Nos vamos muriendo

Esteban Valenti

04.09.2024

En un solo día recibí malas noticias y necesito escribir, tratar de compartir la amargura y algo más.

Hace una semana se murió Mario Dujisín, mi compañero de Inter Press Service (IPS) y de Othernews, hoy me enteré de la muerte del José Luis "Topo" Canel, Arquitecto y dirigente de la FEUU y de la Sociedad de Arquitectos, falleció Leonor, Albagli militante comunista y del Congreso Obrero Textil, presa política durante seis años y  Hector D´Alessandro compañero de militancia estudiantil en la FEUU, que junto a su esposa Sonia Fossati, tenían en la casa una imprenta clandestina y estuvo varios años preso, Aimar Hernandez compartimos militancia en Malvín hace muchos años, y también falleció el Turco Soria, que además de militar juntos en estos tiempos, fue compañero de Codarvi, Brenda Sosa otra compañera con muchos años de cárcel en la dictadura. Y me debo estar olvidando de algunos nombres y cada uno de nosotros tiene su propia lista.

No quiero hacer una nota fúnebre, triste, quiero integrar estas noticias que nos van golpeando en nuestras vidas y en nuestros muchos años. Las ausencias se sienten, se nos despuebla el horizonte de nuestros recuerdos humanos con los que compartir este tramo actual de  nuestras vidas. No se trata de asumir que definitivamente la muerte es lo único inexorable, sino de que llenemos nuestra memoria, nuestro afecto, nuestro respeto y cariño por todos, por los que se fueron y por los que siguen estando aquí junto a nosotros en este largo camino.

No podríamos honrar nuestras vidas, nuestro presente, sin todos ellos, que son tantos, algunos héroes y mártires, otros compañeros y amigos con su trayectoria de trabajo, de estudio, de pasiones y derrotas y sobre todo con las familias que construyeron.

Somos una pequeña mota celeste en un universo que no tiene medidas posibles, somos menos de un instante en los millones de años de esta pequeña esfera, pero hemos sido y somos constructores de civilizaciones maravillosas, llenas de creaciones, de arte, de cultura, de humanidad, de vidas compartidas y también asumamos, que otros tuvieron y tienen otro papel trágico y deplorable. Somos esa contradicción permanente.

Los años pasan y nunca tendremos tiempo suficiente para admirar la potencia de la vida, el ingenio humano, su sutileza a la hora de crear y de hacernos gozar de sus sonidos, sus imágenes, sus ideas, sus volúmenes, de nuestros sueños y sensibilidades.

La muerte, ese instante trágico al que los seres humanos le hemos dedicado una parte tan importante de nuestras letras, nuestras poesías y nuestro arte, les da a nuestras vidas la magia y la necesidad de aprovecharlas al máximo. La soledad es uno de los peores enemigos del tránsito por este mundo. Nacimos para compartir, para amar y también para odiar.

Esos nombres que mencioné al principio, se suman a otros muchos que nos dejaron más solos, más tristes, más conscientes de como debemos aprovechar cada minuto. Son parte fundamental no solo de nuestro pasado, sino de nuestra identidad y tenemos mucho que agradecerles.

Un grande de todos los tiempos, pintor, anatomista, arquitecto, paleontólogo, botánico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, inventor, músico, poeta y urbanista y cocinero dijo: "Así como una jornada bien empleada produce un dulce sueño, así una vida bien usada produce una dulce muerte." (Leonardo da Vinci)

Esteban Valenti
2024-09-04T07:00:00

Esteban Valenti.

Trabajador del vidrio, cooperativista, militante político, periodista, escritor, director de Bitácora (www.bitacora.com.uy) y Uypress (www.uypress.net), columnista en el portal de información Meer (www.meer.com/es), de Other News (www.other-news.info/noticias). Integrante desde 2005 de La Tertulia de los jueves, En Perspectiva (www.enperspectiva.net). Uruguay