La popularidad sencilla
Federico Filippo
19.03.2013
Que momentos los que estamos viviendo en la región!!! Sin ser católico, tengo que reconocer que en mi interior tengo una fe profunda de que cosas buenas están por acontecer. Como región dejamos de estar de moda simplemente por nuestro desempeño económico, esto pasó a otro plano.
Aparecen nuevos fenómenos que nos vuelven a tener como protagonistas, pero en estos casos tiene que ver con las personas. Y eso es bueno. Cuando reaccionábamos a la muerte de uno de los personajes m'as emblem'aticos de este inicio de siglo, Hugo Chávez, se le sumó, a las pocas horas, la elección del primer Papa extra-europeo, el primer jesuita, el argentino Jorge Bergoglio. Cuando aún no nos recuperábamos del primer acontecimiento, apareció de inmediato el segundo. Uno ya no sabe qué leer o seguir en estos sucesos a escala global que se producen en la periferia del mundo.
No iba a escribir nada sobre estos relevantes hechos. Estuve estos días leyendo, intentando aprendier un poco más sobre la iglesia, queriendo dilucidar qué impacto puede tener esto en la región. Se trata de acontecimientos para los cuales hasta la futurología es innecesaria. Llevará unos cuantos días poder recomponer el escenario que resultará de este y otros acontecimientos. ¿Qué se puede agregar a todo lo dicho y mostrado? Cada quien lo vivir'a a su manera, pues de alguna u otra forma nos impacta a todos. Sin embargo, creo que tengo algo que me parece digno de ser compartido. Se trata de una reflexión que me vino a la mente cuando me encontré pensando sobre las semejanzas que pueden tener una serie de personajes que se están popularizando en estos tiempos.
¿Qué tienen en común Bergoglio, Mujica, Michel Obama, Beppe Grillo y Messi? La sencillez. Es probable que estemos siendo testigos del surgir de una sociedad globalizada que consume, acepta, premia y necesita de gestos más genuinos, creíbles, sinceros, que nacen de forma natural, y que se parecen a los nuestros. Ciudadanos que aplauden, porque lo necesitan, y se identifican, con la naturalidad de las personas. necesitamos de nuevos referentes para estos tiempos.
Más allá de sus cualidades personales y trayectorias profesionales y humanas, a estas nuevas personalidades las vemos inmediatamente asociados a gestos espontáneos que los conectan con nosotros. No se trata de cualquier gesto, son más bien conductas de vida que van forjando una personalidad determinada, y que en determinado momento ocupan el lugar de los valores que es preciso ir recuperando. Esas trayectorias suponen sacrificios, renuncias inequívocas, humildad extrema, hasta bailar en público sin ruborizarse, reconocer pasiones y debilidades. Es que la sencillez, en un mundo que se nos ha complejizado tanto, está de moda. Si el mundo es jodido, volvamos a lo esencial, a las personas de bien. Analicemos. Lo primero que trascendió del nuevo Papa es su renuncia al anillo de oro, pagó personalmente la cuenta del alojamiento que ocupaba en Roma, es una persona muy cercana a los pobres, usa el transporte público y es capaz de renunciar, sin titubeo, a los bienes materiales. Un Papa más cercano, eso es lo que despertó interés en los medios, y quizás también en los Cardenales que lo votaron. Los medios y las redes sociales no son otra cosa que el reflejo de una necesidad social cada vez más evidente.
El actual Presidente de Uruguay, el Pepe Mujica, se ha transformado en una especie de paradigma de las nuevas formas de entender el poder y la sencillez. Medios de todas partes del mundo, no hacen otra cosa que promocionar su existencia austera y una felicidad que va por otros carriles. El Presidente más pobre del mundo, se ha dicho de él, pero como un elogio en la recuperación de viejos valores de humildad y sencillez. Pero la sencillez que hoy se premia y se reconoce requiere de constancia, de auténticas demostraciones, se alimenta de hechos concretos que son parte y esencia misma de las personas que los pregonan. Conductas y gestos para conformar el imaginario colectivo de seres con poder pero cercanos. Mujica fue hasta ahora la expresión máxima de ese nuevo liderazgo. El presidente uruguayo no usa corbata, mantiene siempre su estilo campechano, se lo puede uno cruzar en una cafetería de Montevideo tomándose un helado con su señora, dona gran parte de su salario para construir viviendas para los más pobres, cuida de una perra que tiene solo tres patas. Una sencillez y conducta que son inequívocas. Ya la BBC se ha apresurado a comparar al nuevo Papa con el Presidente de Uruguay. Quisiera poder ver una foto de ellos dos juntos, los considero los referentes de un nuevo liderazgo ético y del respeto.
Michel Obama, la primera dama de los Estados Unidos, a pesar de sus títulos académicos, de ser la
principal asesora de su marido, se la reconoce también, y quizás especialmente, por su estilo sencillo, medido, hasta sus formas de vestir son elogiadas por su sencillez. Hace unos días se atrevió a bailar en la televisión para apadrinar una causa social. Vi el video, y aunque escenas como estas ya se han vistos, en este caso podemos ver a una mujer inteligente y a la vez muy natural, sincera en lo que hace. Eso es lo que gusta y se respeta cada vez más. La naturalidad de la pareja presidencial tuvo, seguramente, mucho que ver en el resultado final de las elecciones pasadas. No son solo las redes sociales que ayudaron a potenciar la campaña de Obama, estas fueron un complemento fundamental porque hay credibilidad en los personajes. Este Presidente se besa con su esposa, sin formalismos, y uno siente que lo hacen porque así son y porque así se besan las parejas.
Beppe Grillo, es el cómico que sorprendió a todos en las recientes elecciones italianas. Es ante todo eso, un cómico que se ha popularizado por ir siempre contra la corriente, por tomar la realidad y reírse de ella, por armar sus sketch a partir de la crítica que se encuentra en las calles y bares de Italia. E Italia es un país muy acostumbrado a reírse de sí mismo, un antídoto muy sano para cualquier sociedad. Quién más, para recuperarse, que un cómico capaz de enviar señales sobre que el cachondeo también tiene sus límites. Más allá de lo gracioso del mensaje, sus apariciones estaban tomadas de la realidad más sencilla de una Italia que de a poco se desmoronaba. El viejo discurso perdió su gracia. Dejó de ser gracioso el sistema, los políticos, y los italianos quieren recuperar el sentido del humor que se les fue literalmente de mambo con el payazo de Berlusconi. Es tan sencillo el fenómeno Grillo, que no hace otra cosa que seguir con el mismo repertorio de siempre, pero con el único agregado de pedir que lo voten. Habla y gesticula como los italianos, levanta la voz cuando se enoja como cuando nos enojamos, dice cosas que nadie había dicho antes en una campaña electoral, la gente se indigna pero busca salidas. Capitalizó y encauzó el malestar de muchos por tener esencialmente un mensaje sencillo, diría yo hasta demasiado sencillo. Pero así es italia.
Leonel Messi, es otro claro ejemplo de un uso y manejo apropiado de los gestos. Más allá de lo expresado en las canchas de fútbol, de su genialidad deportiva, fuera de ellas logró con sus gestos defender una gran humildad en un ámbito sumamente competitivo y mediatizado. En este caso, son quizás los escasos gestos de grandilocuencia, que hacen que no solo sea el mejor jugador de la historia, sino probablemente el más querido. Pero el sentimiento que se desarrolla por estos nuevos ídolos viene de la mano de sus formas de ser, del carisma que despierta en lo más humano de nosotros mismos. Leonel Messi es un tipo sencillo, un personaje global, que hace todo bien porque es sencillamente sencillo. Juega y vive con humildad, esas dos cosas son las que hacen que lo queramos como buen referente de deportividad.
La región latinoamericana está demostrando ser un gran proveedor de estas nuevas personalidades
globales. Con sus gestos van ocupando crecientes espacios en sociedades necesitadas de sencillez. Quizás el ser la región más desigual del planeta hace que aquí sea más fácil la aparición de determinadas sensibilidades para potenciales líderes. Esos algunos a veces se convierten en papas, en presidentes, en deportistas globales. Cuando me refiero a la sencillez, estoy intentando destacar actitudes que salgan del ritual que más le conocemos a los famosos o poderosos. Cuando escucho decir que Jorge Bergoglio es un hombre de gestos, y lo mismo aplica para Mujica, para Michele Obama, o para Messi, inmediatamente uno identifica acciones concretas que avalan esa gestualidad. Se trata de hombres y mujeres que comunican a través de sus conductas más cotidianas. Asistiremos, en un futuro muy cercano, al surgir de personalidades muy marcadas por como gestionan sus conductas, con naturalidad y humildad.
Ya no será suficiente ser un gran orador, un político de fuste, un deportista estrella, o un revolucionario de la prédica del siglo XXI. Se requerirá mucho más que eso. Será la sencillez a lo largo de la vida lo que terminará por definir y potenciar a los nuevos aspirantes al podio de la “Personalidad”. Veremos famosos que no lo parecerán, a sencillos importantes, a humildes que parecen inmensamente ricos en otras cosas, a gente que quiere ser representada por gente. Bienvenido sea todo esto. El problema lo tendrán los viejos fabricantes de "personalidades", porque la sencillez difícilmente se crea, es en gran medida algo innato y lleva una vida de cultivo.
No conozco lo suficiente a Bergoglio, ni a Mujica, ni a Michele Obama, ni a Grillo, o a Messi, pero creo en su sencillez, en sus gestos y en su honestidad. Francisco, el nuevo Papa, pagó su cuenta de Hotel y le creo que lo hizo por sus convicciones y forma de ser. El Presidente Mujica prefiere vivir en su vieja y destartalada casa y donar la mayor parte de su sueldo, y le creo. Michele Obama sintió una irrefrenable gana de bailar en la televisión y dejar de lado las apariencias, y le termino creyendo. El mejor jugador del mundo, a pesar de ser argentino, es humilde, y aunque parece difícil de creerlo, le creemos.
Me reconforta saber, que a la humanidad nos sigue resultando agradable el premiar la sencillez de otras personas.
Federico Filippo (*)
(*) Como decía mi abuelo, "Cittadino del Mondo"
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias