La consecuencia: el renunciamiento de Lorenzo
Carlos Santiago
26.12.2013
Hace algún tiempo nos preguntábamos, esperando que el tiempo abriera las compuertas de la verdad: ¿Veremos qué ocurre? y agregábamos con ironía: si las cosas se manejan con esta lucidez en el tema PLUNA, deberíamos estar preocupados.
Más adelante decíamos que si el empresario López Mena se hiciera dueño del boleto de los aviones, luego de las maniobras rocambolescas y ridículas del affaire COSMO, ese hecho no sería el peor, porque la empresa que encabeza, BQB sigue funcionando y creciendo, comprando aviones adecuados a las necesidades de nuestra plaza, dentro de una programación de vuelos y contratación de personal realmente aleccionante. Y todo ello sin ningún aporte del Estado. Su actividad es llevada adelante enteramente a su costo y riesgo.
Pero, ¿por qué esa solución que era, en su momento, la única viable, no pudo plasmarse y el clavo cayó enteramente sobre el Estado uruguayo que ya lleva cientos de millones de dólares pagados para tapar el pozo maloliente que quedó al descubierto luego de la medida intempestiva del gobierno, cerrando de improviso, a cuatro días del comienzo de una temporada de zafra aérea, que siempre se concreta en las vacaciones de invierno , colgando a alrededor de 14 mil pasajeros que, con pasajes en mano, ahora se han convertido en acreedores de las ruinas que quedaron al fin del camino.
No pudo plasmarse, increíblemente, por razones ideológicas de los que repudian a las empresas privadas, que no creen en ellas, porque claro éstas tienen un desarrollo propio no atado a las decisiones de las burocracias estatales que, lamentablemente, van destruyendo por dentro al Estado. El vocero de esa posición fue el senador Lorier, recordemos, qué incluso llegó a amenazar al empresario López Mena. El plan de cierre de PLUNA, resuelto de un día para otro, fue antecedido por una negociación con López Mena para que el empresario naviero se quedara con los aviones y con la empresa PLUNA, sumadas sus deudas. El abuso del acuerdo fue comentado en corrillos dentro del gobierno, aplaudiendo algunos al Presidente Mujica por el mismo.
Fue allí cuando apareció el desinformado Lorier que, ante las menciones que se hacían de López Mena, le abrió con sus amenazas al empresario incluso de violencia física directa la puerta de escape del mal negocio a que se estaba encaminando por su acuerdo con Mujica. Por ello se pasó del negocio global al remate de los aviones, acto que fue postergado una vez ante la falta de interesados. En la segunda ocasiones un testaferro de López Mena apareció en escena, representando a una ignota aerolínea española, COSMO, ofertando por los aviones y comprando el boleto en el farandúlico acto realizado en la Rural del Prado. Luego, al detectarse el almuerzo de amigos en el restaurante Lindolfo, comenzó el sainete insólito descorriéndose los velos de todo lo ocurrido que, ahora culminó con la renuncia del Ministro de Economía, Fernando Lorenzo, en una actitud ética no habitual en nuestro país, que lo engrándece como persona. Pero las culpas están allí y es la Justicia la que decide. Lo que es evidente que Lorenzo no es un burócrata de los tantos que pululan en la administración pública, que han hecho de los cargos su objetivo, integrando una amorfa burocracia que se defiende a sí misma. Lorenzo dio un digno paso al costado según el mismo dijo para no tener prerrogativas especiales ante la justicia por el cargo que ostentaba.
Un amigo italiano que nos visita, al conocer la superficie de los hechos, se mostró sorprendido por la actitud del ministro de Economía. En Italia hoy, nos dijo, cuando un funcionario es llamado por la Justicia, se aferra al cargo para tratar de lograr la solidaridad de la burocracia y mantener las prerrogativas de su función, con lo que trata de presionar a los tribunales . Es lo que siempre hizo Berlusconi Por eso, la actitud de Lorenzo, es para aplaudir en este país en donde el cargo público, y más dentro del ejecutivo, es un objetivo esencial para muchos. También el cargo público se ha convertido en una especie de reaseguro para siempre, en que funcionarios omisos o inservibles, en lugar de ser cesados son reiteradamente nombrados en otras funciones para mantenerles la renta .
Pero, aún no hemos respondido la pregunta de por qué no se concretó el primigenio acuerdo de traspasar PLUNA, con aviones y obligaciones, a López Mena. Ya lo expresamos anteriormente, priman las cuestiones de piel de algunos sectores del Frente Amplio, los mismos que desecharon la obra propuesta por el consorcio Eurlekian para avenida Italia, qué hoy sería de fundamental importancia y que son responsables de la peor gestión de la Intendencia de Montevideo que se recuerda. Son los mismos que están detrás de todas las parálisis uruguayas, como la de AFE, siempre con el objetivo de utilizar la función pública como lugar de consolidación de poder y pesca política, y además, por supuesto, porque todavía en sus cabezas se mantienen los modelos del socialismo real que tuvieron el final catastrófico que todos conocemos.
También por ello, nos sorprendió que algún vocero de los trabajadores, ante la concreción de lo que aparentaba ser el comienzo de un camino de solución, saliera torpedeando el proyecto, hablando de monopolios, de seguir con otros planes hasta ese momento inexistentes, desechando una salida real que determinaría que la conectividad se restableciera y que cientos de trabajadores recuperaran su lugar de trabajo. Pero peor, claro está, es la actitud cipayesca de alguno que sugirió que el comandante venezolano fuera el que aportara el dinero e hiciera de una vez por todas lo que para los uruguayos parecía imposible.
