El parto en esta zona, del libre comercio. (Abordando eso gris, que parece la teoría).

Jorge Aniceto Molinari

25.07.2022

En épocas feudales, el libre comercio, ejercido por aventureros, trasladaba en sus rutas lo que era de progreso para los seres humanos, -también las drogas por cierto- , esto se asoció con el poder producir en los talleres mercancías que podían cotizarse en el mercado que se iba formando mas allá de los feudos.

Se asocia esto con el nacimiento de los burgos, de las ciudades.

Desde el inicio seguramente hubo como los hay ahora, quienes quisieron poner normas que los beneficiaran y enriquecían, las monedas en este proceso fueron un gran invento, ahora tenían un denominador común creado por necesidad de medir, ese fue el valor del oro.

La historia es relativamente reciente y las conocemos  todos, los núcleos feudales tuvieron que dar paso por el peso de la revolución al desarrollo de las ciudades. Surgieron las naciones y las burguesías nacionales, y vinieron las crisis de crecimiento, las luchas intercapitalistas por el dominio de los mercados.

Comenzó el juego de las economías nacionales, las más poderosas convertidas en imperialismo, nacen las distintas monedas, el respaldo oro es superado por el respaldo en la producción.

Keynes veía en esto un problema a superar con una moneda única y universal, Tobin, piensa en una tasa que regule las diferencias, jamás pensó que su planteo iba a ser utilizado para pensar en impuestos sobre el movimiento de capitales.

Dejémoslo claro, las monedas nacionales, no son expresión de soberanía sino una necesidad de las burguesías nacionales para manejar su relación con la economía de su país y con la economía del mundo. Eso hoy está en crisis, porque el mercado mundial impone sus condiciones y sus valores.

Hoy que los otrora viejos imperialismo abandonan el libre comercio y sus contiendas en el mercado mundial, no es un hecho menor, como no es un hecho menor que ellos apuesten a emitir sin respaldo para equilibrar sus presupuestos y planes en los cuales contemplan algo de las necesidades sociales, pero fundamentalmente a la industria de la guerra.

Nosotros pensamos que el planteo del Presidente de nuestro país -Uruguay- en pro de un tratado de libre comercio con China, contrariamente a lo que se viene expresando en varios sectores políticos de la coalición de gobierno y en la izquierda, es un proyecto que va en la dirección que va la historia de la economía del mundo.

Ahora si se deja librado a la acción de los que manejan el mundo de la producción, los intereses de la gente no van a estar resguardados.

Es necesario participar, programar, diseñar, con el mundo que hoy se abre y en el que intervienen centralmente partidos comunistas como el chino y el vietnamita que han desarrollado enorme revoluciones sociales.

No hacerlo, supone entre otras cosas que la realidad va a permanecer estancada, no hay ninguna mercancía que pueda escapar a lo que es la economía de escala, y cuando se impide que esto sea así, casi siempre es beneficio de los menos contra los más.

Si, no desconocemos que esto implica trabajo, militancia, propuestas abrirse al mundo, y no desconocemos los inconvenientes que tiene una izquierda que hizo del estatismo su programa, siendo que el estatismo fue una necesidad puntual para resolver problemas algunos de los cuales son fundamentales como la salud y la enseñanza.

Necesitamos un programa universal, como lo insinuó el Presidente Mujica en la ONU, setiembre del 2013 y del que no se ha vuelto a hablar, y cuyos centros son la moneda única y universal y que los impuestos se cobren en el mundo sobre la circulación del dinero dando sepultura a los paraísos fiscales.

Necesitamos en estos países crear trabajo de la mano de inversiones que hasta ahora han estado supeditadas a los planes de las grandes multinacionales, como en el caso de la papeleras o en el campo, introduciendo avances que se ven reflejados en la maquinaria, pero que compren todos los aspectos centrales de la producción.

Esto se tiene que hablar entre las centrales sindicales, y las organizaciones políticas y de la sociedad. La pequeña y media industria solo tiene salida comprendida en este marco, el otro camino las está ahogando y lo seguirá haciendo en el futuro cercano. Ningún país tiene futuro cerrando sus fronteras, se llame Uruguay o se llame EE.UU..

 

Jorge Aniceto Molinari

Columnistas
2022-07-25T10:37:00

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