenta con el apoyo de los pobres. No así, con sectores de clase media, ni con los de arriba, ni con los medios, ni con la intelectualidad. No es un asunto personal, es un asunto de estrategia política."
El el otro balcón encontramos algunas frases de Milei que rebasan cualquier sentido común como: "Hay que echar a patadas en el culo a los zurdos de mierda" o a Donald Trump que dice: "Vamos a mantener a los comunistas, marxistas y socialistas extranjeros que odian a los cristianos fuera de Estados Unidos".
Quizás hoy, en nuestro país, haya personas o, peor, dirigentes políticos, que piensen con estos conceptos drásticos e insultantes, sin embargo, el ciudadano común, el que trabaja, sea en régimen de dependencia, sea empresario, el que tiene un kiosco, el que venda en una feria o el dueño de la mayor empresa uruguaya, no piensan así.
El mundo, se está acercando peligrosamente a confundir los principios del Liberalismo y el Progresismo. Muchos políticos y sobre todo las redes, siguen construyendo polarización compulsiva, algo que conduce a enfrentamientos y caos. Más allá que se acercan tiempos de menor trabajo por el extraordinario crecimiento de la tecnología, interpretar este fenómeno desde un punto de vista político, lo único que produce es más grieta y más caos.
Argentina es quizás hoy, el país más propenso a una guerra civil o un golpe de estado, mientras que Venezuela, Nicaragua, Corea del Norte o Cuba, no lograron hacernos olvidar a Hitler, Stalin, Perón o Mussolini, personajes nefastos del siglo XX. También es cierto que, en el siglo XXI, no aparecieron grandes políticos, equilibrados, sabios, que nos puedan conducir hacia pensamientos libres para que, las grietas, no sean aun más profundas.
Stefano Casini es periodista. Empezó en Radio Clarín, su primer noticiero en 1968. Después continuó por L'Eco D'Italia, L'Ora D'Italia, Guía Financiera, suplementos en El País, El Observador, La República, fue 23 años Corresponsal de RAI, Gente dItalia, 5 años de Radio TV Suiza Internacional y 2 años de CNN.
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias