Por si el olvido, recuerdo.
Ismael Blanco
26.10.2023
Pero el absurdo silencio de casi dos décadas ¿qué explicación tiene? ¿Cuál es la norma o la estipulación legal que impida el reconocimiento a un héroe, al que se olvida, por no decir que se entierra? ¿En qué digesto dice que Jaime no es un revolucionario, hijo de la clase obrera que pagó lo inasible por todos nosotros? ¿Cuál es el cuerpo normativo que impide nombrarlo en cada una de las victorias del pueblo uruguayo?
¿Cuál fue el pecado, el error, la equivocación o la gravedad de un hecho que Jaime haya cometido para ser condenado al ostracismo, la postergación y el olvido?
El tiempo nos enseñó a habitar la tolerancia del libre pensamiento, a que se puede ser Rojo hasta el último átomo del cuerpo y aceptar que se puede pensar distinto.
Que en realidad ni Marx, ni Engels, ni Lenin escribieron un libro sagrado y definitivo, que sus ideas ni murieron ni fueron enterradas, pero que sí, que es posible interpretarlos de maneras diferentes, y que el pensamiento único es acientífico y que la teoría socialista sólo es, si en ella lleva ínsita la libertad. Que es posible cuestionar a los clásicos para desarrollarlos hacia el futuro.
Y cuántas cosas más podríamos decir. Y sin embargo aún existen olvidos imperdonables.. ¿Es que acaso uno puede olvidarse de lo que es?
Cuando veo al pueblo, al que sufre y resiste, el que no dice "no puedo más y aquí me quedo", entre esos miles y centenares de miles de ojos que puedo ver en mi paneo, resaltan unos muy particulares, de una mirada especial, masculina, íntegra, imperfecta, valiente y corajuda, brillosamente inteligente, de las miradas más dulces y tristes que haya visto... es la de Jaime, la que dice: No me olvides.
Dr. Ismael Blanco