Pero hay más: esta información que proporcionamos porque ya está circulando en los corrillos aeronáuticos y fue publicada por alguna prensa especializada en estas cuestiones, aparece también como negativa para la existencia del distorsionado puente aéreo , en que entre PLUNA y Aerolíneas Argentinas, en alta temporada, realizaban una cantidad de vuelos más que rentables. El cierre de PLUNA determinó que Aerolíneas Argentinas, sin miramientos, ocupara los mejores horarios en la diagramación de frecuencias entre las dos ciudades, dejando para la todavía pequeña BQB, tan solo horarios marginales qué, sin embargo al parecer- son rentables dentro de un marco severamente restrictivo. Recordemos que la empresa que por ahora mantiene la bandera uruguaya ha preferido no tomar algunas frecuencias demasiados marginales, en las que era seguro que el volumen de la venta de pasajes no compensaría el costo del viaje y, menos aún, del combustible de ANCAP, que a PLUNA se lo cobraban a los niveles más caros del continente.
Combustible que, por otra parte, hizo inviable PLUNA dirigida por Matías Campiani, un empresario qué, más allá del escándalo mediático que hoy existe y que lo colocó en el centro de la hoguera de los réprobos, sobre el cual ni tirios ni troyanos (por representantes del gobierno y de la oposición) se guardaron epítetos, se lo recordará por algunos errores (haber ordenado la compra de aviones Bombardier, adecuados para el cabotaje de pasajeros pero no para la carga y de caro mantenimiento) y haber logrado diagramar un esquema de conectividad como nunca contó el Uruguay (en todo esto también nos corresponden las generales de la Ley). Todavía hoy los uruguayos se ven limitados a utilizar algunas combinaciones, como con la empresa alemana Lufthansa, porque desde Montevideo no existen vuelos que puedan enlazarse con los de la empresa alemana.
Sin embargo lo que no era posible para PLUNA fue posible para otras empresas aéreas. Luego del cierre, ante la caída de la conectividad, el retiro de Iberia, las visiones cambiaron en el gobierno y en ANCAP. Se negocio con varias empresas, entre ellas Air France y Air Europa, enganchándolas para que llegaran a Carrasco, aeropuerto en donde podrían cargar un combustible rebajado a los precios de la región.
PLUNA llegaba a muchos aeropuertos con más de 350 vuelos semanales, ampliando su influencia, lo que se evidenció en la confianza creciente de la gente que compraba pasajes por el buen servicio de una empresa relativamente eficiente. Cuando cerró la empresa, en un momento bastante inoportuno (a 4 días de las vacaciones de invierno), más de 14 mil personas, tenían pasajes sacados con antelación, algunos con planes diferidos y promocionados en el continente, los que se pagan mes a mes con las tarjetas de crédito. Hay quienes criticaban las tarifas de PLUNA, de compañía de bajo coste , afirmando que incidieron en el drama del cierre final, en que 900 (¿o 716?), personas se quedaron sin trabajo, Uruguay sin esa importante conectividad y, el desencadenante, o sea los presuntos juicios iniciados por los ex trabajadores de VARIG, vinculados lateralmente con la antigua PLUNA, tampoco se superaron, porque igualmente caerán sobre el Estado uruguayo. La decisión del gobierno fue liquidar la empresa que si bien fue hasta último momento deficitaria, cubría con dificultades los cheques diferidos que entregaba. Esto quedó claro ante la justicia. Los documentos que no cobró ANCAP cayeron en mora luego del cierre de la empresa, y de la sustitución de sus autoridades.
Hasta ahora no sabemos cuál será el desenlace final de todo el periplo de errores y omisiones. Campiani y sus dos aláteres en PLUNA están detenidos y el fiscal del tema pidió el procesamiento de Lorenzo y Calloia. Claro, todo se ha convertido en un incendio de hojarasca con valor solamente de política partidaria, ya que los errores cometidos son irremediables, el Estado deberá seguir pagando a los acreedores de PLUNA y el grueso de la buena conectividad de los uruguayos habrá caducado.
Pero dentro de la coalición de gobierno todavía están los obcecados, que viven otra realidad y aseguran, sin reparos, que la Justicia está aliada con la oposición política para castigar a la coalición de izquierda que se encamina, nos parece, a un nuevo triunfo electoral.
Nosotros no le damos la izquierda a nadie en cuento a nuestra definición frenteamplista, que no quiere decir aceptar boca abajo las decisiones de Mesas Ejecutivas que, antes de conocer las acusaciones y los hechos, proclaman que los personajes en cuestión son inocentes. Una confianza reafirmada y proclamada que no hace más que mostrar la peor faceta burocrática de la coalición, perjudicando obviamente a quién detenta la principal candidatura presidencial. Por otra parte algunos personajes insólitos siguen actuando, tratando de encaminar a la coalición de izquierda a un desbarranque catastrófico. El senador Lorier, de nuevo, en el marco de la última interpelación por el tema PLUNA, puso a su bancada ante la disyuntiva de expresar su apoyo a los trabajadores de la empresa hoy embarcados en un plan para abrir una nueva aerolínea que explote algunas de las frecuencias abandonadas y, por supuesto, intervenga con asientos a vender en la logística que se está armando para que los uruguayos puedan concurrir al mundial de Brasil. Pero, en una primera etapa del plan, solo 35 trabajadores, de los 900 (o716), serían llamados al trabajo. ¿A este plan fue que el senador Lorier obligó a los senadores frenteamplistas a aprobar una declaración de apoyo?
Para finalizar nuestro saludo a Fernando Lorenzo, por su actitud de renunciamiento, una acción que hoy no es habitual ni por aquí no por allá.
¿Veremos?
Carlos Santiago
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias