La cumbre entre Rusia y China. Hacia un nuevo equilibrio de poder
Jorge Jouroff
29.03.2023
El 21 de marzo, los presidentes de Rusia y China formalizaron una declaración conjunta y varios acuerdos sobre comercio exterior, complementariedad, finanzas y conversaron sobre la situación global.
Una cumbre de máxima importancia tanto como por el momento en qué se realiza que por los temas a discutir, y no sólo por la guerra en Ucrania, sino porque establece una estrategia conjunta y una serie de acuerdos con miras hacia un nuevo global en un momento de crisis financiera en Occidente.
La reunión se llevó a cabo entre los días 20 y 22 de marzo en el Kremlin, finalizando con una declaración conjunta en la que ambos países "profundizan en la asociación global y en la cooperación estratégica", entrando en una "nueva era". La cumbre tiene como antecedentes el discurso de Putin ante la Duma, la posición china ante la guerra de Ucrania, declaraciones de dirigentes de ambos países, donde se alinean en una posición común ante la expansión de Estados Unidos y la OTAN. Remarcan el carácter de "asociación estratégica" y la necesidad de profundizarla, enfatizando el concepto de "asociación global". Enfatizan que los intentos de sustituir los principios y normas generalmente aceptados del derecho internacional por un orden basado en reglas, "son inaceptables", en clara referencia a la pugna estratégica que mantienen con Estados Unidos y sus aliados europeos. Sin embargo, Moscú y Pekín señalan que sus relaciones "no tienen el carácter de un bloque ni de confrontación y no están dirigidas contra terceros países".
Los puntos medulares de la declaración son:
I) Las relaciones internacionales
En primer lugar, la promoción del multilateralismo, a la vez que se ratifica la necesidad de la globalización y la democratización de las relaciones internacionales. Pugnan, y esto es importante, por fomentar el desarrollo de la gobernanza mundial de manera más equitativa y racional. Por tanto, implica no sólo un ordenamiento jurídico distinto, sino también el reconocimiento de las diferentes posiciones sobre ese orden, y su resolución por vía negociada y no bélica.
En lo que respecta a las relaciones bilaterales entre China y Rusia, y manteniendo una estrategia conjunta, se proponen prestarse mutuamente apoyo en sus intereses fundamentales, "especialmente la soberanía, la integridad territorial, la seguridad y el desarrollo", prestando particular atención a la "cooperación práctica en el proceso de modernización y el desarrollo".
II) El concepto de democracia
Basándose en el desarrollo histórico de cada país, se señala que "cada Estado posee sus propias características históricas, culturales y nacionales y tiene el derecho a elegir su propio camino de desarrollo", sin la necesidad de una "democracia suprema". Es una clara referencia a la política de Estados Unidos y los aliados europeos, que tienden a considerar la democracia occidental como la única concebible, transformándola así en un concepto que sólo sirve para imponer la voluntad de dichos países, como lo hicieron los imperios europeos desde el siglo XIX cuando transformaron a los países periféricos en colonias, luego de someterlos por la fuerza militar. China no puede dejar de recordar la guerra del opio, la humillación nacional y el despojo que trajeron los occidentales. Seguramente India, medio oriente y Africa tampoco. El texto es explícito: "Las partes se oponen a que un Estado imponga a otro sus valores, a que se tracen líneas ideológicas, a que se cree una falsa narrativa sobre la supuesta oposición entre democracias y autocracias, y a que se utilicen la democracia y la libertad como pretexto e instrumento político para ejercer presión sobre otros", destacando que el Gobierno ruso concede "gran importancia" y estudiará la Iniciativa de Civilización Global china, definida en su último congreso el año pasado, y que implica una gobernanza global distinta de la actual. Rusia además reafirmó su compromiso con China en el tema de Taiwán: sólo se reconoce una China, y se apoyarán todas las acciones de Pekín para proteger la soberanía estatal y su integridad territorial.
III) El tema de la seguridad internacional
El tema de las nuevas relaciones internacionales y, sobre todo, la gobernanza mundial, implican también acuerdos en torno a la seguridad global. En ese sentido, hacen un llamamiento a la comunidad internacional "para que participe activamente en la gobernanza de la seguridad mundial y reafirman la necesidad de trabajar exhaustivamente en la actualización y mejora de la arquitectura de seguridad global para hacerla más "a prueba de crisis".
