Hay cada fantasma...

Florencio Luzardo

22.11.2013

Hace mucho tiempo que no los molesto. Es que lo mío es la rutina de la redacción y de vez en cuando la bronca. Lo confieso, a mi la bronca me sacude, me inspira.

 

El día del partido con Jordania me sacudieron varias cosas. Por eso escribo. El acto previo sometiendo a Alcides Ghiggia, a una gloria de nuestra historia futbolística a esa puesta en escena de pésimo gusto y calidad y, luego al final del partido una cantarola totalmente desentonada me amargaron un poco más la noche. Cosas del peor nivel.

Era una noche contradictoria. Estábamos clasificando al mundial, una vez más volando con los canutos, en un repechaje, pero en definitiva vamos a Brasil 2014. Y ese es todo mérito de los jugadores y del maestro Oscar W. Tabarez. Lo reconozco. Hace tres meses por ese resultado hubiéramos hecho un peregrinaje de rodillas a la Virgen del Verdún. Ahora queríamos más. Nos endulzamos con el 5 a 0. Es fútbol...

Pero eso no es nada comparado con la agitación y la bronca que me produjo el comercial del fantasma. Una grosería. Algún genio de la publicidad seguro que saldrá a decir que si se habla de algo, si la gente lo comenta, incluso si genera mucho más bronca que apoyo, no importa, lo que vale es la notoriedad. Es un verso.

No es ni siquiera original. Es como el video de Luis Suarez de la red Abitab, está copiada. Esta publicidad del fantasma también, pero eso no le quita un gramo de grosería, de petulancia y sobre todo de impacto negativo.

Estoy totalmente de acuerdo con Diego Lugano, el capitán de la celeste: no ayuda en absoluto, es un brulote. Los brasileros que son locatarios no van a temblar de miedo ni a los nuestros les dará fuerza y ánimo. Es un recurso miserable.

No solo porque del “50” a la fecha han corrido muchos puentes bajo las aguas, en particular en materia de campeonatos del mundo, sino porque ese comercial expresa exactamente lo contrario de lo que es hoy nuestro seleccionado. No vivimos de fantasmas sino de realidades, de humildad, de trabajo, de un largo camino.

Si para vender indumentaria o zapatos deportivos hay que hacer esas payasadas y afectar la imagen de un grupo de deportistas serios, trabajadores y talentosos, pues que el fantasma se ponga el comercial donde mejor le quepa. Yo por lo menos voy a borrar de mi memoria la marca del animalito. Le hizo mal a nuestra selección y a nuestro país.

Porque la selección uruguaya, por la importancia que los uruguayos le damos a nuestro fútbol como factor de identidad, es una carta de presentación en todo el mundo incluido el Brasil. No necesitamos fantasmas. No somos fantasmas.

Los responsables del comercial deben estar muy contentos, según ellos lograron su objetivo aunque le pasen por encima a tantas sensibilidades, seguramente se presentaran a varios premios publicitarios, sin importar que copiaron la idea y que perjudicaron a imagen de la selección nacional de fútbol. No porque lo diga yo, sino porque lo piensan y lo dicen sus propios integrantes.

Los contratos están firmados, pero sería bueno leerlos en detalle, y ver si no conviene jugar con otra indumentaria menos fantasmagórica.

 

Florencio Luzardo
2013-11-22T16:32:00

Florencio Luzardo

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