Nuevas maneras de salir de Cuba

Jorge Ángel Pérez (desde Cuba)

22.04.2022

Nuevas maneras de salir de Cuba

 

No fueron pocos los cubanos que durante algunos meses estuvieron esperando la llegada de las noches del domingo, para mirar en sus televisores la serie "Calendario", que dirigiera Magda González Grau y que tuvo como guionista a Amilcar Salatti. Desde hace mucho los cubanos se habían distanciado de las telenovelas de producción nacional, a las que superaron las series brasileñas y otras, también extranjeras, que se podían ver gracias al "paquete semanal", repleto de series y películas que no se proyectan en la isla.

Los de acá, sobre todo los que pasan cada uno de sus días en La Habana, tienen la posibilidad de mirar series en canales norteamericanos. Muchos de los de "aquí" miramos lo mismo que los de "allá", sobre todo los que viven en La Habana, y todo gracias a eso que llamamos "la antena" o "el cable", y que permite a los capitalinos visionar un montón de señales televisivas que tienen su centro en La Florida, por un precio que no es nada irrisorio pero que se paga para poder vivir esa ficción que soñamos con convertir en realidad. Los habaneros se sientan a mirar "Caso Cerrado", de la Dra. Ana María Polo, y un montón de programas de Telemundo, Univisión, y unos cuantos canales más...

Gracias a eso los habitantes de La Habana viajan y miran otras ficciones, para vivir otras realidades. Y aún con tanta competencia que tiene la televisión nacional, sobre todo en la capital, los habaneros también se sentaron cada domingo a mirar todos los capítulos de "Calendario", y las múltiples historias de sus muchos personajes, hasta el mismísimo final. Y no son pocos los que desde ya esperan una "segunda temporada", que también se estuvo avisando. Lo malo, lo tremendo, es que en Cuba todo tiene su "contra", y muy pocos "pros". Y es que las redes sociales ya nos advierten de los viajes de algunos de esos actores que estuvieron encarnando personajes en "Calendario".

Y no es malo que miremos a una escuela, que podrían ser todas las escuelas cubanas, y también a unos alumnos, que podrían ser todos o al menos muchos de los alumnos cubanos de la enseñanza media, con sus particulares conflictos. Y tal cosa podría ser muy sensible porque, aunque los profesores tenían cierta cercanía con la increíble perfección, los alumnos eran ricos en conflictos que son muy poco atendidos por la prensa y las autoridades comprometidas con el Sistema de Educación cubano.

Y algo muy particular acosa ahora a esta serie, y tiene que ver con la posibilidad real de conseguir la realización de una nueva temporada, como ya se anunciara en algunos medios de difusión. Resulta que muchos de los jóvenes actores han salido de viaje y hoy están en ..."allende los mares", y ya sabemos que en Cuba el viaje tiene sus particularidades, y grandes diferencias con el viaje emprendido por los habitantes de otras geografías. Muchos de esos actores se establecieron ya en "distantes riberas". En otras geografías la gente hace paseos, disfruta sus vacaciones en algún lugar muy al este de su país, o muy al oeste, al norte, y también al sur, pero en Cuba...

En Cuba el viaje es casi siempre sin regreso, y eso hace que no podamos confiar en nuevas temporadas de "Calendario", al menos no como Dios manda. En Cuba los viajes lo deciden casi todo. En Cuba los viajes terminan casi siempre con la adquisición de nuevas nacionalidades, con nuevos "hábitos alimentarios", con nuevos olores, con nuevas dicciones, con "renovados fenotipos". En Cuba el viaje es esencial, el viaje es transgresor. Nuestros viajes nunca son unos viajes cualquieras, y no coinciden con los presupuestos de otros viajes, con esos que podríamos llamar "normales".

Un cubano no viaja de la misma manera que un sueco, un argentino, un italiano. Recuerdo aún mi primer viaje y un detalle que me pareció trascendental. Sin dudas era yo el más "elegantemente vestido" de entre todos los viajeros que abordaron el avión, aunque lo más probable era que fuera yo el más pobre, el de bolsillos más escuálidos y menos elegantes. Las mujeres cubanas, al menos las de la isla, se "entaconan", y sus emperifollamientos podrían resultar, incluso, agresivos. Y todo eso tiene que ver con la importancia que damos al viaje, y si damos esa relevancia es porque durante muchísimos años se nos prohibió viajar, y ahora que lo permiten tampoco hay dinero, idéntico a como era cuando los dictadores no nos permitían viajar.

Los cubanos, que casi nunca tenemos cámaras fotográficas, somos los que más nos retratamos en los viajes, y luego exhibimos las fotos como si de un trofeo se tratara, porque es una prueba de que salimos algunas veces del encierro, que salimos de ese closet que es la isla comunista. Yo también he caído en esa trampa, para luego hacer visibles mis viajes, mis salidas del encierro, porque nada es más tremendo que abandonar un encierro de isla, un encierro doble, una clausura comunista.

Y es que el viaje es importante para todos. El viaje es trascendente, el viaje sobrepasa los límites, incluso esos que son impuestos por regímenes dictatoriales, como este en el que vivimos. Lo trascendente es lo que está mucho más allá de un límite predeterminado, un límite que antes fuera dictado, como hace cada vez más el comunismo cubano.

El viaje permite conciliar, y traspasar, traspasar, traspasar. El viaje puede alejarnos de las dictaduras, aunque a veces tengamos que abandonar los "calendarios", y algunos empeños muy queridos. Viajar es una manera de abandonar la isla, el closet, la cárcel, el comunismo dictatorial, incluso pagando monumentales precios, abandonando calendarios, aplaudidos empeños. Viajar es abandonar el closet, es respirar, respirar, respirar..., pero tristemente lejos, demasiado lejos del país...

Publicado en Cubanet, el 20 de abril de 2022

Jorge Ángel Pérez nació en Cuba (1963), donde vive, es autor del libro de cuentos Lapsus calami (Premio David); la novela El paseante cándido, galardonada con el premio Cirilo Villaverde y el Grinzane Cavour de Italia; la novela Fumando espero, que dividió en polémico veredicto al jurado del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos 2005, resultando la primera finalista; En una estrofa de agua, distinguido con el Premio Iberoamericano de Cuento Julio Cortázar en 2008; y En La Habana no son tan elegantes, ganadora del Premio Alejo Carpentier de Cuento 2009 y el Premio Anual de la Crítica Literaria. Ha sido jurado en importantes premios nacionales e internacionales, entre ellos, el Casa de Las Américas.

Foto: Jorge Ángel Pérez en Italia

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2022-04-22T07:06:00

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