Corina Machado, nuestra Juana de Arco. Rúben H. Díaz

13.10.2025

Que se le otorgue a Corina Machado el Premio Nobel de la paz, demuestra que vale la pena. Que en este mundo, con tanteas razones para creer, y tal vez otras tantas para no creer, la causa de la libertad y la democracia sigue vigente.

Porque en definitiva es la causa de la vida. América Latina navega entre dictaduras grises y democracias opacas. En lo que va de este siglo veintiuno, tenemos muy poca cosa de la que enorgullecernos. En medio de mediocridad, populismos, mala praxis, corrupción y pocas ideas ha vegetado nuestra región en los últimos veinticinco años.

Corina Machado creyó cuando era muy difícil creer. Lucho cuando parecía que no quedaban ni banderas. Hablo donde era imposible hablar, convoco en medio de la oscuridad, dio luz en la noche y hoy aparece, victoriosa e invicta, para decirle al mundo que la Venezuela y la América Latina de siempre están presentes y vigentes. Que no todo está perdido, que más bien, todo está para ganarlo.

Corina Machado es hoy la voz de los venezolanos dentro y fuera de su Patria. Pero su responsabilidad va mucho más allá de las fronteras de su Patria. Sobre su espalda esta un continente que necesita vibrar con viejas y eternas ideas y sueños, y creer en el trabajo, la creación y la excelencia.

No nos puede fallar. No nos va a fallar. Tiene que elegir las mejores ideas y a los mejores para conducirnos. Todo ha sido muy triste. Muy frustrante. Tiene que unir convicción, carácter, eficiencia, creatividad, humildad y honradez. Es mucho lo que ha hecho, e imponente lo que tiene por delante. Por ella misma y por todos nosotros, tiene que ser la luz que nos lleve a la esperanza hecha realidad.

En un mundo que se divide, mientras tiene los instrumentos más idóneos para lograr la felicidad, nuestra región debe hacer un aporte positivo, realizable, que nos de esperanza.

Su actitud y palabra desde que logro el Premio es impecable. Se le vio primera, entre su pueblo. Confirmando cercanías con claridad y sin prejuicios. Todavía hay dictadura en Venezuela. Se necesita una oposición unida. Todos sus líderes opositores merecen que se les reconozca. Al frente esta Corina, se lo gano en buena lid.

Los mejores momentos de Venezuela fueron sin duda, cuando en ese país hubo democracia, fue un faro en la región en tiempos de dictaduras. Fue cercana a Estados Unidos, líder en América Latinas, parte del mundo occidental. Eso no le impidió crear a través de diferentes vínculos acercamientos y amistad con otras regiones.

Todos estamos esperando una Venezuela democrática que nos ilumine y de alguna forma sea un país que, junto con otros, marque un camino. Lo necesitamos.

Lo que es un hecho hay que consagrarlo. Es evidente que Venezuela solo necesita que se acepte el último resultado electoral para volver a la democracia. Ese proceso tiene que ser preciso, claro, que no deje fisuras ni signifique futuras fracturas. Lo más importante es el porvenir. No la mezquindad y el oprobio de hoy.

Hemos tenido en el pasado, líderes en nuestro continente, que llegaron defendiendo causas justas, y luego defraudaron, No cumplieron. Nicaragua con Ortega, nos sigue doliendo. Venezuela será un jalón necesario e imprescindible. Un verdadero salto de calidad para la región. Ayudará a definir el rumbo.

Venezuela tiene activos materiales, morales e intelectuales capaces de dar vuelta página y volver a liderar. Con democracia, respeto a la propiedad privada y sus activos naturales, se va a recuperar sin duda.

Juana de Arco murió en la hoguera. Corina Machado, tan íntegra como ella, va a tener más suerte. Cuando le toque, va a morir en paz, en un continente más democrático, y en un mundo mejor. Claro que sí.

 

Rúben H. Díaz

Columnistas
2025-10-13T11:22:00

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