¿Qué es el seregnismo hoy?

Jaime Secco

08.06.2023

¿Qué es el seregnismo hoy?

 

¿A qué se alude cuando se habla de una sensibilidad "seregnista" de izquierda? La respuesta es relevante porque determina, por ejemplo, la necesidad o no de que ésta tenga una expresión electoral. 

Cuando por todos los medios se insiste en no "naturalizar" fenómenos sociales, oímos atacar esa expresión electoral apelando a presuntas candidaturas "naturales" y otras artificiales. La respuesta, si queda en una vaga sensibilidad, parece insuficiente. Aquí queremos bajar a tierra esa sensibilidad.

En esta columna, en acuerdo con Marcos Carámbula, sostendremos que sería malo para el País y para el Frente Amplio que el seregnismo no tuviera expresión electoral. Defraudaría a parte del electorado si no se concretara. Porque hay un electorado seregnista, no solo dirigentes, agrupaciones y militantes. Que el precandidato sea Mario Bergara no es algo "natural" ni inevitable, pero lo impone la realidad política.

Hay que hacer un par de precisiones previas. Primero, la palabra seregnismo, efectivamente, no tiene dueño y cualquiera puede considerarse representado por ella. Pero hay que recordar que Seregni quedó en minoría y debió renunciar a la Presidencia del Frente Amplio. Entonces, seregnista era una minoría.

Segundo, cuando hablamos de tendencias en el Frente Amplio, estamos refiriéndonos a un marco general de acuerdos políticos que acotan los campos de disenso. Puede haber hasta diferencias de principios tan grandes como la inexistencia de Dios, pero hay una voluntad de impulsar una transformación hacia una sociedad más justa, igualitaria, fraterna. Todos estamos cerca de personas que están más atentas a determinados temas con los que en teoría coincidimos, pero nos pasan desapercibidos. Y esa variedad de visiones es una fortaleza.

Tercero, lo que intento aquí no es un catálogo de discrepancias. Tampoco estoy seguro de que todos en Convocatoria Seregnista - Progresistas estén de acuerdo en todo. De hecho, algunas cosas no las he oído nunca dichas así, y las escribo aquí por primera vez, pero creo que ayudan a ver una coherencia general.

La política, siempre

Por ejemplo, una cierta concepción de la política. En buena parte de la izquierda, mayoritaria en el siglo pasado, había una cierta idea de que el futuro ya está escrito en el desenlace natural del presente y de que la toma del poder era el momento clave e irreversible, pues a partir de ahí, se trata de decretar las medidas que crearán un nuevo sistema social. 

Huellas de estas concepciones se perciben cuando tras los épicos levantamientos de 2019 en Chile se presenta una constitución que no quiso casi nadie -y se termina con una constituyente pinochetista-. O cuando se reclama que los gobiernos de izquierda resuelvan cambios "profundos", de una buena vez.

Quizá el seregnismo esté más atento a ganar apoyos, no a ganar batallitas de insultos en redes. Sigue siendo sabio el principio de analizar siempre "quién aísla a quién". En alguna época este consejo se contraponía a quienes distinguían entre revolucionarios y patrinqueros y quienes retrucaban que la virtud de una política no se reduce a un problema de hormonas. Ganar adhesiones es más trabajoso, pero evita desbarranques. La política no es lo que se hace antes de las elecciones, sino, sobre todo, lo que se hace después. Siempre, pero más cuanto más se avanza.

La radicalidad de los resultados

Ciertamente tiene relación con lo anterior la visión del avance económico. El seregnismo no considera necesariamente un avance decretar el fin de las desigualdades o cosa similar. El país tiene que crecer económicamente. No sólo para que haya qué distribuir, o para que la redistribución no mate la máquina, sino también porque el crecimiento es uno de loas herramientas fundamentales para sobrevivir y preservar la soberanía en un mundo de oleadas financieras y presiones políticas. Es lo más patriótico que podemos hacer. 

Y el principal factor de crecimiento es la inversión productiva; pública y privada, que permitirá producir más en el período siguiente. No se trata de elevar ciertas herramientas a la categoría de principios, sino de usar las que permitan mejores resultados en cada momento. Eso es lo que hicieron los seregnistas que participaron en los gobiernos del Frente Amplio y lograron tasas de crecimiento, de diminución de la pobreza y la desigualdad.

Tampoco creen los seregnistas que se trata de otorgar cualquier ventaja a inversionistas, de relegar a las calendas griegas la eliminación de la indigencia o de aceptar agresiones a la naturaleza. Ni de creer que esas cosas y otras patologías sociales se resuelven solo con medidas económicas. Y, ya que estamos, no creen que todo lo que se hizo "era bueno", como creyó el Dios hebreo de su creación. 

El mundo no es un espectáculo, es un campo de batalla 

El subtítulo lo robo a Giuseppe Mazzini integrante de la Primera Internacional.

Este no es lugar para hacer un diagnóstico de la coyuntura mundial, pero es claro que ya es radicalmente distinta que hace cuatro años. Es más convulsionada y peligrosa. Hay quien padece nostalgia por diagnósticos de hace setenta años, cuando el 70% de la producción industrial se realizaba en Estados Unidos. Los seregnistas suelen estar más atentos a los cambios., porque tienen particularmente presente que no se puede cambiar la realidad, si no se la conoce.

También hay debilidad por asignar amistades y hostilidades a los campos de la Guerra Fría anterior. Seregni citó una vez a Max Weber, quien, en La política como vocación y como profesión distinguió la ética de la responsabilidad de la ética de la convicción. Nuestro general decía que, ahora que ya no era presidente del Frente podía hablar libremente de sus convicciones sin temor a las consecuencias. Al traer esto a cuento, recuerdo al lector que el centro del programa weberiano era desmentir el materialismo de Marx. Por ejemplo, el capitalismo no se desarrolló por la acumulación originaria, sino por asuntos religiosos. En la conferencia citada, los irresponsables que solo defendían sus convicciones sin medir consecuencias eran los socialistas y los sindicalistas de la época.

Los seregnistas no reniegan de sus concepciones en materia de relaciones internacionales. En particular, la defensa de la democracia y los derechos humanos. Eso distingue a amigos de no amigos. Porque son internacionalistas, recuerdan al Ché: "Sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo". 

Pero no olvidan la mañana siguiente de Seregni. No solo por el concepto liberal de que los países no tienen amigos sino intereses. Porque es el juego de los equilibrios mundiales es lo que nos permitirá espacio de independencia y no alineamiento. No el alinearnos con ese conglomerado insólito que Joe Biden llama "países democráticos". En teoría de relaciones internacionales se les llama escuela idealista y realista. 

Nada podemos esperar si no es de nosotros mismos

Sobre un tema relacionado, la defensa, los seregnistas consideran que ningún país puede dejar su defensa en manos de terceros. Eso no quiere decir que las fuerzas armadas que tenemos ahora sean las ideales, pero sí que no precisamos algún tipo de fuerzas "amigas" o afines, sino una repartición estatal profesional.

Las dificultades de la educación

La educación es uno de los ámbitos más polémicos dentro del FA. Tanto que en el programa de 2009 se eliminó todo el capítulo por falta de acuerdo. Pero, como dijimos, esto no es una lista de diferencias.

Los seregnistas suelen coincidir en que la educación no es botín del gobierno de turno, en consonancia con su visión de la política ya expresada. No debe ser una serie de medidas para un quinquenio, sino una política de Estado a largo plazo, porque sus efectos se verán en 30 años. 

Por lo anterior, coinciden en que es preciso involucrar más, no solo a otros partidos, sino también a todos los involucrados, pensando en nuevas formas de participación de trabajadores docentes y no docentes, estudiantes, familias y las comunidades, lo que requiere trabar en los territorios. 

Que la enseñanza requiere presupuesto, pero el gran problema de la caída de estudiantes del sistema son las necesidades básicas insatisfechas, algo cuya solución no puede proporcionar el sistema educativo. Por eso es necesario crear una red multidimensional entre diversos organismos en el terreno. Como, podemos agregar, la Policía no puede solucionar al delito, un hecho social -e individual- complejo que elude la prevención y excede a la mera represión.

La solución educativa no depende de planes. No de los actuales, pero tampoco de revivir o probar experiencias o teorías del pasado, aún las exitosas.

 Y muchas cosas más

Podríamos mencionar debates sobre seguridad, salud, políticas culturales, la mirada al interior -que excede al agro-, y muchos otros temas. También, más problemas en temas apenas rozados, por ejemplo, en defensa. Pero creo que el punto ha quedado claro.

Repetimos que en general no se trata de cosas que, dichas así, no puedan ser apoyadas por otras tendencias frenteamplistas. Pero queda claro que existe una especial forma de enfrentarse a los temas que puede legítimamente ser llamada sensibilidad y con la que coincide buena parte del electorado frenteamplista. 

Jaime Secco
2023-06-08T03:51:00

Jaime Secco

UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias