¿Qué pasa con UPM?
Florencio Luzardo
02.09.2013
Si algo tiene que ver con Argentina, es siempre para lio. Nos guste, estemos del lado que estemos del mostrador del gobierno, hay que asumirlo. No podemos poner el motor fuera de borda, pero...estamos anclados a una realidad donde la letra “K” debe ser de las más odiadas del abecedario oriental. Joden en todo.
Partamos de esa afirmación. Joden en el dragado del canal Martín Garcia, en el nuevo trazado del ingreso a los puertos argentinos, en los permisos para las obras en la orilla uruguaya del río de La Plata y del Uruguay, y no joden más porque no pueden. Por ejemplo, no molestan y frenan la planta de Montes del Plata porque su construcción de anunció en Buenos Aires...(Ex proyecto ENCE). Pero si nos impiden a nosotros y a los muy exigentes piqueteros de Gualeguaychú conocer los resultados de los estudios científicos canadienses sobre la contaminación en el río Uruguay. Lástima que los muy sensibles ambientalistas del otro lado del río no hagan ningún reclamo en ese sentido.
Nosotros de este lado, tenemos claro que no se difunden porque no hay rastros de la contaminación y la única duda que tenemos es si no hay muestras de contaminación del río Gualeguaychú...y su zona industrial.
Partamos de la base que la tarea de canciller y de la Cancillería con esos vecinos debería ser considerado trabajo insalubre. Lo que no convence demasiado es que se confunda diplomacia – siempre necesaria – con aguante en silencio. Hay diferencias. Sobre todo porque esto último con esas mentalidades no da ningún resultado. Pruebas sobran.
Desde hace un año hay otro problema flotando en el río, el aumento de la producción de UPM (ex BOTNIA). En pocas semanas se cumplen los plazos establecidos en el tratado para que se pronuncie el gobierno argentino. Luego la decisión es exclusivamente de resorte de nuestro gobierno. Con todas sus consecuencias, en la producción nacional y en el humor de la Casa Rosada y su inquilina.
A todo eso se agrega que en dos meses hay elecciones en Argentina para renovar una parte del parlamento, 127 diputados y 24 senadores y al gobierno no le fue nada bien en las internas con voto obligatorio, perdieron 5 millones de votos y pasaron del 54% al 27%. La mitad. Y todo juega, desde la inauguración de una planta desulfurizadora construida por una empresa de YPF y pagada “taca taca” por la muy uruguaya ANCAP, sin ningún tipo de financiación argentina, mucho menos de 400 millones de dólares, hasta un desaire oriental sobre UPM y su producción.
Algunos blancos, siempre alertas, salieron a embretar al gobierno y a decir que este ya le había dado su respuesta negativa a la empresa. A la mañana siguiente escuché al intendente de Río Negro, que del tema sabe directamente y que tiene la necesaria responsabilidad de un gobernante, que desmintió que UPM haya recibido ya una respuesta negativa. Omar Lafluff como todos sabemos es también blanco.
El cálculo visible y que le brillaba en los ojos a algún diputado blanco era y es muy simple. Si está decidido – y aunque no esté comunicado a la empresa – quedamos como defensores del trabajo nacional y de la soberanía necesaria, si el gobierno aprueba la ampliación, nos apropiamos de ella. Que enorme sentido nacional, da asco.
Lo que está en discusión ahora es el aumento de la producción de UPM para que pase de las actuales 1.100.000 toneladas anuales a 1.300.000 toneladas exportadas de celulosa. La DINAMA, que el Uruguay es una institución seria e incluso un poco lenta y muy exigente en estos temas, ya dio su opinión favorable: no afecta el medio ambiente. Del lado argentino no responden. Lo malo es que confían en que nos limitaremos nosotros solos, sin que ellos tengan ni siquiera el desgaste de opinar.
Muy peligroso. Los prepotentes se envalentonan.
Yo ya me pronuncio: vencidos los plazos y a pesar de los silencios argentinos o mejor dicho por ellos y de la generosidad de algunos blancos, creo que deberíamos autorizar el aumento de la producción. También creo que hay que autorizar las obras de ampliación portuaria y almacenaje del granos y de líquidos en Nueva Palmira. Y de paso hay que echar o sancionar a los responsables que luego de varios, muchos años, no se hayan dado cuenta de que debíamos disponer de un software que cuesta pocas decenas de miles de dólares para hacer las pruebas sobre la navegabilidad del río con esas nuevas obras.
¿O todo es gratis? ¿O la única responsabilidad de esos funcionarios es cobrar sus buenos sueldos? Sería necesaria una buena explicación de parte de la Cancillería sobre ese “descuido” y sus responsables, al nivel que ellos se encuentren.
UPM ha cumplido con nosotros y nosotros hemos cumplido con ellos. Lo que corresponde. El mérito si existe, es todo nuestro por haber mantenido la firmeza a pesar de todo lo que nos cayó encima desde el otro lado.
UPM emplea en forma directa en mejoramiento genético, plantaciones forestales, transporte de madera, producción de pulpa de celulosa y energía, logística de exportación a 4.000 personas e involucra a 236 empresas, produce 1.100.000 toneladas de celulosa y entre 30 y 50 Megavatios de energía eléctrica. El aumento de la producción sin ningún cambio en sus instalaciones, permitirá aumentar otros trescientos puestos de trabajo y el volumen de energía eléctrica generada.
El proceso formal de consulta a la Comisión Asesora del Río Uruguay (CARU) se inició formalmente el 17 de marzo del 2012 y el proceso de negociación se completa formalmente en setiembre del 2013.
En las elecciones anteriores le dimos una buena mano a los “K” y nos pagaron con unos buenos portazos en las narices. No insistamos.
Florencio Luzardo
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias