La guerra y la paz
Daniel Vidart
21.12.2018
A la memoria de los mártires de Guernica, Lídice y Faluya.
Cuenta Kant en el encabezamiento de una de sus obras , denominada La paz perpetua , que una idéntica leyenda figuraba en el frente de un hotel holandés , al pie de una pintura que representaba un cementerio Y de inmediato se pregunta si esta ocurrencia del humor negro - que él rebaja a la categoría de satirisch , atenuando su tinte macabro - , "estaba dedicada a todos los hombres en general, o especialmente a los gobernantes, nunca hartos de guerra ( krieg ) o bien quizá a los filósofos, entretenidos en evocar el dulce sueño de la paz". Digamos de paso que la voz krieg ( (guerra) significaba terquedad (chreg) en el alemán antiguo( Althochdeutsch) , pero merced a la deriva semántica impuesta por las mutaciones culturales coetáneas al alemán medio (Mittelhochdeutsch ), el término se transforma en kriec, una palabra polisémica que, a la vez, quiere decir aspiración, esfuerzo, fatiga, pelea, resistencia y, sobre todo disputa convertida en lucha armada. Este haz de significaciones al teñirse de modernidad da origen al verbo kriegen , que significa obtener y desciende del krigen medieval , alusivo al propósito ambicioso de lograr algo y, en definitiva, ganar.
Tambien promueve una pregunta semejante a la del filosofo alemán el ejercicio de la "pacificación" practicado por los conquistadores hispánicos contra los naturales de América. Pacificación, un término elusivo , por no decir mendaz - por aquella época expresiones de este tipo se utilizaban para "salvar las conciencias"- equivalía lisa y llanamente a genocidio. La matanza masiva sosegaba a los indígenas, los " pacificaba" , y al cabo inauguraba la paz de los sepulcros, si es que las manos piadosas de los sobrevivientes podían adelantarse a la voracidad de los animales carroñeros
Esas viejas, eternas preguntas
Hoy, a las puertas de una tercera conflagración mundial, o, por lo menos , de una catástrofe generalizada que no solo afectará la vida de la humanidad entera sino tambien la vigencia de las instituciones políticas , de los fundamentos económicos y de los sistemas normativos consagrados por la civilización " occidental y cristiana", - esa fábrica de ideologías y tecnologías utilizadas para imponer terribles escarmientos a los "bárbaros" o "salvajes" que impiden la plena ocupación de las tierras codiciadas - regresan las viejas, las eternas preguntas acerca de las causas profundas y los motivos coyunturales que, cíclicamente, disparan hacia el blanco de la historia los mortíferos proyectiles de la guerra y las temerosas palomas de la paz .Y con ellas , y tras ellas, advienen las relacionadas con los instrumentos jurídicos confeccionados a lo largo de avances y retrocesos, de progresos y postergaciones, por los artífices del derecho internacional , con el propósito de poner coto a la soberbia de los fuertes y al manotón de los rapaces . Para lograrlo , desdichadamente, no alcanzan las buenas razones ni el encomio verbal de los beneficios de la fraternidad humana . En efecto, la imposición de la paz entre las naciones - Qui desiderat pacem, preparet bellum decía Vegecio, en su De re militari - solo puede ser posible mediante la creación de una fuerza disuasiva internacional capaz de enfrentar y vencer a los caudillos carniceros paridos por la alianza de la rapacidad con la violencia , y ello llevaría , paradójicamente , al advenimiento de nuevas guerras y , como consecuencia, a la ruptura del trabajosamente tejido tapiz de la concordia entre los pueblos del mundo.
No es este el momento ni el sitio para analizar los argumentos manejados por los pacifistas y los belicistas en defensa de sus respectivas concepciones .Tras ellos se despliega el abanico de los temas fundamentales , al tenor de los siguientes :
¿ Son los hombres agresivos por naturaleza, tal como lo fuera el antepasado antropomorfo asesino , cuyo legado perdura en nuestros genes, según lo pinta ( ¿o imagina ?) Ardrey en African genesis ( 1961)? Y si lo son ¿ cuáles serían los resultados de un proceso educativo enderezado a sofrenar la desmesura del instinto y cambiar la voluntad de dominio por el gesto solidario ? ¿ Algún día se acabará con los azotes de la guerra para lograr el advenimiento de una paz duradera entre las naciones y dentro de cada una de ellas ? ¿Puede ser posible un acuerdo entre los gobiernos y los pueblos de los distintos países - los grandes y los pequeños, los fuertes y los débiles, los ricos y los pobres - para desterrar para siempre los conflictos armados y convivir pacíficamente en el planeta Tierra ? ¿ De qué modo y bajo qué tipo de coacciones un ordenamiento jurídico internacional podrá suscitar, o en su defecto imponer, el acatamiento unánime de los Estados a una legislación que evite la conquista abierta o solapada de territorios ajenos , la explotación de las sociedades minusválidas y el desprecio por la cultura del Otro? ¿Se avendrán las clases dirigentes de los países centrales, favorecidas por el poder, el tener y el saber , a resignar sus ambiciones, a sosegar sus intereses, a desestimar las demandas del complejo militar - industrial y de las grandes empresas transnacionales cuyos imperios invisibles desbordan las fronteras geográficas y proyectan su globalizado y globalizador cono de sombra sobre el orbe entero ?¿Quién o quienes se atreverán a colgar un cascabel al Leviatán de la actual omni - potencia que se ha convertido en el gendarme del mundo, al que procura imponer sus etnocéntricos conceptos acerca del Bien y del Mal , de la Verdad y de la Mentira, de Dios y del Diablo, del Amor y del Terror ? ¿ Que mecanismos internacionales disuasivos, ya que no cuentan los persuasivos, serían los encargados de poner límites a sus ambiciones de dominio político , a su acaparamiento y concentración de los bienes económicos, a su arbitrario uso de la fuerza bruta, a su desconocimiento de los derechos y deberes recíprocamente condicionados que regulan las relaciones internas y externas de las sociedades humanas ?
Ante estas preguntas se yergue el coro de voces que desde el mas lejano ayer encomian la guerra y el espíritu marcial, los valores y ventajas de la virilidad, las condecoraciones del honor y la gloria, la principalía de los fuertes y los audaces, las bendiciones del Dios de los Ejércitos. Una y otra vez se repiten aquellas palabras de Heráclito de Efeso : " La guerra (pólemos) es el padre( pátron) y el rey( basileus) de todas las cosas : a unos los muestra como dioses y a otros como hombres, a unos los hace esclavos y a otros libres" Hegel, continuador de la dialéctica heracliteana, por su parte, consideraba a Napoleón como el "Espíritu Universal a caballo" . Igualmente sostenía que los indígenas americanos habían " perecido al soplo del Espíritu", dado que no eran sujetos pensantes, creadores de la historia , sino animados objetos de la geografía. Para entender esta canonización de la fuerza es preciso recordar que a su juicio ( ¿ o pre - juicio ? ) de prusiano absoluto, y absolutista, "el punto más alto de la vida del Estado, por el que llega a la más elevada conciencia de sí mismo y a la perfección deseada , es la guerra".
La Segunda Guerra Mundial, iniciada por Alemania, echó al tacho de la basura la barrera jurídica levantada por la Sociedad de Naciones. La Tercera Guerra Mundial, desatada en Irak por los EE.UU., ha herido de muerte a las Naciones Unidas .En consecuencia ¿ qué suerte de Derecho Internacional , cuya vigencia abarque - urbi et orbi - el plexo político del este contaminado y depredado globo terráqueo , podrá organizar y hacer cumplir sus normas dadas las catástrofes que padecen las criaturas todas, las de los antroposistemas y las de los ecosistemas, en un hogar planetario cuyo habitante humano fluctúa entre un inmemorial estado de sitio y un infatigable estado de guerra ?
