Voto a Orsi. (Abordando eso gris, que parece la teoría).
Jorge Aniceto Molinari
18.11.2024
El próximo domingo 24 de noviembre voy a votar al Profesor Yamandú Orsi como en el 2004 voté al Doctor Tabaré Vázquez, para la Presidencia de la República.
¿Pensando en que eso colabora a solucionar los graves problemas que tiene la sociedad?
No, pero es un camino hoy, para intentar resolverlos.
En el 2005, la circulación incontrolada de capitales ya había producido una de las crisis graves en la vida del país.
La responsabilidad de dirigir la economía del país ponía a la izquierda en una encrucijada.
La asumió Astori y un equipo destacado de economistas -lo integraba también la actual Ministro Arbeleche, lo cual no es un hecho menor- que optó por un planteo de reorganizar la economía, sobre la base de una reformulación del sistema impositivo, entre otras importantes reformas.
Los sueños de justicia social quedaban postergados ante la realidad de una reorganización posible, en un mundo cada vez más injusto en esta zona del desarrollo capitalista. Los pequeños y medianos comerciantes e industriales siguieron perdiendo pie en la economía, el sistema no tiene solución para ellos, además de un importante sector de la población que va quedando al margen y a merced del sub mundo de la droga y el juego.
Mejoraron los sueldos y las pensiones, la reactivación de la economía fue ostensible. Se atemperó la fractura social. Hubo más afiliaciones al BPS, -menos informalismo-, más gente amparada a un sistema de salud, etc. etc.
El gobierno de Lacalle Pou, que en plena crisis del Covid19 requirió el apoyo de China- gobernada, por el principal Partido Comunista del mundo -, optó por una política confesa de que sus objetivos eran estimular a los llamados "mallas oro", no lo negaron, su objetivo era seguir acumulando para luego derramar.
Si bien Lacalle "solo pasó a saludar", los escándalos en su partido, siguieron alejando de la política a cada vez más sectores de la población.
El problema es que en la izquierda, - y en esto no estamos solos en el mundo- se sigue sin analizar y tener una respuesta para los problemas de la sociedad.
En esto tal vez lo más grave es no haber podido salir del planteo de Saldain, de que no existe otro camino para proveer las necesidades de la seguridad social que la rentabilidad de las empresas. Lo grave además es que no son pocos en la izquierda que llegan a la misma conclusión.
La izquierda quedó entrampada en una lógica que no se puede resolver sin analizar e intercambiar sobre el propio destino de la economía y la sociedad, lo cual constituye la principal disyuntiva ecuménica de estos tiempos.
No solo es el pensamiento dominante dentro de nuestros economistas, sino que lo es en países que otrora fueron imperialismos (*), mientras el curso de los acontecimientos los arrastra a la industria de la guerra, y a utilizar las emisiones sin respaldo de sus respectivas monedas.
Es cierto, el programa del Frente fue elaborado con responsabilidad, pero con un corsé; agrupaciones que hace que no se analicen problemas graves de acá y en el mundo como el valor de la moneda y sobre que se deben aplicar los impuestos. Lo distinto fue el discurso de Mujica en la ONU, del que no se habló, ni se habla.
Entonces no se reacciona ante la existencia de economías bimonetarias que se utilizan como medio de ajuste, sin ir al valor único y universal.
O la financiación de las necesidades de la sociedad sobre la base de impuestos aplicados al consumo, los salarios y las pensiones, y no sobre la circulación del dinero, que es el gran paso que debe necesariamente dar la humanidad, para pasar a otra etapa del desarrollo humano.
Otro capítulo importante es el de los derechos humanos. Pensamos que es correcto reclamar que aparezca toda la documentación y que los implicados aporten toda la información -no hacerlo es un grave delito de lesa humanidad, condenable- , pensamos además que existen archivos "imperiales" con lo actuado en todo el continente en el marco de la llamada "guerra fría"; en ello cabe una gran responsabilidad a las instituciones democráticas de EE.UU., a ellos también hay que dirigirse. Nosotros nos enorgullecemos de nuestra democracia, pero existen 197 desaparecidos de los que nadie se hace responsable, sabiendo además que en el continente son 30.000, y todo lo actuado está como archivos reservados que guarda el país del norte.
(*) Ya en 1916, Lenin analizó como el gobierno de la economía estaba pasando por encima de los Estados a los complejos empresariales multinacionales, que en pugna planificaban el desarrollo.
Sin embargo aún hoy hay compañeros que hablan de imperialismo sin definir que es en la realidad.
Jorge Aniceto Molinari
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias