Elecciones en Uruguay
Esteban Valenti
27.11.2024
Los resultados de las elecciones en tres vueltas que culminaron el domingo 24 de noviembre en Uruguay los conocemos, Yamandú Orsi será a partir del 1 de marzo del 2025 y por cinco años el nuevo presidente de izquierda, del Frente Amplio en el Uruguay y Carolina Cosse la vicepresidenta y la senadora 17.
Debemos pasar a responder algunas preguntas fundamentales, voy a iniciar. ¿Por qué?
¿Por qué razones el Partido Nacional encabezando una Coalición consolidada tras cinco años de gobierno, reiteró una constante histórica: nunca gana dos elecciones seguidas, excepto en 1958 y 1962?
Obviamente no hay respuestas ni unánimes ni simples, pero es importante indagar tanto para definir la situación del nuevo gobierno y de la futura oposición, sino para completar una página importante de la historia política uruguaya, que no puede llenarse solo con cifras y porcentajes.
El resultado electoral, la derrota de la Coalición que en las instancias de octubre y noviembre se presentó por primera vez unida y con un programa básico, es en primer lugar el resultado de su gobierno actual, de sus políticas, de sus impactos sociales, de los escándalos ocurridos y de la inseguridad que reina en el país. Se puede decir que es un gran balance general de la ciudadanía, no por capítulos. Es claro que la gente considera que está peor que antes, que durante los gobiernos del Frente Amplio. Y eso es particularmente notorio porque el centro de la campaña del oficialismo y de Álvaro Delgado fue la crítica a los 3 gobiernos del FA. Contraponiéndolos a los resultados de este gobierno, la tarea principal de este flanco fue el propio Presidente de la República en persona. Fue una campaña netamente reeleccionista.
Así que el principal derrotado, por el papel jugado en el gobierno, monopolizando el poder y siendo hasta último momento la voz más potente de la Coalición y del gobierno, es Luis Lacalle Pou. Con lo cual son bastante discutibles los resultados de las encuestas de dan un apoyo al presidente que llega en algunos casos al 56%. No tendremos manera de comprobarlo directamente, pero los 48 puntos obtenidos en el balotaje por Delgado, son una indicación bien clara.
Sin ese balance negativo general de la mayoría de la ciudadanía no hubieran perdido las elecciones y además por un margen del 4% en el balotaje, con el pasaje de numerosos votos de los partidos de la Coalición a Orsi-Cosse, que de octubre a noviembre crecieron 6% sobre el total de los votos por partidos, mientras que los 5 partidos oficialistas perdieron 1.42% puntos (45.87% -47.29%).
El resultado, la victoria es importante, pero es desproporcionada a una comparación seria entre los resultados de los gobiernos del FA y los gobiernos de derecha, en especial este último, casi en todos los niveles. Pero no logramos situar esos temas adecuadamente, en algunos casos corrimos de atrás. Y eso se paga.
Debemos reconocer que durante un buen tiempo de la campaña dejamos que se instalara por parte del gobierno y los partidos coloridos una comparación entre el último año de los gobiernos FA, 2019 y el año 2024, el primero con cierto crecimiento y resultados. Fue un grave error y del él fui parte integrante. Lentamente logramos resituar la verdadera contradicción entre los diversos gobiernos de la derecha y los 3 gobiernos del FA.
El principal autor de ese cambio, fue la gente, si la gente desde el fondo de su sensibilidad y su participación en las calles, los muros, las redes, los actos, las conversaciones. La gente le volvió a dar impulso a la campaña. Es bueno y necesario tenerlo en cuenta.
Otro elemento de importancia, fue la situación política que construyó a lo largo de 5 años el Frente Amplio, luego una derrota muy difícil, derivada sobre todo de un gobierno, el tercero con resultados muy mediocres en todos los indicadores principales, PBI, desocupación, déficit fiscal y sobre todo seguridad pública y varias metidas de pata y algo más, que nos golpearon muy duro.
Eso determinó que el FA en las elecciones de octubre de 2019 perdiera en relación a las elecciones anteriores, casi 10% del total de los votantes. Se mantuvo de todas maneras como el principal partido del Uruguay.
El Frente Amplio a través de la renovación de su presidente, de la batalla por las firmas y el referéndum contra 129 artículos de la Ley de Urgente Consideración, perdido por menos del 2% de los votos, le permitió cambiar el estado de ánimo de sus simpatizantes, de amplios sectores sociales y retomar la iniciativa en varios frentes, en particular sobre la entrega por 60 años del monopolio de la terminal de contenedores del puerto de Montevideo a la empresa belga Katoen Natie y las diversas iniciativas parlamentarias y ante la Justicia.
A ello se sumaron la larga lista de escándalos al más alto nivel del gobierno (Marset, Astesiano, Penadés, valijas diplomáticas, pasaportes truchos y varios etcéteras, sobre todo de acomodos, pero que determinaron diversas iniciativas parlamentarias y políticas, como la carta de Yamandú Orsi al presidente sobre la entrega a Katoen Natie.
El Frente Amplio por razones biológicas debió renovar la casi totalidad de su dirigencia y en particular su fórmula presidencial. Eligió bien a su candidato a Presidente, quedó demostrado claramente en los resultados de las elecciones internas de junio del 2024, donde Orsi obtuvo el 59.1% frente al 37.6% de Carolina Cosse, una diferencia del 21.5%. Diferencia no prevista por ninguna de las encuestadoras, algunas los daban empatando.
Otro dato muy importante es que el FA en su conjunto obtuvo 418.014 votos (42.22% del total) cuando en las elecciones internas anteriores había obtenido 259.160 votos (22.62%). Un cambio político muy importante. Sin este primer resultado no se hubieran podido ganar las elecciones en el balotaje.
Los resultados electorales en las elecciones de octubre del 2024 mostraron un crecimiento contenido del FA que no continuó en absoluto con el empuje logrado en las internas, siendo superado por 4% por los partidos unidos de la Coalición (44% a 48%). El motivo de este resultado hay que buscarlo en los errores cometidos en la campaña hacia octubre, donde sistemáticamente el FA y su formula fue bajando de simpatía y de intención de voto. Los errores en el manejo de los tiempos, en el papel asignado y retaceado al candidato, en la comunicación y el discurso, incidieron (lo analizaremos en otra columna sobre todo por su implicancia para el futuro gobierno y las posiciones de la izquierda).
En octubre se produjo un resultado de mayoría abrumadora de la lista 609 (MPP) dentro del FA, con el 42% de los votos del conjunto del Frente, obteniendo 9 de los 16 senadores y 36 de los 48 diputados. Es la primera vez en la historia del FA que se produce esta situación. Cuando en 1989 el FA obtuvo 21.23% de los votos, la lista 1001, obtuvo el 45% de los votos del FA, pero eso no se reflejó en absoluto a nivel parlamentario. De los 4 senadores que obtuvo la lista 1001, uno era Danilo Astori y el otra Germán Araujo. En que situación queda el FA, el papel de las diversas fuerzas políticas que lo integran es otro factor que hay que considerar. Ha cambiado mucho.
Los cambios imprescindibles en la campaña se dieron hacia el balotaje, con Orsi en el centro absoluto de la escena, en la prensa, en el debate directo con Delgado y como eje del mensaje político, que incluyeron propuestas, pero además un choque más explícito con el gobierno. El gobierno y los multicolores ayudaron al concentrarse en el ataque al Frente Amplio y a Orsi y la fórmula, incorporando una candidata a la vice presidenta, muy discutida pero cuyo papel era notoriamente el del ataque a la izquierda y el FA y en especial a Carolina Cosse. Lo pagaron caro.
En resumen hubieron 3 campañas diferentes del FA, una hacia las internas, que se resolvió con un resultado superior a las mejores expectativas, otra campaña hacia las nacionales de octubre, con un resultado inferior a lo esperado por la izquierda, en al menos 3 o 4 puntos, que perfectamente se podrían haber obtenido. Los errores en las campañas electorales se pagan caros. En este caso al menos dos diputados y sobre todo mucha más tranquilidad para afrontar el balotaje.
El cambio en la tercera etapa fue notorio y en las ultimas dos semanas se contuvo la pérdida y a partir del debate comenzamos a subir. Se ganó por alrededor del 4% y están de testigos los radioescuchas de La Tertulia del jueves 21 de noviembre donde todos los participantes dieron sus predicciones y yo opiné que el resultado de victoria de sería Orsi - Cosse 52% a 48% para Delgado-Ripoll, que es en realidad como corresponde dar los resultados pues los votos en blanco y anulados no tienen ningún valor, se gana por el 50% más un voto de los votos a las dos fórmulas.
No era una corazonada, desarrollamos un método propio hace tiempo (34 años de campañas electorales) utilizando los informes de las encuestadoras (análisis cuantitativo), los paneles masivos en Internet y los grupos cuantitativos. Y el último informe nos daba casi 4 puntos de ventaja para Orsi.
También es importante considerar que en las elecciones de octubre tuvimos el referéndum por la reforma constitucional sobre las jubilaciones y fue un factor de distorsión, de desperdicio de fuerzas y argumentación y de un serio peligro de comprometer a un posible gobierno de izquierda atrapado en esa tenaza. Y esa es una responsabilidad que alguien tiene que asumir y no silbar bajito.
Es cierto que vale ganar por un voto, pero las dimensiones de la alegría, no deben oscurecer un análisis riguroso políticamente. Es obligatorio.
Hay un aspecto que tratamos en una columna anterior y hay que seguir analizando. Fue un gran triunfo electoral y político, pero más complejo es el balance ideológico y de la batalla cultural. Y eso tiene que ver con el estado del conjunto de la sociedad uruguaya para iniciar los cambios importantes y necesarios, la capacidad, constancia e inteligencia de la comunicación del nuevo gobierno, subsanando errores y carencias del pasado, pero también asumiendo los cambios que se han producido y el estado de arte de los grandes medios de comunicación, que en estas tres campañas de forma ampliamente mayoritaria apoyaron al oficialismo, hasta dar vergüenza democrática.
Esteban Valenti.
Trabajador del vidrio, cooperativista, militante político, periodista, escritor, director de Bitácora (www.bitacora.com.uy) y Uypress (www.uypress.net), columnista en el portal de información Meer (www.meer.com/es) y de Other News (www.other-news.info/noticias).