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27.12.2024

La columna de hoy explora cómo superar barreras estructurales, aprovechar la tecnología y fomentar alianzas estratégicas con el objetivo de empoderar a las comunidades y garantizar políticas públicas más justas y representativas en América Latina y el Caribe.

La participación de los actores sociales en la generación de políticas  en América Latina y el Caribe enfrenta numerosos retos. Desde barreras estructurales hasta la falta de recursos, las organizaciones y movimientos sociales lidian con un panorama complejo. Sin embargo, también surgen oportunidades que, aprovechadas adecuadamente, pueden transformar estas limitaciones en avances significativos.

Superando barreras para incluir a todos

En muchas ocasiones, las comunidades más vulnerables son las que encuentran mayores obstáculos para involucrarse en la toma de decisiones. Un caso paradigmático es el de las comunidades indígenas en Bolivia, quienes enfrentan constantes dificultades para ejercer su derecho a la consulta previa en proyectos extractivos que afectan sus territorios. Aunque la normativa internacional respalda este derecho, su implementación efectiva ha sido limitada por intereses económicos y políticos.

Superar estas barreras requiere reformas legales que no solo reconozcan estos derechos, sino que garanticen su cumplimiento. Asimismo, es crucial fortalecer la capacidad organizativa de estas comunidades para que puedan negociar en igualdad de condiciones con actores gubernamentales y privados.

Colaboración público-privada: un modelo prometedor

La colaboración entre los movimientos sociales y el sector público ha demostrado ser una estrategia efectiva para superar retos comunes. En Costa Rica, por ejemplo, organizaciones locales han liderado proyectos ambientales en alianza con instituciones gubernamentales, logrando avances significativos en políticas climáticas. Estas experiencias demuestran que la participación activa de la ciudadanía no solo enriquece las soluciones, sino que también refuerza su sostenibilidad a largo plazo.

Tecnología y redes sociales: herramientas de empoderamiento

La digitalización ha abierto nuevas oportunidades para movilizar a los ciudadanos, permitiendo acciones rápidas y masivas. Durante el paro nacional en Colombia (2019-2021) , las redes sociales jugaron un papel central para organizar movilizaciones, difundir denuncias de abusos policiales y generar solidaridad internacional. Plataformas como Instagram y Twitter se usaron para documentar en tiempo real lo que ocurría en las calles, creando presión nacional e internacional para atender las demandas ciudadanas

Sin embargo, la tecnología también plantea riesgos, como la difusión de información falsa o la manipulación de opiniones públicas. Es esencial establecer mecanismos que regulen el uso de estas plataformas, asegurando que sean herramientas para fortalecer la participación y no para dividirla.

La participación ciudadana no solo fortalece la democracia, sino que también transforma la relación entre las comunidades y las políticas públicas, permitiendo que las voces históricamente marginadas sean escuchadas. Es un proceso que empodera a las personas, fomenta la corresponsabilidad y construye un sentido de pertenencia colectiva.

En América Latina y el Caribe, apostar por una ciudadanía activa y organizada no es solo una herramienta para superar desafíos, sino una vía para alcanzar sociedades más justas, inclusivas y cohesionadas socialmente.

Federico Rodríguez Aguiar. Analista en Marketing, egresado de la Universidad ORT-Uruguay, con sólida formación en estrategias comerciales y desarrollo económico. Su trayectoria académica está complementada por diversas certificaciones y cursos internacionales en áreas clave como la gestión pública, cooperación internacional, y liderazgo.