Niños y niñas asesinadas, informes de jóvenes maltratadas, abusos, ¿qué más?
Fernanda Blanco
14.11.2024
Niños y niñas asesinadas, informes de jóvenes maltratadas, abusos, ¿qué más?
La indiferencia social, la ausencia del Estado y el narcotráfico como telón de fondo
Uruguay, un país conocido por su estabilidad y su carácter pacífico hasta no hace tantos años, se viene transformando en lo opuesto a partir de una serie de crímenes que golpean en lo más profundo de la sociedad: los asesinatos de niños y niñas.
El narcotráfico en Uruguay dejó de ser una actividad "invisible" para pasar a convertirse en una amenaza diaria en algunos barrios. La disputa de territorios entre bandas de narcotraficantes genera una escalada de violencia que afecta no solo a los adultos implicados en estas actividades, sino también a niñas y niños que terminan siendo víctimas de enfrentamientos armados. Muchos de ellos viven en barrios azotados por estas pandillas que buscan marcar su territorio y que, en su afán por controlar la venta de drogas, no han dejado de usar las armas y de proveerlas sin prurito alguno además de ir conquistando poco a poco a jóvenes, adultos, familias enteras, a cambio del acceso a recursos que no llegan por otras vías.
Las armas, el dinero y el poder que los narcotraficantes manejan logró penetrar en el tejido social, y esta situación hace que los niños que crecen en estos contextos de violencia e inseguridad se vuelvan cada vez más vulnerables. Al mismo tiempo, la exposición a un ambiente de constante temor y violencia afecta su desarrollo emocional, y la percepción de la violencia como algo "normal" se arraiga en sus vidas desde temprana edad. Recordemos sino, cuando una maestra nos relataba que ante una clase en un barrio alejado del centro de la ciudad, escuchó estampidas y tuvo que quedar atónita ante un niño que le advirtió "no te asustes maestra, son balas"
Una de las principales críticas que surge ante estos trágicos hechos es la aparente indiferencia de ciertos sectores de la sociedad uruguaya. La violencia que afecta a niños de barrios pobres suele ser un problema invisible para quienes no están en contacto directo con esta realidad. Muchas veces, la cobertura mediática de estos casos es efímera y la indignación pública es breve, lo que perpetúa una especie de apatía social que parece normalizar el dolor ajeno. Ni que hablar si cuando se escucha autoridades referirse el tema, lo hacen sin temor a declarar que son los efectos colaterales de la droga, como si con esas palabras, debiera justificar y reducir la gravedad y dolor de la situación
Parece que esos efectos colaterales les son ajenos y no integran sus agendas como gobernantes de estado y, lo que es peor, no falta algún parlamentario de la República que por defender a su gobierno y su gestión, termine diciendo que los muertos vinculados a los narcos, no le causan dolor.
Sin embargo, deberíamos analizar a qué narcos se refieren, Porque seguramente esa misma indiferencia de la sociedad alentada por muchas autoridades, no fuera la misma, si el narco no fuera el del menudeo sino el poderoso que hasta recibe pasaportes en mano para poder ejercer su libertad.
La responsabilidad del Estado es indudable, pero, también es un hecho que, cuando las sociedades reclaman con firmeza, indignación y en voz bien alta, los gobernantes, por especulación o por intentar ejercer el rol para el que desean ser electos, toman medidas o incluso, desandan caminos mal andados.
¿Qué nos ha pasado, Uruguay?
¿Qué nos está pasando que murieron dos niños en 24 horas asesinados y a los políticos les indigna una reunión de ex alumnos de un colegio privado en campaña electoral?
¿Cómo podemos leer titulares de El Observador que nos relatan situaciones de barbarie pero preferir comentar un reality de tv?
Informes realizados por UNICEF que indican que hay niñas y niños, adolescentes que viven en centros del INAU que atraviesan situaciones como:
"En julio, cuando el frío se hacía más intenso, el calefón del centro estuvo sin funcionar durante tres semanas: primero una pérdida, después un arreglo fallido, después el nuevo calefón esperando a que alguien llegara para instalarlo. La solución: bañarse con agua fría.
A una adolescente la enviaron a la casa de la hermana equivocada para pasar el fin de semana. Viajó a otro departamento, y cuando llegó se dio cuenta de que no la estaban esperando. Un adolescente afrontó, solo, la inminente muerte de su madre, que estaba con cuidados paliativos. No hubo psicólogo para contenerlo" (El Observador del 06.11.2024 bajo el título "Calzoncillos para compartir, medicación excesiva y maltratos: el informe técnico que describe la "emergencia" en dos "hogares de protección" del INAU"
¿No nos generan nada?
Los asesinatos de niños y niñas son la cara más cruda y dolorosa de esta situación. Pero también lo deben ser los maltratos, el abandono, el suicidio, el hambre..
Estas situaciones no pueden ser simplemente otro número en las estadísticas de violencia. Cada niño asesinado es una vida que se pierde, una oportunidad que se niega a una generación futura, y un recordatorio de las fallas en el sistema. La sociedad uruguaya debe despertar y entender que la violencia que afecta a estos niños y niñas no es un problema "ajeno" o limitado a ciertos barrios; es un problema que nos compete a todos y que, de no ser abordado de manera integral, seguirá afectando a la sociedad en su conjunto aunque se encierren en un barrio privado.
Los y las niñas no votan pero tienen derechos y es incluso la propia seguridad de quienes miran para el costado, la que también está en juego. Se requieren medidas urgentes, inversión, atención, empatía y sensibilidad.
Para Uruguay, poner fin a la violencia que afecta a los niños y niñas es un reto complejo, pero esencial para garantizar un futuro de paz y seguridad para toda la sociedad. Seguir comprando programas divertidos que nos distraigan solo hará que la bala un dia nos sorprenda en nuestra propia ventana.
Fernanda Blanco es educadora con especialización en Derechos Humanos. Edila Suplente Lista 106. Integrante de Marea Frenteamplista-Fuerza Renovadora- Frente Amplio.
Foto de portada: Niños y violencia / Unicef
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias