La ultraderecha violenta en el Uruguay

Jaime Secco

29.10.2021

Nicolás Gonella procesado por las amenazas a defensores de los derechos humanos firmadas “Comando Barneix” se había jactado de haber asesinado a cinco personas trans.

Como el hecho se hizo público en un Juicio paralelo sobre tenencia de un millón doscientos mil archivos de pornografía infantil, todo quedó en los medios como que se trata de un loquito y el comando no existió.

¿Y si sí existió? Volveremos a eso más adelante, porque cuando ocurrieron los asesinatos se manejó una versión que los vinculaba a grupos neonazis. Y aún si fuera megalomanía, ¿eso quiere decir que no hay grupos violentos de ultraderecha?

Empecemos por otro lado. A las 5 de la mañana del 10 de mayo del año pasado, 2020, un joven fue interceptado por cuatro hombres cerca de su casa en El Pinar Norte. Lo golpearon repetidamente, no le robaron nada y lo acusaron de comunista. Pese a no tener militancia partidaria, doce horas antes había asistido a una charla sobre el proyecto de ley de urgente consideración. Logró zafar y entrar a su casa. Los agresores desaparecieron y nunca fueron identificados. El agredido debió recibir atención médica.

En esos primeros días del actual gobierno, al grito de "se acabó el recreo", se desató una ola de agresiones. Algunas protagonizadas por personal policial o militar, sobre todo en el interior. Otras pueden haber sido provocaciones más o menos confusas. Elegimos el caso de El Pinar, porque requiere un mínimo de organización atrás. Conocer la realización de la charla, identificar asistentes, seguirlos, juntar una patota contundente, conocer el barrio y las vías de escape pero no ser demasiado conocidos. Y, presumiblemente algún esquema político en que acciones de ese tipo respondan a alguna estrategia.

Varios hechos posteriores, que igualmente evidencias ser obra de organizaciones violentas, se distinguen de otros que pueden confundirse con simple prepotencia de un funcionario psicológicamente inseguro que se cree apoyado en su arbitrariedad, o con malos humores individuales de personas que patean mesas donde se juntaban firmas (o a las militantes que las atendían). Un recrudecimiento de los ataques a personas en situación de calle, muchos en la Ciudad Vieja, despertaron malos recuerdos de sucesos que mencionaremos a continuación. Más adelante, hubo despliegue de carteles firmados JUP.

En Uruguay, entonces, hay grupos violentos de ultraderecha. Esa afirmación parece trivial y anecdótica. Probablemente sean grupos pequeños y quizá frágiles. Importa, sin embargo, porque en el panorama político apareció Cabildo Abierto y es importante hilar más fino. Cabildo Abierto no es ni simplemente un partido neonazi violento, ni -al contrario- una especie de extraño aliado potencial de la izquierda porque "son nacionalistas". Sin embargo, su caracterización, que será motivo de otros análisis, debe tener en cuenta que todo eso violento también está allí adentro.

 

La historia es larga

Recordemos que durante la campaña electoral Guido Manini tuvo que desmarcarse más de una vez de personas o grupos enteros que se fotografiaban con él ostentando símbolos o siglas neonazis. Incluso un joven judío, probablemente desorientado. Y luego, varios de los jerarcas nombrados para integrar el gobierno de la coalición debieron apresurarse a borrar de su historial de Facebook exaltadas expresiones nazis, golpistas y amenazantes. Esas personas no necesariamente eran militarmente peligrosas, pero camisetas con acrónimos en alemán no se venden en los shoppings; su posesión implica al menos una red de contactos.

Gerardo Caetano publicó hace algunas semanas una historia del conservadurismo uruguayo desde principios del siglo XX. Desde antes del golpe de Gabriel Terra en 1933, había personas atraídas por el fenómeno del fascismo que parecía una solución fresca a los problemas de decadencia de Occidente luego de la Primera Guerra Mundial. En 1931 se fundó un Partido Nacional Socialista en Uruguay así como con una colonia alemana nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Y es conocida la relación estrecha de Luis Alberto de Herrera con el franquismo desde la Guerra Civil Española. También se conoce la relación de algunos militares con generales hitlerianos. Interesa mencionarlo, porque en lo sucesivo podrán distinguirse grupos fascistas civiles y militares; unos más ideológicos, otros más vinculados a pulseadas de poder. Eso pese a los vínculos personales constantes.

Magdalena Broquetas ha analizado la violencia de la derecha uruguaya desde 1958 a mediados de los 60, y ha seguido la trayectoria de algunos de sus protagonistas. En 1962 neonazis salieron a marcar judíos y dirigentes estudiantiles con cortes en forma de cruz gamada. Gabriel Bucheli historió la Juventud Uruguaya de Pie y otros grupos desde 1968 al golpe de 1973. Clara Aldrighi reveló el funcionamiento del Escuadrón de la Muerte.

En los 60, los restos de agrupamientos nazis se potenciaron con grupos violentos de otro tipo, fomentados por la Embajada de los Estados Unidos en clave de Guerra Fría. Este proceso también interesa, porque sucesivas generaciones verán el surgimiento de agrupamientos con distintas sintonías y diferentes urgencias coyunturales.

Luego del golpe los militares llamaron a disolver los grupos militarizados. Sin embargo, siguió habiendo grupos nazis. El 30 de enero de 1980 el uruguayo  Bernardo del Campo fue promovido a miembro del Consejo Supremo de la Unión Mundial Nacional Socialista con sede en Estados Unidos. En la interna del Ejército, hubo durante años una puja entre masones y la logia de los Tenientes de Artigas, ultracatólicos y falangistas. Aunque a la larga la logia aceptó integrantes masones.

A la salida de la dictadura surgen grupos de ultraderecha, como ALN y MRN y un Comando Lavalleja que realiza numerosos atentados. Esos u otros grupos funcionan en forma clandestina durante el primer gobierno de Julio María Sanguinetti y durante el de Alberto Lacalle le ponen una bomba al estudio de Sanguinetti, entre otros atentados casi de rutina, en locales y en la casa del diputado Hugo Cores. Algunas de estas acciones se vincularon con la logia militar Tenientes de Artigas, de la que se señala a Manini como uno de sus líderes.

Esta oleada se diluyó en los 90, quizá porque la democracia pareció un hecho consumado y la impunidad también.

 

Rock n' roll

En 1996 aparece un grupo con el nombre de Orgullo Skinheads fundada significativamente por dos integrantes de el grupo musical Escuadrón 88. (Otra versión sostiene que existían desde setiembre de 1995). Es el comienzo de una nueva ola, iniciada por jóvenes influidos no tanto por la Guerra Fría ni por la dictadura sino por la ultraderecha alemana. Aunque, como veremos, otra vez se establecen rápidos contactos intergeneracionales e internacionales.

Jóvenes que dibujaban esvásticas por diversión en el cuaderno del liceo y a lo sumo habían leído Mi Lucha, se vincularon con otros por Internet y recibieron orientación del Partido Nuevo Orden Social Patriótico de argentina. Formación teórica, práctica y estética, como usar zapatillas negras con cordones blancos porque "el blanco va siempre sobre el negro".

Se sorprendieron cuando un centenar de personas se les arrimó de una u otra manera, incluyendo militares en actividad; aunque varios de ellos no eran precisamente arios puros. La policía detectó presencia en varios barrios, en los liceos Bauzá, Zorrilla y Miranda y en los departamentos de Canelones y Tacuarembó. Luego aparecerían en otros lugares.

Su presencia en prensa puede deberse más que a su potencia al hecho de que la colectividad judía estaba particularmente alerta; quizá temiendo aquí otro atentado como el de AMIA. La organización TholeranciaSí, con buen desempeño de inteligencia, se dedicó a perseguir un denunciar por incitación al odio a este y otros grupos neonazis.