Kant , el filósofo
Antes y despues de la instalación de la Sociedad de Naciones y de las Naciones Unidas, esas hemipléjicas hermanas gemelas paridas luego de las dos guerras mundiales del siglo XX, se levantaron voces provenientes de los que contemplan y de los que mandan, reconociendo la necesidad de construir una efectiva barrera para cerrarle el paso a los desbordes del espíritu bélico. Citaré solamente las de un filósofo del siglo XVIII y un estadista de mediados del siglo XX .
Kant, el filósofo , en su tratado Zum ewigen Frieden,ein philosophischer Entwurf ( La paz perpetua, un esbozo filosófico, 1795, segunda edición ampliada, 1796) estableció una serie de propuestas cuyo acatamiento aseguraría la paz en la porción del Viejo Mundo que por entonces era el dramático escenario de la Revolución Francesa y su expansión por el ámbito europeo .La médula del pensamiento de Kant, un admirador de la declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano que jamás abandonó su natal ciudad de Koenigsberg, se condensa en los siguientes artículos , unos denominados preliminares y otros definitivos.
Entre los preliminares figuran los que a continuación transcribo : " Art.3º Los ejércitos permanentes - miles perpetuus - deben desaparecer por completo con el tiempo " ; "Art.5º Ningún Estado debe inmiscuirse por la fuerza en la constitución y el gobierno de otro Estado ; Art. 6º Ningún estado que esté en guerra con otro debe permitirse el uso de hostilidades que imposibiliten la recíproca confianza en la paz futura : tales son por ejemplo el empleo en el Estado enemigo de asesinos ( percussores) ,envenenadores (venefici) , el quebrantamiento de capitulaciones, la excitación a la traición, etc."
Por su lado, entre los artículos definitivos deben destacarse el 2º , " El derecho de gentes debe fundarse en una federación de Estados libres " , y el 3º."El derecho de ciudadanía mundial debe limitarse a las condiciones de una universal hospitalidad". Esta hospitalidad no es otra cosa que la pacífica convivencia ,configurada por el respeto a la riqueza e instituciones ajenas
Lo que escribe de inmediato, a título de explicación, además de no tener desperdicio para la axiología de la paz y la justicia , es de clamorosa actualidad : "Si se considera en cambio la conducta inhospitalaria que siguen los Estados civilizados de nuestro continente, sobre todos los comerciantes, espantan las injusticias que cometen cuando van a visitar extraños pueblos y tierras. Visitar es para ellos lo mismo que conquistar. América, las tierras habitadas por los negros, las islas de la especiería, el Cabo, eran para ellos , cuando los descubrieron, países que a nadie pertenecían pues los naturales no contaban. En las Indias Orientales - Indostán - bajo el pretexto de establecer factorías comerciales introdujeron los europeos tropas extranjeras oprimiendo así a los indígenas, encendieron grandes guerras entre los diferentes Estados de aquellas regiones, ocasionaron hambre, rebelión, perfidia, en fin, todo el diluvio de males que pueden afligir a la humanidad".
Mas adelante expresa que la comunidad que se ha ido estableciendo entre todos los pueblos de la tierra ha llegado ya hasta el punto que " una violación del derecho cometida en un sitio, repercute en todos los demás" De aquí , termina diciendo , que " la idea de una ciudadanía mundial no es una fantasía jurídica".
¡ Pobre Kant ! Daba luz a estas ilusionadas y filantrópicas ideas nada menos que en el reino de Prusia, cuya naturaleza militarista fuera denunciada por Mirabeau con estas palabras : " La plupart des États ont une armée ; l ´armée prussienne est la seule à avoir un Etat" Pero lo peor vendría despues , como consecuencia de las grandes guerras de aniquilamiento y conquista llevadas a cabo por la Alemania del Kaiser y de Hitler ,contiendas generalizadas que al cabo significaron una terrible pérdida de cuerpos y de almas para la gente del pueblo elegido .Y digo así porque en la base del discurso bélico de aquellos personajes , promotores del Deutschland über alles , subyace una etimología por muchos desconocida. En efecto, deutsch , en el germánico antiguo significaba la buena gente , los hombres verdaderos, los únicos seres dignos del privilegio de la humanidad.
Kennedy, el Presidente
Vamos ahora a las palabras de un estadista de nuestro siglo, que en algún momento de su fulgurante carrera política encomió los beneficios de un orden jurídico propicio al mantenimiento de la paz Este no era otro que el Presidente de los EE.EE. John F .Kennedy ( elegido en el año 1961) quien en su proclama del Law Day ( 1963 ) expresó lo siguiente :" En una época en que todos los hombres están con toda razón preocupados por el hecho de que las naciones , olvidando el derecho, la razón y la consistencia moral , se dedican a la destrucción mutua, tenemos más que nunca la necesidad de trabajar para que un día el derecho pueda gobernar a las naciones como lo hace con los hombres dentro de ellas". Pese a esta altruista declaración, Kennedy, el gobernante, no era tan inocente ni tan ingenuo como Kant, el filósofo. Su discurso humanitario tenía los pies de barro. .En efecto , según afirman politólogos bien informados, había logrado la presidencia de los EE.UU. merced a una gigantesca matufia electoral y tampoco no le tembló la mano ni le remordió la conciencia al poner su inmenso poder de fuego al servicio de los contrarrevolucionarios cubanos y soldados de fortuna que en el 1961 intentaron desembarcar en la playa Girón, sita en la bahía de Cochinos. La derrota allí sufrida concedió a ese topónimo geográfico el valor de un nombre simbólico, apto para calificar la miseria moral y la insania política de los agresores
No obstante este resabio belicista - no olvidar tampoco la famosa crisis de los misiles - a Kennedy lo mataron, según parece, los integrantes ultra reaccionarios del WASP ( ° ) y , poco después del magnicidio, los sedicentes "trabajos" programados en beneficio de la concordia ecuménica por un presidente católico se convirtieron en los dirty jobs llevados a cabo por el ejército de los EE.UU en Viet Nam y repetidos hoy en Afganistán e Irak .
La historia nos ha enseñado, pues, que los desmanes militaristas de los halcones estadounidenses ,a partir de la proclamación de un Destino Manifiesto refrendado por el Big Stick , siempre han sustituido al derecho por la fuerza y al equilibrio entre las naciones por la intervención universal de una megalopotencia que actúa en solitario, como albacea del Apocalipsis, en medio de una humanidad sobrecogida por el temor y envenenada por el odio.
Dicho clima de inseguridad y desdicha colectivas ha sido el caldo de cultivo para las escapatoria mentales hacia los Paraísos de los orígenes , las Jaujas de los Pobres, las Edades de Oro ,las anticipaciones , los futuribles , las utopías y los milenarismos . Se trata, en suma, de las huidas al pasado y las huidas al porvenir que , de tanto en tanto , emprenden los ensueños y las esperanzas del autodenominado Homo sapiens a quien , en un poema juvenil, califiqué como " la alimaña más triste y violenta de la Tierra" .
Visto lo anterior, que es apenas una ventana entreabierta sobre un escenario virtual, invito a los lectores a viajar conmigo a los tiempos arcaicos de las míticas felicidades y a los jubilosos espacios del futuro pronosticados o imaginados por aquellos que padecen, y denuncian, las sevicias , crímenes y desmesuras de esta interminable Edad de Hierro.
( º ) WASP viene de W(hite),A( nglo) S(axon), P( rotesrant), esto es, blanco, anglosajón y protestante, pretendidos rasgos somáticos y socioculturales que distinguen a los sectores mas conservadores de la derecha racista, belicista y fundamentalista de los EE.UU.
Daniel Vidart. Antropólogo, docente, investigador, ensayista y poeta.
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias