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19.11.2024

En primer lugar, quiero aclarar que no estoy de acuerdo con los debates entre los candidatos del balotaje. Mi razonamiento es muy simple: no tiene por qué existir una correlación entre la capacidad oratoria, el manejo del idioma y hasta la ironía, con la capacidad de gobernar.

Además, me gustaría saber (encuestas serias mediante) cuánta gente en la elección del 2019 cambió su voto por el debate entre Lacalle Pou y Daniel Martínez. Y quizás, las encuestadoras en una semana o dos, podrán decirnos lo mismo respecto a lo de ayer. Me animo a decir que son muy pero muy pocos.

En cuanto a la del domingo, no fue un debate. Yo, por "debate" entiendo que se tome un tema, A diga algo, B le conteste, A retruque, B diga "vale 4". Los que aguantamos hasta el final vimos que ambos "contendientes", en lugar de debatir, llegaron con un libreto claro del cual esencialmente no se apartaron. Y en mi opinión, eso se debe a algo muy claro: más allá de márgenes de error, todas las encuestas serias le dan una ventaja a Orsi, pero leve. O sea, Orsi todavía no ganó y Delgado todavía no perdió. Entonces, ambos, se dedicaron más a asegurar lo que ya tienen, que a ganar nuevos votantes. Ninguno, lo cual resulta políticamente entendible, prefirió no cometer errores a largar algo audaz que ponga en juego lo ya definido.

Entonces, ¿quién ganó? Difícil de decir. A riesgo de equivocarme, me animaría a predecir que Orsi ganó en el empate. Y esto lo digo por los siguientes motivos. Primero, si bien no se pueden sumar o promediar encuestas distintas, hechas con muestras y metodologías diferentes, todas le dan ventaja. Y eso algo debe significar. Mínimamente, lleva a crecer en la opinión pública la "sensación" de que el próximo presidente será Orsi. Y el voto a quien se percibe como ganador, si bien puede ser cuantitativamente bajo (1 o 2%), en una elección pareja, se puede transformar en decisivo. Segundo. Si bien todo en algún momento cambia, hasta ahora, en todos los balotajes el FA sube bastante más que su oponente. Y no veo ninguna razón política que lleve a que eso no tenga que mantenerse. Tercero. Y esto, al menos en parte, se debe a que todo votante del FA en octubre se mantiene en noviembre. Mientras que, por el otro lado, si bien la coalición se va transformando en una realidad, todavía no lo es en la cabeza de todos sus votantes. O sea, todos los votantes del PN van a votar a Delgado, pero al día de hoy, los colorados, los PI, y aún los Cabildantes, ¿van a ser tan disciplinados para votar a Delgado? Lo dudo. Por supuesto la mayoría lo harán, pero va a existir un porcentaje que o vota a Orsi, o vota en blanco (las encuestas muestran un aumento del voto en blanco en noviembre respecto a octubre). Y hasta quizás existan, en este bloque, los que no vayan a votar. Cuarto. Están los votantes de Salles (que logró en octubre un porcentaje interesante logrando dos diputados) y de otros grupos que no entraron al Parlamento. Y el perfil ideológico de esos ciudadanos es mucho más para votar a Orsi o en blanco/anulado, que para Delgado. Quinto. Y tema no menor. El FA demostró en varias oportunidades que tiene una capilaridad en la sociedad (o sea, trabajo barrial, cara a cara, mano a mano) mucho mayor que la coalición, lo que puede traer uno o dos puntos a Orsi.

En resumen, teniendo en cuenta las encuestas de que disponemos, el hecho de que notoriamente Orsi es probable que no haya ganado el debate, pero Delgado tampoco, más los cinco puntos que indiqué en el párrafo anterior, me animaría a decir, hoy, que a no ser que suceda algo totalmente imprevisto, y teniendo en cuenta que el Presidente se resuelve solamente por los votos que van a una u otra fórmula, Yamandú Orsi será el próximo Presidente.

Héctor Musto