La seguridad se analiza en dos planos; tanto policial como militar. En ese sentido, se acordó "debatir la celebración de reuniones anuales a fin de intensificar la cooperación policial, llevando a cabo periódicamente patrullas marítimas y aéreas conjuntas. También se acordó "promover la idea de un frente mundial unido de lucha contra el terrorismo bajo el papel central coordinador de la ONU." Partiendo de ello, los dos países promueven la idea de una investigación "objetiva, imparcial y profesional" sobre la voladura del gasoducto Nord Stream, al que se considera un acto terrorista.
En el terreno militar, se buscará profundizar la confianza mutua entre las fuerzas armadas de ambos países. Esto implica maniobras conjuntas, tanto navales como terrestres, como ya ocurren. No se especifica el tema de la transferencia de tecnología militar, pero seguramente está en agenda.
IV) Finanzas y energía
En este tema, el documento pretende consolidar la cooperación en el sector financiero, "lo que incluye garantizar la fluidez de los pagos entre las entidades económicas de los dos países". En este contexto, se acordó apoyar un mayor uso de las monedas nacionales en el comercio bilateral, las inversiones, los préstamos y otras transacciones comerciales y económicas. Como se recordará, este fue uno de los puntos medulares del discurso de Putin ante la Duma. El uso de las monedas nacionales en las transacciones monetarias, dejando de hacerlo en dólares, es uno de los desafíos más grandes al poder norteamericano, pues comienza a recrear un nuevo sistema monetario internacional donde al dólar ya no es la moneda predominante y le recorta a Estados Unidos la posibilidad de seguir emitiendo indiscriminadamente, como lo viene haciendo, obligando al resto del mundo a financiar sus déficits. En un momento de crisis financiera como el actual, es un anuncio particularmente importante. Recuerda otro pasaje del discurso ante la duma: la idea de que no es necesario recurrir a los organismos internacionales de crédito para el desarrollo. En esa oportunidad, Putin hizo un llamado a los inversores rusos a invertir en Rusia, comprometiéndose a impulsar medadas en ese sentido.
El tema de la complementariedad energética es también un punto clave: Rusia dispone de enormes reservas de gas y petróleo y China necesita de ambos para su desarrollo. Cuando el inicio de la guerra de Ucrania, Estados Unidos impuso a Europa prohibición de comprar gas natural, en un claro intento de ahogar a Rusia y a la vez someter a los europeos, obligándolos a comprar, más caro, el gas americano. En esa guerra económica se llegó incluso a la voladura del gasoducto ruso. Sin embargo, las compras de China han contrabalanceado esas medidas y los balances fueron, a pesar de todo, favorables a Rusia.
Se espera que las exportaciones reciban un impulso gracias a la implementación del acuerdo intergubernamental, ya concluido en enero pasado, sobre el tendido de la ruta de gas de Lejano Oriente, conjuntamente con la iniciativa para construir el gasoducto Power of Siberia-2 a través de Mongolia, país con el que se ha llegado a acuerdos. También se acordó sobre la energía nuclear: Rusia está ayudando a construir plantas de energía nuclear en China en la central nuclear de Tianwan y en la de Xudabao.
En el tema industrial, se da gran importancia a la cooperación, sobre todo en la industria automovilística, pero también hay proyectos conjuntos para la producción de helicópteros, aeronaves civiles, metalurgia no ferrosa, exploración espacial, biotecnología y farmacéutica. También se desarrollaron los intercambios en la agricultura, creciendo más del 40% el pasado año.
La resolución enfatiza "llevar a cabo una asociación energética aún más estrecha", apoyando a sus empresas en la ejecución de proyectos de cooperación energética en los sectores del petróleo, gas, carbón, electricidad, energía nuclear y otros. Pero además, China y Rusia protegerán conjuntamente la seguridad energética internacional (incluidas las infraestructuras transfronterizas críticas), la estabilidad de la producción de energía y las cadenas de suministro, promoviendo transiciones energéticas justas, es decir, no libradas exclusivamente a los precios de mercado.
Jorge Jouroff