¿Qué guerra se pelea en Ucrania?
Jaime Secco
06.12.2024
Hollywood nos ha mostrado la Segunda Guerra Mundial, sobre todo con frentes en línea de tanques e infantería avanzando contra metralla y ganando a base a mandar más y más oleadas. En Ucrania no es así. En parte.
La Guerra del Catorce la vemos con trincheras enfrentadas. Las guerras coloniales y de las orillas de la Guerra Fría, se basaron en guerrillas. Más recientemente, la Tormenta del Desierto y sucesivas de Irak y Afganistán, en abrumadora superioridad aérea -como en Libia en 2011-. En una segunda fase, luego de las ocupaciones, años de patrullajes de tipo policial en vehículos blindados para prevenir atentados con bombas caseras; todo sumado a la famosa lista de personas a asesinar a larga distancia con drones, que el bueno de Obama reveló que tenía sobre su escritorio.
En Ucrania no es exactamente nada de eso; más bien parece una suma de todo. En realidad toda guerra es híbrida de novedades y formas clásicas. Además esta guerra, tuvo etapas. Al principio hileras de tanques hacían recordar la limpia invasión a Checoslovaquia en 1968. Luego, hubo una fase de protagonismo de los misiles antitanque. Más adelante, hubo una contraofensiva ucraniana que desalojó a Rusia de las zonas nororientales de Soji y Jerson pero se estancó en el sur, donde pensaba cortar la conexión entre Rusia y Crimea. Ahí, los rusos comenzaron a cavar líneas paralelas de trincheras y fortificaciones, lo que permitía retroceder en caso necesario, lo que estancó la operaciones sin bajar la mortalidad. En Bajmut, entretanto, una población sin mayor valor estratégico, pareció verse una prolongada sucesión de oleadas de hombres masacrados, estilo Stalingrado.
Esta columna no está escrita por un experto en temas militares, sino por un periodista que quiere saber qué está pasando. No sé si la invasión rusa a su vecino es el peor conflicto en curso. Pero sí es la primera guerra transmitida casi en directo. No tenemos nada de esto en Sudán ni en ningún otro conflicto. En 1991 CNN nos mostraba imágenes repetidas de los archivos del Pentágono que parecían la Noche de las Luces. Ahora, diariamente vemos numerosos videos tomados por drones, con tanques huyendo, misiles derribando edificios y soldaditos corriendo.
No tanto en la gran prensa, cuyos cables ocasionales quedan en anécdotas aisladas. Unamuno habló de sus colegas: "¡El sempiterno suceso! ¡La devoradora actualidad! Todo anecdótico, todo fragmentario, sin que haya modo de sacar substancia ni contenido a nada". Seguía: ¿Qué me importa si el coronel tal está aquí o allá, en Marruecos? Dentro de un año voy a leerlo.
Aparte de cables sueltos, hay, una multitud de periodistas, analistas militares, creadores de mapas pro ucranianos, pro rusos y neutrales más o menos confiables, operadores políticos, que recogen partes oficiales de los ministerios de Guerra y videos de batallones y soldados en el frente, muchas veces quejándose.
Tratando de salir del 'sempiterno suceso' y entender, hace ya muchos meses que sigo los informes diarios de 20 minutos de Military Summary Channel, producido desde Bielorrusia. En él relevan todo lo que importa, no ocultan su deseo de que Rusia gane, pero deja sin modificar el color de los mapas hasta que no recibe informes muy confiables o videos geolocalizados y confirmados hasta reconocer cuál es el edificio que se ve. Ponen en sospecha la veracidad de informes del Ministerio de Defensa ruso y respaldó la denuncia de otro autor de mapas, que afirmó que unas banderas izadas en algunas aldeas no indicaban el control ruso, sino que habían sido lanzadas con drones. Y, sí; se sabe quién domina un terreno según quién lo bombardea.
Cuidado. Mirar esos informes con frecuencia puede ser dañino para la salud emocional. Los videos se detienen un segundo antes de que empiecen a volar partes de cuerpos, pero las docenas de muertos por día y las aldeas arrasadas -por ambos- no son para almas sensibles.
Tácticas en tierra
Increíblemente, pese a la información de drones y satélites, los accidentes geográficos siguen siendo determinantes. Ríos, destrucción de puentes, corte de caminos, líneas férreas, campos descubiertos son objetivos para aprovechar, evitar o entorpecer al enemigo. En cambio, los poblados se atacan y defienden porque ofrecen refugio, sobre todo en invierno. También se valoran los edificios altos para ver lejos. Lo mismo los cerritos formados cerca de las minas por la acumulación de residuos. Por algún motivo, Ucrania está llena de líneas rectas de árboles, que sirven de refugio para hombres y vehículos, y son codiciadas. Lo mismo, los montes; donde pueden agruparse unidades enteras.
En cuanto a las tácticas, cortar caminos es importante porque deja tropas enemigas sin posibilidad de suministros ni refrescos. Pero no es necesario ocuparlas. Los medios aéreos rusos pueden impedir buena parte de los movimientos desde la distancia de unos pocos kilómetros. Destruir tanques, vehículos de transporte de infantería y municiones, es un objetivo en sí mismo. Para ambos bandos, pero en particular lo sufre Ucrania, que está casi sin reservas, los hombres mayores de 25 años se esconden o cruzan la frontera clandestinamente y resulta difícil reponer bajas. El secretario de Estado de Estados Unidos acaba de urgir a Zelenski para que baje a 18 años la edad de la leva obligatoria. También les cuesta reponer equipos, que tiene que negociar meses con los países de la OTAN y los rusos los destruyen en relativamente poco tiempo.
En general, los bombardeos intensivos en una dirección son indicio de que allí se prepara una ofensiva. Pero no siempre es así: Rusia se burló de que durante su gran contraofensiva los ucranianos siempre anunciaban lo que pensaban hacer. En el último año, Rusia ha disminuido los lentos y sangrientos ataques directos a poblaciones, así como a líneas de trincheras y fortificaciones, prefiriendo eludirlas y rodearlas -otro clásico de la Segunda Guerra Mundial-, lo que obliga a Ucrania a retirarse. Inteligencia detecta los lugares de estacionamiento de tropas, vehículos y municiones. A veces, ambos bandos envían unidades de reconocimiento y sabotaje, para preparar los avances. Luego de tomada una población, zona fabril o unidad agropecuaria, la ofensiva se detiene para limpiar el terreno casa por casa.
No debe creerse que se trata de una guerra higiénica, como las de Estados Unidos. Hay enfrentamientos sangrientos. En los últimos meses Ucrania está en defensiva y sin iniciativa estratégica, salvo la invasión de territorio ruso en Sumi, con vistas a tener algo para negociar. Pero en muchos de los más de diez o doce frentes presentan una resistencia inesperada y lanzan contraofensivas que hacen retroceder a los rusos en áreas más o menos importantes.
Los tanques se utilizan a mucha velocidad en formaciones relativamente pequeñas, acompañadas por transportes de tropas que regresan de inmediato. Rusia utilizó infantería rápida en motocicletas y, en general todas las semanas se estrenan armas nuevas. No sólo de altísima tecnología, como el misil balístico hipersónico Oreshnik, no detectable con métodos actuales ni pasible de ser interferido electrónicamente, que se divide en seis cabezas con seis grupos de explosivos dirigidos a distintos blancos, capaces de portar 36 explosivos nucleares -el lanzamiento propagandístico como alerta a la OTAN, fue sin explosivos-. Otras novedades son más modestas, como el dron ucraniano que lanza fuego sobre líneas de árboles y montes, la miríada de nuevos drones pequeños y baratos, también ucranianos, las enormes bombas de la línea FAB rusas, su nuevo dron que vuela a ras del piso y puede llevar grandes cargas explosivas, de esta semana, o el pequeño avance técnico del dron que filma en alta resolución y en colores, de la semana anterior.
Las imágenes muestran tierra arrasada. La lucha por aldeas y poblados se hace sobre escombros. Los propios ucranianos -y los rusos en la región de Sumi- terminan de destruir lo que hubiera, aunque sea su propio territorio. En particular, los ucranianos al retirarse han volteado edificios fabriles y chimeneas para que no sirvan de mirador al otro bando. Un video de otra fuente mostró un soldado ruso caminando solo en una zona recién ocupada cerca de Pokrovsk, que se encontró con un hombre en una camioneta. Le preguntó qué hacía y dijo que evacuaba civiles. El soldado no lo obstaculizó. Supongamos que es cierto y si lo es, no sabemos quién estaba más asustado.
Eso en tierra. Por aire, aparte de la superioridad en la línea de frente, Rusia realiza operaciones a larga distancia. Pueden ser contra objetivos en Kiev, fábricas o depósitos de drones, municiones u otras armas, incluyendo los almacenes de armas de la OTAN recién llegadas y, en especial, centrales eléctricas clave para apagar al país en invierno. No se reportan tantos ataques a civiles -apartamentos, hospitales, shoppings- como al principio de la guerra.
Los ucranianos, aparte de los ataques en los frentes de combate, ya habían destruido centrales de defensa antiaérea en territorio ruso y, con el nuevo permiso de EEUU y el Reino Unido, objetivos militares en o cerca de Moscú.
En conclusión, hay elementos de trincheras de 1914, de batallas de tanques, bombardeos, enfrentamientos cuerpo a cuerpo y drones selectivos, con un telón de fondo de tecnología de las galaxias.
Y, como siempre, los objetivos estratégicos son políticos, hasta propagandísticos, pero en base a posiciones de fuerza. Ucrania no quiere ceder nada de sus fronteras de 2013. Para eso, precisa que lo acepten en la OTAN, cosa que nadie quiere hacer porque inmediatamente se obligarían a entrar en una guerra mundial.
Rusia quiere quedarse con la zona rusófona de Ucrania, no sólo las provincias de Lugansk y Donetsk, sino también Zaporiya y Jerson, además de Crimea, más un seguro de que Ucrania no se unirá a un bloque militar dedicado específicamente a combatirla.
En Occidente muchos parecen cómodos con una guerra de agotamiento mutuo que debilite a Rusia hasta sacarla de la liga mayor, aunque sea al costo del último ucraniano. Trump parece querer una paz para no tener que seguir invirtiendo plata en un barril sin fondo. Aunque no reveló detalles, parece que espera que Rusia firme algo que se parece más a una tregua temporal.
Jaime Secco
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias