Ernesto Kreimerman
15.09.2024
IA o la capacidad autodestructiva del Homo Sapiens
"El enseñar cómo vivir con incertidumbre sin ser paralizados por la vacilación es, tal vez, el mayor beneficio que la filosofía actual todavía puede ofrecer a aquellos que la estudien", escribió una vez Bertrand Russell. Quizás esta breve explicación nos ayude a comprender la razón del retorno de la filosofía al centro de la reflexión de la academia, pero básicamente al ser humano de estos tiempos. La búsqueda de comprender el presente y el futuro, acotar la inmensidad temeraria de la incertidumbre, nos motiva a la búsqueda de los vectores que impulsan cambios. Es cierto, sí, que "zarpar siempre es un salto de fé" (Richard Rohr) "es un riesgo en el sentido más profundo de la palabra, y además una aventura también". Quizás un primer consejo a asumir ya estaba en Cartas a un Joven Poeta de Rainer María Rilke: "vive con la pregunta", y antes advertía: "ten paciencia con todo aquello que permanece sin resolver en tu corazón". La esencia del futuro es la incertidumbre. Sin embargo, buena parte de la construcción de la estabilidad ha sido acotando la imprevisión del desarrollo de las cuestiones que condicionan nuestra capacidad de comprender nuestro entorno, nuestro propio trayecto.
Siglo XXI
Agamenón a Calcas, La Ilíada: "¡Augur de males! Jamás me has dicho nada complaciente; siempre gustas, en tu fuero interno, de vaticinar calamidades; nunca nada bueno predices ni realizas..." Predecir el futuro siempre tuvo sus riesgos. Testimonio de esta experiencia hay en la Ilíada. Y de ello también sabe Yuval Noah Harari. Quizás la diferencia más notoria entre épocas es que las tramas estructuradas para comprender y explicar lo incierto, la fuerza de ciertas dinámicas, hoy son más sofisticadas (también hay un mayor desarrollo, una mayor acumulación) aunque no necesariamente sean más convincentes. Maggie Jackson, autora del libro "Distraído; recuperar nuestro enfoque en un mundo de atención perdida", entiende que la incertidumbre es como un regalo, el mejor regalo para los seres humanos, porque "la incertidumbre es el trampolín hacia un pensamiento mayor" (https://www.bbc.com/mundo/noticias-56808808). Sin embargo, "vivimos en una sociedad que constantemente ve las respuestas instantáneas como exitosas. Recurrimos a dispositivos que básicamente nos ofrecen de forma inmediata". Pero a partir de aquí el problema solamente se agrava. Jackson nos responde: "básicamente, las personas comparten, les gustan y tuitean cosas que ni siquiera están leyendo. Y esto se considera la norma. Entonces cuando te enfrentas a la incertidumbre, parece ser algo muy incómodo". Agrega: "la incertidumbre es absolutamente crítica para el pensamiento, para la creatividad, incluso para el bienestar mental y la resiliencia". La incertidumbre, cierra Jackson, "es un tipo de pensamiento provocador, que algunas personas la comparan con una forma de buen estrés" ... "la incertidumbre es este estado absolutamente maravilloso que te está provocando a pensar".
Yuval Noah Harari
En 2011, un intelectual israelí, Yuval Noah Harari, publica un libro que vendió 25 millones de copias en el mundo; Sapiens. Se trata de una mirada histórica, profunda y ordenadora, de la especie humana. Vendría después Homo Deus, Breve historia del mañana, escrita como una proyección del futuro. Este libro incursiona en las capacidades adquiridas por los humanos (el homo sapiens) a lo largo de su existencia, de su "evolución como especie dominante en el mundo". Se detiene en las habilidades y en la superación de la especie, al tiempo que ensaya, a pinceladas inquietas, bordear y dar color a una imagen del futuro. Cierra revisando asuntos de filosofía: el humanismo, el individualismo, el transhumanismo y la mortalidad. En esas proyecciones, Yuval intenta una proyección optimista del humanismo, y plantea una proyección hacia un superhombre, un "homo deus". En el tramo final, abre una duda inquietante: que los humanos sean algoritmos, y como tales, el homo sapiens puede no ser dominante en un universo donde el big data se convierte en un paradigma". En la medida en los humanos asumen más datos, se tornan más algorítmicos y también más eficientes en el procesamiento, lo que les abre el camino a emociones más profundas y destrezas intelectuales superiores. Deja una interrogante: ese rápido crecimiento de los datos puede acabar con la vitalidad humana, al extinguirse aquello que originalmente nos hizo humanos, y volver a los humanos en obsoletos. Harari, en otros textos, abre otra perspectiva, la dataista. Es decir, concebir la historia como un proceso de mejora de la eficiencia de un sistema de procesamiento de datos, que resumidos son cuatro métodos básicos: 1. Aumento del número de procesadores; 2. Aumento en la diversidad de los procesadores. 3. Alza del número de conexiones entre procesadores y 4. Aumentar la libertad de movimiento a lo largo y ancho de las conexiones existentes. El dataísmo que se inició como una teoría científica neutral, mutó a una "religión" que agrupa el bien y el mal, que haya su consistencia en el "flujo de información". Según el dataísmo, las experiencias humanas no son sagradas y el homo sapiens no es la cúspide de la creación ni tampoco un precursor de algún futuro homo deus.
Laboratorio de IA
Aunque intuitivo, no se precisa mayor análisis para advertir que estamos viviendo la revolución de la información más profunda de la historia de la humanidad. Para entenderlo, necesitamos comprender lo que vino luego. Llamamos a nuestra especie homo sapiens, "humano sabio", pero si somos tan sabios como se explica, ¿por qué estamos haciendo tantas cosas autodestructivas? ¿Por qué estamos a punto de cometer un suicidio ecológico y tecnológico? Para la inteligencia artificial se construyen grandes redes de cooperación, pero la forma más fácil de construir y mantener estas redes es difundiendo ficciones, fantasías y delirios masivos. Transcurridos casi un cuarto del siglo XXI, al adoptar decisiones informadas, sabemos que podemos prevenir los peores resultados. Porque si no podemos cambiar el futuro, ¿por qué perder el tiempo discutiéndolo? En este nuevo libro, Nexus, Harari nos pide que consideremos la compleja relación entre la información y la verdad, la burocracia y la mitología, la sabiduría y el poder. Harari explora cómo diferentes sociedades y sistemas políticos han manejado la información para lograr sus objetivos e imponer el orden, para bien y para mal. Y aborda las decisiones urgentes a las que nos enfrentamos hoy en día, ya que la inteligencia no humana amenaza nuestra propia existencia. Lo medular de la nueva tesis de Harari es que ubica la diferencia entre democracias y dictaduras en cómo manejan la información. Las dictaduras, se centran en controlar los datos. Las democracias establecen redes de transparencia para que los ciudadanos pueden evaluar, cuestionar y, si fuera del caso, corregir. "Nexus" es un extenso informe de políticas sobre la inteligencia artificial para empezar a responder ¿cuáles son sus riesgos y qué se puede hacer? Y nos advierte también que "los empresarios que lideran la revolución de la IA ya bombardean al público con suficientes predicciones optimistas sobre ellos".
Publicada en El Telégrafo, el 15/09/2024
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