El ascenso de la extrema derecha y la irrupción de la nueva izquierda en Alemania. Hebert Abimorad
14.02.2025
El gobierno ha caído y habrá elecciones el 23 de febrero. La política alemana enfrenta crisis y conflictos, no solo por el ascenso de la extrema derecha (AfD), sino también por el éxito del partido conservador de izquierda BSW, liderado por Sahra Wagenknecht. Su popularidad ha crecido a expensas de Die Linke ( La izquierda), al que acusa de perder el rumbo.
Las elecciones en Turingia, Sajonia y Brandeburgo mostraron el avance de AfD y BSW, reflejando una creciente división política. La identidad regional y la historia de la RDA siguen marcando diferencias con la Alemania occidental liberal y capitalista. La identidad regional y la historia de la RDA siguen influyendo en el voto.
Los electores del Este suelen ser más conservadores, escépticos ante la inmigración y con una visión más favorable de Rusia, herencia de la época soviética. El descontento con la élite política y la difícil situación económica han favorecido el auge de estos partidos.
Radicales en ascenso
AfD, el partido populista de derecha fundado en 2013, ha crecido con posturas controvertidas: euroescepticismo, rechazo al islam y negación del cambio climático. Su nacionalismo y vínculos con extremistas han generado protestas y críticas dentro y fuera de Alemania.
Mientras partidos similares crecen en Europa, en Alemania destaca también la irrupción del BSW, un partido radical de izquierda fundado en 2024 por Sahra Wagenknecht. Exlíder de Die Linke, Wagenknecht combina políticas económicas de izquierda con valores conservadores, atrayendo a un electorado descontento.
Sahra Wagenknecht es una política popular y controvertida, conocida por su cercanía con la gente y su firmeza en sus ideas. Ha generado debate por su simpatía hacia la antigua RDA y su postura contra la vacunación masiva y la inmigración ilegal.
Su partido, BSW, prioriza la igualdad económica mediante mayor control estatal y un aumento del salario mínimo. A diferencia de Die Linke, combina políticas económicas de izquierda con conservadurismo en tradición, estabilidad y seguridad. También es euroescéptica, rechaza políticas ecológicas y se opone al envío de armas a Ucrania.
En Turingia, AfD fue el partido más votado en septiembre, pero la CDU asumió el gobierno. Su líder, Björn Höcke, ha sido multado por usar lemas nazis, y la organización en ese estado es vigilada por los servicios de inteligencia por extremismo.
Debido a sus posturas radicales, AfD está aislado políticamente. En Turingia y Brandeburgo, BSW se unió a coaliciones con el SPD y la CDU, mientras que en Sajonia fue excluido por su postura pacifista y rechazo al envío de armas a Ucrania.
Los grandes perdedores en las elecciones de 2024 fueron los partidos del gobierno colapsado: SPD, Verdes y FDP. El SPD apenas retuvo Brandeburgo, mientras que los Verdes y FDP perdieron escaños. Die Linke también cayó, con muchos de sus votantes migrando a BSW.
El auge de AfD y BSW refleja el descontento con la gestión de la migración y el medioambiente. BSW atrae a quienes rechazan la ideología de Die Linke y critica las sanciones a Rusia, argumentando que perjudican a los alemanes. También cuestiona la política climática, calificándola de "activismo ciego".
El avance de AfD y BSW refleja un cambio en la política alemana, aumentando la polarización y el rechazo al establishment. Ambos partidos critican a la UE y la OTAN, acusándolas de burocracia y dominio extranjero. Björn Höcke (AfD) incluso propuso que Alemania abandone la OTAN.
Si estos partidos ganan más influencia, la desconfianza en las instituciones podría profundizarse, debilitando las normas democráticas y generando mayor inestabilidad política.
Heber Abimorad
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias