¿Somos antisemitas?

Esteban Valenti

27.01.2025

En la última encuesta de la Liga Antidifamación (ADL) que sondeó las actitudes antisemitas y antiisraelíes en los países donde residen algunas de las mayores poblaciones judías fuera de Israel, la mayoría de los encuestados apoyan la acusación antisemita de la "doble lealtad", aceptando que los judíos son más leales a Israel que a sus países de origen. En Estados Unidos, este porcentaje asciende al 51%, hasta el 64% en Argentina y en Alemania. En Uruguay el 36% y a nivel global en 108 países, el 44% es antisemita.

La encuesta también revela que la creencia en que "los judíos son responsables de la mayoría de las guerras del mundo" también ha aumentado, subiendo al 23% en Argentina (frente al 13% en 2019); 19% en Estados Unidos frente al 5% de la encuesta anterior.

Según el diccionario de la Real Academia, Antisemita: Adj. Que muestra hostilidad o prejuicios hacia los judíos, su cultura o su influencia. Aplicado a persona, usado también como sustantivo.

Abba Eban uno de los fundadores del Estado de Israel, elegido miembro del Knéset por el Partido Laborista Israelí, Ministro de Educación y Cultura (hasta 1963), y después Viceprimer-Ministro (1966) y Ministro de Relaciones Exteriores hasta 1974, le dio un giro particular al término, cualquiera que criticara o atacara a Israel, a su gobierno, era un antisemita. Y esa falsedad sigue hasta nuestros días, repetida mil veces, por un impresionante aparato de medios y de poder.

Nunca en mi vida me hubiera formulado la pregunta del título de esta columna, pero los últimos acontecimientos, las imágenes permanentes de la guerra, incluso la liberación de tres rehenes en poder de Hamas, durante 471 días, me precipitaron en esa duda ¿soy parte del 36% de los uruguayos antisemitas o del 44% en todo el mundo?

Repudio desde lo más hondo de mi alma, de mis sentimientos, el asesinato por parte de las Fuerzas Armadas de Israel de 48.000 palestinos en la franja de Gaza y todavía más, que la población de esa estrecha y martirizada franja de tierra haya perdido en estos 15 meses de guerra el 6% de su población de 2:200.000 habitantes, es decir 132.000 personas, la mayoría mujeres y niños, que murieron además de por los bombardeos y los ataques militares, por hambre y enfermedades provocadas por el bloqueo de todos los suministros por los militares israelíes.

El imponente aparato de propaganda y de prensa del sionismo en el mundo no pudo ocultar las imágenes de destrucción total que vemos todos los días en Gaza, no solo de los edificios, de los hospitales, las escuelas, sino sobre todo de la gente. Es un verdadero genocidio, con extremos de crueldad.

En 470 días de guerra las tropas israelíes, entre las mejor armadas y potentes del mundo, atacando por tierra, por mar y desde el aire, con vigilancia satelital proporcionada por los EE.UU. y algunos otros, no pudieron encontrar a los rehenes capturados por Hamas. Solo liberaron a dos, mataron a tres que portaban una bandera blanca y no sabremos hasta el final cuantos asesinaron en su furor bélico. Pero los periodistas arrodillados inventaron en todos estos meses los más repudiables argumentos para justificar tanta crueldad y defender al gobierno asesino del primer ministro Benjamín Netanyahu y sus secuaces.

El Primer ministro está acusado de múltiples delitos dentro en Israel, además en la Corte Internacional Penal de La Haya. Se han presentado tres casos separados contra Netanyahu. El caso 1000, involucra regalos y presentes valiosos que Netanyahu y su esposa recibieron de dos ricos empresarios a lo largo de los años. En el caso 2000 se grabaron conversaciones entre Netanyahu y Arnon Mozes. Se habló sobre  el presidente y editor de Yedioth Ahronoth, uno de los periódicos más importantes de Israel. Hablaron sobre la posibilidad de una legislación que podría perjudicar a Israel Hayom, el principal competidor de Yedioth. El caso 4000 es sobre la relación entre la empresa de telecomunicaciones Bezeq y su regulador, el Ministerio de Comunicaciones, encabezado por Netanyahu en ese momento. El 21 de noviembre de 2019, Netanyahu fue acusado oficialmente de fraude y abuso de confianza en los casos 1000 y 2000, y de fraude, abuso de confianza y aceptación de sobornos en el caso 4000.

Esta es la catadura moral del actual primer  ministro de Israel. Pero hay mucho más, fue el mismo personaje que en el parlamento de Israel afirmó que si querían evitar la formación de un estado independiente de Palestina, había que apoyar a Hamas. Lo relató ante el Parlamento Europeo el Comisario de Relaciones Exteriores de la Unión Europea, Josep Borrell Fontelles. Y desde su nacimiento en adelante Israel apoyó y financió a Hamas, para dividir la Autoridad Palestina y Al Fatah.

El New York Times Times  informó sobre el plan que incluía la descripción detallada de los atentados y el ataque contra Israel del 7 de octubre del 2023, que eran conocidos por los servicios israelíes un año antes. https://www.nytimes.com/es/2023/12/01/espanol/israel-plan-hamas-ataque.html

El documento de aproximadamente 40 páginas, denominado en clave "Muro de Jericó" por las autoridades israelíes, describía con exactitud y punto por punto una invasión devastadora como la que provocó la muerte de alrededor de 1200 personas.

No solo no hicieron absolutamente nada para prevenir el ataque terrorista, sino que en la fecha prevista permitieron la realización en la frontera con Gaza un festival por la paz, notoriamente de opositores al actual gobierno de Tel Aviv y las reacciones militares fueron absolutamente injustificables, solo con la intervención de los helicópteros Cobra y Apache en una hora hubieran podido cerrar todas las brechas y destruir a los atacantes. Demoraron más de 12 horas y los terroristas penetraron 23 kilómetros en territorio israelí.

Pero la prensa obsecuente en Israel, los corresponsales más obsecuentes todavía que escriben para los medios pro israelíes en todo el mundo, no notaron siquiera esos pequeños detalles.

En Israel y en buena parte de las colectividades judías con el argumento que Israel tiene derecho a defenderse, no se preguntaron por un instante sobre ¿por qué no se tomaron las medidas preventivas y se reaccionó adecuadamente? ¿por qué en 470 días de ataque total contra Gaza, no se recuperaron los rehenes?

Viendo las imágenes de la liberación de las primeras tres muchachas israelíes, era claro que los militares de Hamas estaban bien lejos de haber sido aniquilados, había cientos ante las cámaras de televisión. Es que el primer generador de integrantes de Hamas es Israel.

En una paradoja de la historia, el Estado israelí encajó de manera perfecta en la definición de Hannah  Arendt sobre la banalidad del mal.

El mayor horror de la historia de la humanidad fue sin duda la Shoá, el holocausto de los nazis contra el pueblo judío. Practicado por una nación y un pueblo europeo, no por palestinos ni árabes.

Todos nos sentimos horrorizados, desgraciadamente tarde de ese crimen sin perdón. Pero ni los israelíes, ni los judíos, vivan donde vivan pueden creer que por ese horror que sufrieron sus antepasados debemos perdonarles cualquier cosa, aceptar genocidios y además quedarnos callados.

Son ustedes, los cómplices de Netanyahu los que no solo riegan el odio en Palestina y ayudan a crecer a Hamas a Hezbollah y otros grupos, además el rechazo creciente entre las poblaciones del mundo, y ya no alcanza con querernos acorralar con los gritos de antisemitas. Lo que no queremos es perder los rasgos básicos del humanismo, con sus cataratas de mentiras.

Esteban Valenti
2025-01-27T07:20:00

Esteban Valenti.

Trabajador del vidrio, cooperativista, militante político, periodista, escritor, director de Bitácora (www.bitacora.com.uy) y Uypress (www.uypress.net), columnista en el portal de información Meer (www.meer.com/es) y de Other News (www.other-news.info/noticias).