La 20, Monumento Histórico Nacional

Eduardo Vaz

27.04.2014

El sábado 26 de abril vivimos un acto diferente. La convocatoria del PCU a celebrar en este aniversario del asesinato de los ocho camaradas de la 20, la declaración de la sede de la Seccional como Monumento Histórico Nacional por parte del Gobierno.

Fue lo mejor que nos ha pasado en los últimos tiempos, en términos de memoria y reparación, así como construcción de valores republicanos.

Fue una apuesta democrática y plural, generosa y unitaria, que evitó la campaña electoral en su dimensión reducida, transformando algo tan propio en una actividad de toda la sociedad.

Las presencias de la ministra Lilián Kechichián en nombre del Poder Ejecutivo, de Aníbal Pereyra como Presidente de la Cámara de Diputados, del Arzobispo de Montevideo Monseñor Sturla, de la Presidenta del FA, Mónica Xavier, de Fernando Pereira por el Pit-Cnt, de Jorge Mazzarovich en nombre del PCU, de Tabaré Vazquéz en su carácter de ex Presidente de la República, y la presencia de la UJC a través de una emocionada y bien joven camarada junto a actores populares, dieron el marco adecuado y la amplitud necesaria a la conmemoración de este hecho luctuoso del pasado reciente, uno de los más trágicos, aberrantes y descalificadores de los mandos de las FFCC de aquellos años y del Poder Ejecutivo encabezado por Juan María Bordaberry, que nunca han reconocido aun.

Rara vez, tantos oradores distintos dan en la tecla tan afinadamente. No hubo ninguna salida de tono, ninguna frase fuera de lugar, ningún sentido hiriente en todas las palabras vertidas. En particular, las intervenciones de Msr. Sturla y de Jorge Mazzarovich, merecen comentario aparte. La oración por los ocho camaradas, pidiendo la luz del Señor para sus almas, desde un estrado comunista es la mejor síntesis de lo que significaba la celebración para nuestra historia, nuestro presente y futuro como sociedad plural y tolerante, así como un merecido homenaje a Msr. Partelli y al obispo auxiliar de Montevideo Rubio, que fueron capaces de hacer lo mismo en la sede del PCU, en aquel contexto de ascenso del fascismo.

El discurso de Jorge le dio potencia a la voz del PCU, trayendo lo mejor de su historia sin recortes,  de su línea de amplitud, generosidad, compromiso inquebrantable con la lucha por la justicia, la democracia y la libertad junto al compromiso irrenunciable de la unidad con todos los orientales honestos. 

Hay que agradecerle al Partido y todos los participantes por este mensaje que debe primar en la construcción de valores sociales y que nos involucran a todos, más allá de diferencias ideológicas, religiosas, políticas y demás.

Eduardo Vaz

 

 

Eduardo Vaz
2014-04-27T06:08:00

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