El hombre nuevo. (Abordando eso gris, que parece la teoría).

Jorge Aniceto Molinari

07.08.2023

Con un lenguaje del siglo 20; hoy deberíamos decir: “el ser humano nuevo”, al que Marx y Engels condicionaron a la construcción del socialismo. Ellos desarrollaron como el ser humano en sus expresiones estaba condicionado a las variables materiales siempre en transformación. Todos los santos días hay sobre la humanidad amenaza del uso de armas nucleares.

Todos o casi todos somos conscientes, de qué nos estamos jugando. Es más, hoy Europa y EE.UU. viven una intensa ola de calor y en el resto del mundo pasa de todo, en materia de los llamados "fenómenos naturales", pero la guerra y la construcción de armamentos como desahogo de sistemas económicos en crisis no se detiene.

En la humanidad se muestra como el camino es otro; estamos en presencia de la zona de libre comercio más grande de la historia, pero ella no abarca los otrora viejos imperialismos, aun cuando los capitales centrales para ese desarrollo tienen también ese origen: en los viejos imperialismos. Pero es en estas zonas donde parecería se va a definir el destino de la humanidad, sin descartar para nada iniciativas políticas que pudieran provenir de la zona crítica en desarrollo.

Un ministro de Putin expresó: "la ofensiva de Kiev estuvo en un tris de obligarnos al uso de armas nucleares".

La humanidad necesita parar la guerra y reconvertir su industria. No hay programa para hacerlo, o mejor expresado, por ahora no hay programa para hacerlo.

Keynes al cierre de la segunda guerra mundial señalaba como una necesidad programar "la eutanasia del rentista", veía más lejos que los intereses de las multinacionales que ya habían agarrado el camino del desarrollo en el que el dólar era un arma que iban a utilizar y así lo hicieron;  lo están rápidamente agotando.

La economía tiene límites, y más allá de la eficiencia que califica y depura a los contendores, está la rentabilidad que se agosta inexorablemente, sin importar la categoría de estos.

Los seres humanos de este periodo histórico estamos condicionados por esta realidad, Gramsci diría: un mundo nuevo que demora en nacer y otro que tarda en morir, -no es textual-, es que pesa en nuestros estados de ánimos, en nuestra vida cotidiana, en la soledad en que muchas veces se acompaña nuestros últimos años de nuestras vidas individuales, de un mundo sometido a la competencia como modo de vida; acompañado en múltiples expresiones por la valoración falsa de que el ser humano es egoísta por naturaleza y no como producto de una sistema de luchas clases, que nadie ha podido demostrar que era el único posible en la historia del ser humano, pero la historia se ha desarrollado así, y nos plantea hoy una disyuntiva decisiva.

La moneda y los impuestos son las herramientas centrales sobre las cuales la humanidad deberá avanzar.

El Frente Amplio la principal fuerza política de mi país, acaba de aprobar un proyecto programático en el que se incorporan todos los aspectos analizables y programables de la realidad nacional y su inserción en la internacional, pero no toma posición sobre qué hacer en la disyuntiva actual de la humanidad, que tiene dos herramientas sobre las cuales se debe actuar: la moneda y los impuestos.

La derecha -o mejor dicho- algo de predominante en la derecha hablan de atraso cambiario, en contraposición con lo que sería defender la moneda nacional.

Difícil para sagitario, porque en definitiva nada justifica la existencia de una bimonetarismo y menos de un múltiple monetarismo. Ahora quien le pone el cascabel al gato, que en este caso tiene nombre y apellido: los lineamientos del Fondo Monetario Internacional.

Una fuerza de izquierda puede aceptar que se programen impuestos insistiendo en los mismos aplicados al consumo, los salarios y las pensiones, ahora ¿y si no qué? , ¿De dónde los recursos, para que funcione esa empresa llamada Estado y con la cual se atienden dentro del panorama de explotación capitalista a amplios sectores de la sociedad?

Está claro que no es: "fuera el FMI", sino qué imponemos para que la regulación internacional de la economía juegue a nuestro favor. Las regulaciones que vemos nos suenan a ir estirando la agonía porque en definitiva poco o nada resuelven sobre las miserias en que vive gran parte de nuestra gente y comienza a vivirse en las llamadas naciones "desarrolladas".

 

Jorge Aniceto Molinari

Columnistas
2023-08-07T11:11:00

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