En marzo de 2000 uno de sus líderes, Sebastián Pérez de los Reyes fue conducido al Juzgado Penal de 17º Turno. Ya había caído con otros cuatro el año anterior por haberle pegado un botellazo a un menor que pasaba acompañado de sus padres por Soriano y Santiago de Chile. Poco después, en 2000, se denunció una escisión protagonizada por un marino Gustavo Vargas, lideró un nuevo grupo que se presentó con otra sigla. Declaró que se había cansado de la teoría y quería pasar a la acción. En 1999 colocó tres bombas en la comisaría del Cerro, en una vivienda de Cerro Norte y en "una finca del Centro habitada por marginales".

Por otro lado, en setiembre del 2000 fue procesado Ricardo Cantero Suárez, funcionario de la Dirección Nacional de Infraestructura Aeronáutica y titular del Frente Nacional Revolucionario, quien admitió tener armas, ser de tendencia nazi, odiar a negros, indios y judíos. Este grupo era de una generación mayor, unos 40 años en promedio, que es el doble de la edad de los Skin, tenía mayores vínculos internacionales, especialmente con Chile, y emitieron una proclama que pedía libertad para "los presos políticos" Pérez, Vargas y un alférez Durán, hijo del prefecto del Puerto de Montevideo, quien cumplía una quincena de arresto por utilizar la computadora del barco para entrar y contactarse con páginas neonazis. El arresto no había tomado estado público hasta ese momento.

Es difícil seguir los hilos por el trasiego de personas y de siglas, que cambiaban por gusto para parecer más. Pero se confirmaron pintadas, atentados al Monumento al Holocausto y a propiedades y comercios de personas judías (y no judías en algún caso, probablemente por error, ya que incluían pintadas alusivas), tenencia de armas y municiones -un faltante en la Armada terminó con el suicidio de un filo-nazi- hubo amenazas -entre otros al senador José Korzeniak- y manejo de explosivos. Sin embargo, entrevistados en 2012 por Santiago Sánchez y Gabriel Delacoste para la revista Lento de La Diaria, alguno de los integrantes de Skin Uruguay admitió que lo que les gustaba más era salir de noche a caminar, hacer pintadas y golpear entre varios a sus víctimas favoritas: punks y hippies.

En 2005, en Andes y Maldonado, una patota le pegó una paliza al rockero Damián Stratta y le cortaron una falange como trofeo. Los cuatro integrantes del grupo agresor, que fueron identificados y procesados, incluía a un soldado. Siguió el desbande.

 

Algo más legal

Hacia 2002 algunos neonazis, cansados de tropelías sin perspectiva, y acosados por los golpes policiales, optaron por "algo más legal" que resultó ser la Juventud por el Resurgir Nacionalista, organizada por un ex jerarca de la dictadura y revistaba en el sector del legislador Alem García y competía en la calle con la colorada Brigada Palo y Palo de Daniel García Pintos.

En 2004 se presentaron a las elecciones internas, con resultado mínimo. En 2005, luego de la agresión a Stratta por ex integrantes de la JRN, el Directorio del Partido los expulsó.

Algunos integrantes de esa agrupación formaron en 2006 unos grupos de trabajo social que reivindicaba el hecho de ser de derecha. Se constituyeron en Derecha Social, con reinterpretaciones de los marxistas Gramsci, Adorno y Horkheimer -ideas que arraigaron en sectores blancos hasta hoy-. Pero renegaban del nazismo por ser un proyecto muy del siglo XX y que había fracasado.

Se disolvieron cuando a raíz de la inauguración de un local en Malvín salió en Caras y Caretas un artículo de Roger Rodríguez que informaba que se presentaba "bajo el lema 'Un sueño, una meta, un logro' (rítmicamente similar al eslogan hitleriano 'Un pueblo, una nación, un líder')" y que en el acto inaugural había hablado "Alberto Buela, filósofo argentino denunciado por nazi".

En 2012 se fundó el Partido Uruguayo con fuerte apoyo de un empresario que tenía numerosos antercedentes penales y allí se reunieron nuevamente algunos que habían transitado por las experiencias anteriores. la Corte Electoral rechazó inscribir el lema, entre otras cosas porque su programa, copiado del partido pinochetista chileno, hablaba de la amenaza del "imperio soviético", porque reivindicaban el golpe de estado de 1973 y porque el la palabra "uruguayo" no puede ser patrimonio de una parcialidad.

 

Las generaciones militares

Mientras estos patoteros se iban cansando o intentando caminos más racionales, en los primeros días de febrero de 2011 tomó estado público un empuje de la otra rama, la militar. Se diferencia por ser protagonizado por adultos mayores, más enfocada en incidir en la dirección de la política y, sobre todo, urgida por consideraciones personales.

Oficiales retirados que temían ser alcanzados por la justicia debido a su participación en crímenes de lesa humanidad durante la dictadura. Pocos días después, el 11 de febrero, la Corte Intreramericana de Derechos Humanos dictó una sentencia sobre el caso Gelman que obliga a Uruguay a cesar la impunidad. Ya había varias causas penales en proceso.

El Foro Libertad y Concordia, fue formado en una asamblea el 27 de diciembre de 2010,  a partir de la politización de una web sobre temas históricos y militares. En 2009 se había realizado en Uruguay una reunión de la ultraderecha latinoamericana con respaldo de un par ex presidentes y otros políticos tradicionales. Durante su transcurso, militares retirados argentinos presentaron a sus pares uruguayos la idea de organizarse por las promociones de la Escuela Militar. Al no ser logias, podrían tener existencia legal.

En la asamblea del 2010 participaron las promociones de 1971 a 1974 y la de 1956. Los convocantes presentaron el proyecto del Foro con la misión de "luchar para eliminar las acciones del enemigo sobre los camaradas y alcanzar la liberación de todos los prisioneros políticos militares, policías y civiles" y como "maniobra general y propósito" definió "formar opinión pública, psicosocial y política para alcanzar el objetivo, en principio por medios legales".

Habría un comando coordinador y seis secciones: Política y psicosocial, Propaganda, Jurídica (apoyo a los acusados), Prisioneros, sus Familias e Internacional. Y cuatro equipos de tareas "internas": Militar, Organización y reclutamiento, Inteligencia y Finanzas y logística.

Ya desde antes de esa fecha se habían hecho públicas cartas a ex presidentes y mandos militares incluyendo el presidente José Mujica y el comandante Jorge Rosales.

El 29 de enero una familiar de un militar creó una página de Facebook "Apoyo al Foro Libertad y Concordia", que en pocas semanas tuvo un par de miles de "amigos", militares retirados, institutos militares oficiales, políticos y muchos grupos internacionales. Estos últimos, que incluían a varios grupos neofascistas italianos -presumiblemente vinculados a través de la Propaganda Due-, junto a extremistas nazis, terminaron copando la página y provocando la huída de los políticos "amigos". En la página se incluían frases de Mein Kampf que inmediatamente eran identificadas por algún otro contertulio. La publicación de viejas fotos del tiempo de la dictadura con banderas nazis de fondo, provocó altercados entre los integrantes. La página de Apoyo fue cerrada.

No provocaron ningún terremoto ni la psicopolítica postal, ni algunas amenazas, como la divulgación del plano de la vivienda de un periodista, ni la publicación de documentos supuestamente comprometedores, ni un presunto video con encapuchados de un Ejército Nacional de Liberación. Un par de amenazas de acciones en fechas conmemorativas fueron desactivadas. Finalmente, "la justicia del enemigo" (la de la institucionalidad democrática), siguió actuando, incluso contra una proliferación de páginas nazis. Eso los convenció de que "las organizaciones de derechos humanos reemplazaron a los terroristas".

En el revuelo, estuvieron activas las logias, Tenientes de Artigas, Rodosca, Dinastía, etc. Las promociones habrían seguido funcionando y algunos señalan como cabeza de todo ese movimiento al coronel retirado Carlos Silva Valiente. Manini sería el candidato, quien tenía condiciones para reunir votos.

La visita en junio de 2011, de ocho de los 16 generales en actividad al coronel retirado Tranquilino Machado, preso por homicidio, en violación de órdenes expresas del comandante, fue probablemente el episodio final de esta oleada. La misma no causó mayor conmoción ni parece haber arraigado entre los militares retirados; menos entre los activos.

En febrero de 2012 la actividad se centraba en apoyo jurídico y búsqueda de prisión domiciliaria para los condenados. Esas reivindicaciones las levanta hoy Cabildo Abierto.

 

Y después

En 2011 y 2012 ocurrieron en Aguada, Prado y Parque Roosevelt cinco asesinatos de personas trans. El hecho parecía bastante inexplicable, incluso reconociendo la existencia de fuertes prejuicios. Quienes investigaban el accionar de la ultraderecha en esos momentos manejaban la versión de que se trataba de "acciones de entrenamiento". La versión -que también habría llegado a la Policía- nunca se publicó por falta de elementos más concretos.

Ahora se conoce que Nicolás Gonella se ha vanagloriado en Internet de su participación. El caso está siendo investigado por la Fiscalía. Pero en principio es difícilmente creíble que los asesinatos hayan sido obra de una persona sola.

En 2015, Gonella fue procesado por un delito continuado de incitación al odio, desprecio o violencia hacia determinadas personas.

Entre fines de enero y principios de febrero de 2017, habría enviado vía TOR (la Internet oculta) amenazas de muerte a trece integrantes de la Justicia o defensores de los derechos humanos. Pretendían ser una venganza por el suicidio del general Pedro Barneix, a quien iba a detener la Policía por haber asesinado a un frenteamplista en 1974. "No se aceptará ningún suicidio más por injustos procesamientos", expresaba la misiva. Con similar torpeza de razonamiento a finales de la campaña electoral el Comando Barneix envió misivas ordenando votar a Lacalle Pou con apoyo de Manini: "Es una orden. Las órdenes se acatan y el que no lo haga es un traidor. Sabemos cómo tratar a los traidores". Un ejemplo de propaganda persuasiva.

Gonella sería un personaje de opereta si no resumiera todo lo que hemos venido relatando. Un fanático suelto, que amenaza e insulta por su cuenta, pero habría estado vinculado o tenido conocimiento de grupos de operaciones criminales de tipo militar, levanta consignas y preocupaciones militares que los interesados "tercerizan" en gente como él, y consigue o se le brinda información suficiente para manejarse en Internet el oscuro y, sobre todo, tiene suficiente información del circuito de defensores de derechos humanos, como para alcanzar a la investigadora italiana Francesca Lessa, el magistrado francés Louis Joinet y el activista brasileño Jair Krischke.

Hay un episodio que no puede saltearse. Un año antes de las amenazas del Comando Barneix, en la semana de turismo de 2016 (20 al 27 de marzo) se produjo un robo en el Laboratorio de Antropología Forense de la Facultad de Humanidades que trabajaba en excavaciones en predios militares. Robaron tres mil cien pesos, los discos duros de cuatro computadoras y dos discos extraíbles y además se entretuvieron marcando en un mapa los domicilios de los integrantes del equipo de investigadores. Una investigación de la Universidad reveló que los autores del operativo conocían los movimientos, los diversos sistemas de alarmas -que fueron burlados-, tenían las llaves del candado de la azotea y mostraron otros conocimientos del edificio, el funcionamiento de la oficina, sus integrantes y el trabajo que hacían.

Solo puede agregarse que, entremedio se han sucedido los atentados, pintadas y proclamas. Por ejemplo atentados contra locales del Partido Comunista y el Fidel o a Radio Canelones.

Esta recopilación se basa en notas publicadas en prensa. No se conocen investigaciones detalladas de la continuidad de estos grupos y, como se vio, los nombres de las organizaciones usados para firmar no significan necesariamente que hubiera grupos distintos atrás. Los grupitos con camisetas neonazis que iban juntos a sacarse fotos con Manini en la campaña electoral y los militares retirados que tuvieron que depurar de apuro su historial de Facebook serán minoritarios pero tienen una tradición atrás.

Cabildo Abierto merece otro análisis más complejo. Pero todo lo que estuvimos viendo se concentró adentro del nuevo partido.

Columnistas
2021-10-29T15:59:00

UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias