CALLE A CALLE MVD (*)
Cómo hacer fortuna y morir en el intento
17.02.2025
MONTEVIDEO (Uypress/Daniel Feldman) – El emprendedurismo está indisolublemente ligado a nuestra historia, desde antes de la propia existencia de la patria, sea lo que esto signifique.
Apenas 32 años tenía Emilio Reus cuando falleció, sumido en la más absoluta pobreza.
Las reiteradas desventuras financieras terminaron haciendo mella en su organismo, y la cardiopatía congénita que arrastraba acabó el trabajo.
Masón y consecuente adepto al krausismo -la doctrina idealista basada en el pensamiento del filósofo postkantiano Karl Christian Friedrich Krause-, Emilio Reus y Bahamonde había nacido el 8 de noviembre de 1858 en Madrid, en el seno de una familia prestigiosa y acomodada de la época.
Se doctoró en Derecho y en Filosofía y Letras, y tempranamente, con apenas 21 años, publicó la obra La Biología (1879), y al año siguiente La Teoría Orgánica del Estado.
Su pertenencia a la masonería data de 1876, cuando con 18 años fue iniciado, adoptando el nombre simbólico de Saulo 1° ("el pecador", que fue salvo en el camino a Damasco). En 1880 alcanzó el grado 33, el máximo posible en la organización, o institución, o como se la quiera definir.
En 1881 fue elegido diputado por Écija, en Sevilla, en representación del Partido Republicano Progresista.
La muerte de su padre, en 1883, lo hizo heredero de un muy considerable patrimonio, que parecía asegurarle un futuro prometedor. Sin embargo, este se vio opacado por su "audacia" especulativa en la Bolsa de Madrid, que lo llevó a la bancarrota por primera vez.
Es así que dirige sus pasos hacia el Río de la Plata, arribando en 1886 a Montevideo, para que la historia lo ubique en la antinomia de "hacedor o villano", al decir del título del libro de Damiano Tieri Marino (Emilio Reus: ¿hacedor o villano?, Planeta, 2019). Tal vez, parafraseando a Joan Manuel Serrat, "y un poco de todo lo fue sin querer".
En agosto del año de su llegada a estas costas ya era accionista -en Buenos Aires- del Banco Español de Río de la Plata.
En 1887, un año después de su arribo a estas latitudes y representando a un grupo de capitalistas de la vecina orilla, obtuvo la autorización del gobierno de nuestro país para fundar el Banco Nacional.
Quien por algunos es considerado como el introductor de capitalismo financiero en estos lares, daba comienzo así a lo que la historiografía nacional cataloga como la "época de Reus", caracterizada por un gran dinamismo económico.
Amasó rápidamente un importante capital, y vale decir que -hombre de principios- honró todas las deudas que había dejado pendientes en su España natal.
En 1888 encaró un enorme y ambicioso proyecto: la creación de la Compañía Nacional de Crédito y Obras Públicas, que podría definirse como el primer "meganegocio" de Uruguay... que se convertiría en un "megafracaso".
Cuando Reus emigró a nuestro país, en el barco viajaba también gente humilde, para quienes la vivienda era un reto. Encaró entonces la construcción de casas económicas, que a la vez fueran sólidas y funcionales, para poder alojar a las familias de trabajadores. Así nacieron el barrio Reus al Norte y Reus al Sur.
En el primero es que ubicamos la corta calleja en su homenaje, parte peatonal, parte estrecha vía que a pesar de su angostura permite el tránsito vehicular en los dos sentidos, y recibe gente que serpentea día a día en busca de ofertas y compras mayoristas en el también denominado como barrio Villa Muñoz, y ampliamente conocido como barrio de los judíos.
Roberto Fugazot fue un destacado músico uruguayo, que desarrolló la mayor parte de su carrera en el exterior como cantante, músico y actor. Nacido en 1902, llegó a Buenos Aires, donde residió en el "restaurant y pensión" "La Cortada de carabelas". Retornaba con frecuencia a estas tierras, siempre con la nostalgia de su viejo barrio Reus, donde en su casa natal -Defensa e Isla de Gorriti- dicen que dio forma a su tango "Barrio reo".
"Viejo barrio de mi sueño
el de las casitas iguales
como a vos los vendavales
a mí me azotó el dolor"
Como bien nos recuerda Alejandro Giménez Rodríguez en una nota aparecida en la revista cultural CONTRATAPA, este tango con música compuesta por Fugazot, fue rebautizado por el argentino Alfredo Navarrine, y grabado por el zorzal criollo, Carlos Gardel, en 1927.
Lamentablemente, en 1889 la empresa de Reus comenzó a tener serios problemas financieros, y en un desesperado intento por salvar la situación, nuestro personaje se puso a la búsqueda de créditos e inició la comercialización de las casas, aún sin terminar.
La crisis de 1890 -cuyos orígenes se rastrean en Londres- llevó al quiebre definitivo de la compañía de Reus, que pasó a integrar el capital del recién alumbrado Banco Hipotecario.
Dice Giménez en la nota de referencia, que Reus, a través de su compañía, encaró diversas iniciativas, como un balneario en playa Ramírez, una colonia agrícola en Paysandú y yacimientos de plomo en Minas. También una empresa de transporte en barco de granos desde Paysandú a Buenos Aires, la exportación de tasajo a Cuba y la compra de embarcaciones para carga y descarga en el puerto de Montevideo.
Asimismo promovió y financió, a través de a la postre fallida compañía, el Establecimiento Médico Hidro-Termo-Terapéutico, ubicado en 25 de Mayo 279, entre Pérez Castellano y Colón, sede hoy del Museo de Arte Precolombino e Indígena, y tiempo atrás del Ministerio de Fomento y más tarde del Ministerio de Defensa.
Calle fiel a "La más fiel", "La banda del misionero" (varios de mis amigos son testigos de esto) el Goes nos saluda desde sus balcones, obligándonos a que nuestra vista ascienda más allá de la copa de algún árbol retacón, sin dejar en el olvido nuestras mejores tradiciones de gauchismo y orientalidad... Por lo menos, eso nos cuentan.
El barrio Reus al Norte, que tiene a nuestra calle de hoy como eje, es una pequeña extensión, de no más de cuatro manzanas, y sin embargo sintetiza en su cuerpo el cruce de vecindades e innúmeras historias de migrantes.
He leído por ahí que Reus también honró estas últimas deudas. Sin embargo, nuestro "villano" (o "hacedor"), no pudo soportar la tensión. Luego de algunos meses de agonía, falleció el 7 de mayo de 1891, como decíamos, con solo 32 años y en extrema pobreza.
En su edición del 8 de mayo, el diario El Día resumía así: "Murió ayer después de largos meses de postración, el hombre más directa e íntimamente vinculado a los progresos estruendosos que cuatro años atrás se iniciaron en nuestro país: Emilio Reus. En su muerte, no hubo ninguno de aquellos amigos fáciles que enriquecieron a su sombra. Estaba casi solo su cadáver, aunque a su entierro han concurrido personas distinguidas y altamente colocadas".
Y así, con otros versos de Barrio Reo, vamos doblando en la esquina para internarnos en algún otro recoveco de la vecindad.
Calor de nido
Vengo a buscar
Estoy rendido
De tanto amar...
(*) CALLE A CALLE MVD pretende acercarnos al por qué de los nombres de las vías públicas de la ciudad... y tal vez a otros desvaríos
Daniel Feldman | Periodista