Debemos cumplir
Esteban Valenti
09.12.2024
La consigna central del balotaje para la fórmula de la izquierda, fue una frase repetida en el himno nacional 18 veces, "Sabremos cumplir". Sintetiza una conducta política y moral fundamental del nuevo gobierno, la voluntad de cumplir los compromisos asumidos con el país, Programa del FA, 48 medidas prioritarias formuladas en Colonia y los 5 ejes centrales planteados por Orsi en el acto final de la campaña hacia octubre. Mucha cosa.
No tengo dudas que es la voluntad firme de Yamandú Orsi y del Frente Amplio, pero tenemos experiencia de 3 gobiernos nacionales y muchos gobiernos departamentales y una cosa bien diferente es la voluntad, no mentir a sabiendas en la campaña electoral y otra es efectivamente llevarlas a cumplimiento. Lo fundamental para ello, para cualquier gobierno y sobre todo si es de izquierda y progresista, es establecer claramente las prioridades. Todas juntas no se pueden ni siquiera encararse. Hay emergencias, hay urgencias y hay exigencias institucionales, como el presupuesto nacional.
Lo primero que hay que analizar a fondo y sin maquillajes discursivos es la situación en la que quedará el país. La pintura que intento vender el gobierno a través del Presidente, todos los ministerios y los entes y bancos con abundante, excesiva publicidad, no es la realidad.
Es necesario un diagnóstico muy riguroso y exigente de las cuentas públicas, de la situación laboral, de la situación y las perspectivas productivas, en el campo, en la industria, en los servicios en el comercio exterior, en las empresas del estado, en el conjunto de las empresas medianas, pequeñas y micro. Y obviamente los indicadores sociales, como una prioridad.
Algo elemental, el uso del tiempo, cinco años son muchos y pocos, depende del lado del mostrador en que estemos. Del lado de la gente, de la producción, de la economía, de la seguridad, tiene sus diferentes urgencias, del lado del gobierno tiene sus ritmos institucionales y el funcionamiento de los engranajes del estado, siempre más lentos de lo que necesita este tiempo y el país.
No debemos cumplir por una razón simple o fundamentalmente moral, que también existe, sino porque el país - fuera de los discursos electorales - realmente lo necesita, porque se puede, aunque sea complejo y difícil y porque la gente nos lo va a reclamar con todo derecho, porque nos dio nuevamente el gobierno nacional y hay que valorar la importancia de este cambio, luego de cinco años de un gobierno del bloque político y social de la derecha, con un adorno de la derecha centro, que tiende a desaparecer, dentro de los partidos históricos y fuera de ellos, el Partido Independiente. Este nuevo cambio tiene un renovado sentido histórico para Uruguay y para la región.
Y el mandato tiene contenidos muy precisos: el papel de la zona metropolitana y del resto del país, sabiendo leer las diferentes zonas, el oeste, el norte, el centro y el este.
Ganamos el balotaje por el 4% exacto, 52% a 48%, mientras en el 2019 perdimos, Lacalle Pou obtuvo el 50.7 y Daniel Martínez el 49.2% (diferencia 1.5%); en el primer balotaje en el 1999, Jorge Batlle obtuvo 54.1% y Tabaré Vázquez 45.9% (diferencia 8.2%). En el año 2009, José Mujica obtuvo el 54.6% y Lacalle Pou el 45.37% (diferencia 9.3%); en el 2014 Tabaré Vázquez el 56.5% y Lacalle Pou 43.5% (con la mayor diferencia en un balotaje, el 13%).
En el 2004, ganamos en primera vuelta, obteniendo el 51.6% contra el 48.4% del conjunto de los partidos políticos. No se cuentan para este porcentaje ni votos en blanco, ni anulados.
Las cifras y los porcentajes tienen su significado y tenemos que leerlas me ti cu lo sa men te. Son también un balance de la batalla política, electoral, cultural e ideológica.
Si digo que en Montevideo la mayoría de los votos tuvieron un alto contenido ideológico, no creo estar diciendo nada novedoso y atrevido. Con todas las connotaciones que ello tiene. Los problemas hay que asumirlos a tiempo y no dejarnos envolver por el flamear de banderas y consignas. Imaginen por un momento lo que sería perder las elecciones en Montevideo. De ello hablaremos descarnadamente más adelante.
El primer paso en la dirección de cumplir es, la designación de la estructura de ministros, mujeres y hombres, de sus capacidades, de su conocimiento de la materia, de la capacidad de coordinar las acciones ministeriales en las tareas fundamentales. Y de asegurar el funcionamiento institucional, serio, prolijo, controlado de acuerdo a las leyes. Esto también está asociado a la capacidad de negociar desde el principio, desde el ejecutivo y en el parlamento. No habrá soluciones definitivas.
Y tener bien claro que los sillones no deben tener clavos, nadie está garantizado, el que no sirve, tiene poco empuje, erra en algunos temas fundamentales, tiene que salir. El vicio anterior lo pagamos muy caro, con la derrota del 2019.
No se trata solo de los ministros, es todo el andamiaje de dirección del gobierno. Y un principio básico y fundamental: el presidente es ORSI.
Como tengo esta posibilidad de opinar, y porque Uypress en la campaña electoral subió de manera muy importante la cantidad y la calidad de sus lectores voy a hacer mi aporte, no es nada más que eso, una opinión.
Considero que tenemos que afrontar las urgencias: la educación, las cárceles y la seguridad, la pobreza infantil y los instrumentos del estado, en primer lugar las escuelas, liceos y UTU de tiempo completo, una ley urgente para combatir el lavado de activos, desacatado y ordenar la salud que se está cayendo, y el reforzamiento profesional y técnico de la policía.
Con una visión más estratégica, pero con prioridad en los cinco años del gobierno, Uruguay debería encarar la tarea de crecer y distribuir utilizando un triángulo virtuoso: Lado UNO, el campo, riego, política de inversiones, cambio adecuado, avance tecnológico permanente y desarrollo de la infraestructura para un país que tiene que duplicar su producción en volumen y eso implica ferrocarril, carreteras, caminería rural y puertos y costo del combustible. No hay riego con este costo del combustible y sin promoción de inversiones públicas y sobre todo privadas asociativas.
Lado DOS, la industria y la investigación de las nuevas tecnologías (ya exportamos 3.000 millones de dólares) esto implica en primer lugar una política concentrada de formación de cuadros en el sector. Investigación y producción en las tecnologías médicas, veterinarias, fitosanitarias. Tenemos una buena base, es un factor de crecimiento fundamental para nuestra producción y nuestra exportación y nuestra ciencia y tecnología.
Lado TRES: Fortalecimiento y apoyo a la industrias nacionales competitivas para el mercado local y externo; del turismo con una visión mucho más creativa y de extensión a una franja costera oeste-este mucho más amplia y de zonas del interior del país (termal, rural etc). Con un fuerte apoyo a las MIPYMES, no solo la tradicional (impositiva, créditos, sino la formación gerencial.
Para todo el triángulo hacen falta inversiones públicas y privadas y hay que tener una política específica para ello. Tenemos experiencia, hay que aguzar el ingenio y la capacidad.
Dentro del triángulo está el conjunto de la sociedad uruguaya, que debe recibir todos los beneficios de los resultados del crecimiento de la economía.
Los salarios y jubilaciones son prioridad para dos cosas, hacer que la gente vaya viviendo mejor y recuperando lo que perdió durante "los 5 mejores años de sus vidas" y de esa manera fortaleceran las industrias, los servicios, los comercios de todos los tamaños que viven del mercado interno.
Invertir (va a costar mucha plata) recursos en la educación, en la seguridad y en la salud. Eso es fundamental para "cumplir" para mejorar la vida de la gente y afrontar urgencias y emergencias.
Relativamente por afuera de esto está la transparencia, la honestidad, la defensa de las instituciones democráticas, de la libertad individual y colectiva, la libertad de prensa, no de los grandes medios, sino del país y de la gente a tener una prensa libre. Basta de escándalos, porque además debilitan la batalla contra los delincuentes. Y si alguno se pasa de la raya, la puerta es de vaivén, debido proceso, pero que funcionen mucho mejor los organismos de control del estado y del propio Frente y sobre todo la Justicia en su conjunto.
Esta es una simple síntesis, una opinión más.
Esteban Valenti.
Trabajador del vidrio, cooperativista, militante político, periodista, escritor, director de Bitácora (www.bitacora.com.uy) y Uypress (www.uypress.net), columnista en el portal de información Meer (www.meer.com/es) y de Other News (www.other-news.info/noticias).