La nueva situación en Europa. El rearme alemán.
Jorge Jouroff
23.04.2024
Con el fantasma de la posible victoria de Trump en las próximas elecciones en Estados Unidos y los nuevos movimientos en el tablero asiático, donde aumentan las presiones para los bloques de defensa, así como el derrotero de la guerra en Ucrania, el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell advirtió que “Europa está en peligro" y “debe prepararse para un posible conflicto a gran escala en el continente”.
El Foro en Bruselas
Joseph Borrell abrió el foro de Bruselas con una afirmación alarmante: "una guerra convencional de alta intensidad en Europa ya no es una fantasía", instando además a los países de la Unión Europea a depender más de sí mismos, y advirtiendo que, "dentro de una alianza, las prioridades de los distintos miembros pueden cambiar". Refiriéndose concretamente a la posibilidad de un cambio en la presidencia de Estados Unidos, y con ello un cambio de estrategia general, continuó diciendo que "puede que el paraguas estadounidense, en el que hemos confiado desde la Guerra Fría, no esté abierto todo el tiempo". "Puede que, dependiendo de quién gobierne en Washington, no podamos confiar en que Estados Unidos nos proteja", recalcó el jefe de la diplomacia europea.
Refiriéndose a la situación en la guerra de Ucrania, Borrell recordó que Kiev está pidiendo "desesperadamente" a sus aliados el envío urgente de siete sistemas de misiles Patriot. "Sería inconcebible que no fuéramos capaces de proporcionarlos, dado que los ejércitos occidentales disponen de unas cien baterías de Patriot. Y aún así, no somos capaces de proporcionar los siete que piden".
El 75 aniversario de la OTAN
Mientras continúa el largo ejercicio "Steadfast Defender 2024" que comentáramos en anterior columna, y recordando el aniversario de la OTAN, el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, envió un mensaje claro a Washington: Estados Unidos necesita tanto a la OTAN como Europa y sería más débil sin la organización transatlántica. Textualmente dijo que "Europa necesita a Norteamérica para su seguridad (...) al mismo tiempo, Norteamérica también necesita a Europa (...) juntos somos más fuertes y estamos más seguros".
Expresando el temor generalizado ya anotado más arriba por Borrrel, expresó que "las amenazas a la alianza más fuerte de la historia" no vienen solo desde fuera, con la guerra rusa contra Ucrania; el peligro también puede estar dentro, sobre todo si las elecciones estadounidenses de noviembre suponen el regreso del republicano Donald Trump, quien ha vuelto a poner en tela de juicio la relación con la OTAN. Quizás por ello Stoltenberg también recordó que la primera vez que se activó el crucial artículo 5 de la Alianza que consagra la defensa colectiva bajo el principio de que un ataque contra un miembro de la Alianza es un ataque contra todos, fue precisamente tras los atentados del 11-S contra Estados Unidos.
El nerviosismo de los europeos tiene fundamento: en sus declaraciones, Trump volvió a poner en tela de juicio la OTAN, llegando a decir que "Rusia puede hacer lo que diablos quiera con cualquier miembro de la alianza" que no gaste lo suficiente en defensa colectiva, en clara referencia a la meta del 2% del gasto en defensa del PIB señalado como meta mínima para los aliados.
La preocupación europea
Europa comenzó a preocuparse en la anterior presidencia de Trump, cuando comenzaron a tomar relieve las reuniones de defensa europeas en Munich, llegando a declarar que "Estados Unidos ya no era un aliado confiable" y comenzaron a darle más relieve al presupuesto de la defensa. Bien entendido, la política de Trump no prescinde de la OTAN, pero pone el acento en la propia recuperación de Estados Unidos como potencia y cambia las prioridades estratégicas. Como consecuencia de ello, cambian también los escenarios. La elección de Biden supuso la reconciliación con los europeos y el relanzamiento de la OTAN, haciéndola entrar en su juego a escala global, definiendo a China y Rusia como amenazas y anunciando la nueva concepción estratégica de la alianza, utilizando para ello la guerra de Ucrania, que los propios Estados Unidos fogonearon, pese a las advertencias de Kissinger. El primer país en tomar recaudos es, por supuesto, Alemania, empezando por destinar más presupuesto y reforzando sus fuerzas armadas.
Alemania reformula sus Fuerzas Armadas
Con el inicio del a guerra de Ucrania, el canciller socialdemócrata Olaf Scholz, y hablando en nombre de la coalición de verdes y liberales y su propio partido anunció la necesidad de reformular y modernizar las fuerzas armadas. Hace una par de semanas, el Ministro de Defensa Boris Pistorius anunció medidas para lograr "un ejército preparado para la guerra". El anuncio viene en consonancia con la situación descrita más arriba por las autoridades europeas.
Hasta ahora, el plan consiste en lo siguiente:
En primer lugar, la creación de una cuarta fuerza armada dedicada a la ciberseguridad y a la seguridad de la información (CIR), especializada en guerra electrónica y operaciones cibernéticas, reconocimiento y protección de infraestructuras electrónicas. Esto también como parte de un sistema de inteligencia para enfrentar lo que se concibe como una guerra híbrida, que incluye medidas de desinformación y división.
Segundo, la creación de un comando operativo unificado. En la presentación de la nueva estructura en Berlín, Pistorius anunció que "las cuatro ramas del ejército estarán bajo un mando operativo unificado que asumirá la planificación y la dirección de forma centralizada", debiendo estar operativo en un plazo de seis meses. La intención es evitar las dobles estructuras para poseer fuerzas armadas sean "más ágiles, rápidas y más aptas para la guerra".
Tercero, la creación de un mando territorial para la defensa de Berlín, donde también se desarrolla un plan operativo para la defensa nacional de Alemania. El otro centro de comando operativo está en Schwielowsee, cerca de Potsdam, para la planificación y control de misiones en el extranjero. La idea es unir a los dos bajo un mismo mando operativo unificado. El ministro ha declarado que "la situación de amenaza en Europa se ha intensificado. Estamos afrontando los retos resultantes; nuestro objetivo común es reestructurar el ejército alemán de modo que esté óptimamente posicionado, incluso en caso de emergencia, en caso de defensa y en caso de guerra".
En cuarto lugar, es necesario destinar nuevos fondos para aumentar notoriamente el presupuesto en defensa. A partir de las exigencias de la nueva situación y del envío de materiales para Ucrania, que implicaba enviar material y por tanto marcaba la necesidad de renovación, hace ya un par de años se aprobó un fondo especial de cien mil millones de euros para la adquisición de nuevo material. Seguramente ahora se replanteará el tema presupuestal. El nuevo tipo de guerra implica nuevos materiales que ya se están usando en el campo de pruebas de Ucrania y se requiere la modernización.
En quinto lugar, los relevos de personal. En la actualidad, Alemania cuenta con poco más de ciento ochenta mil soldados, cifra que se estima insuficiente, tanto por razones etáreas como de cantidad. Actualmente el Ministro de Defensa Pistorius ha anunciado que se están haciendo estudios para proponer que el servicio militar obligatorio se pueda reanudar en caso de estimarse necesario; sin embargo, esta activación deberá ser acordada con el gobierno y aprobada por el Parlamento. Se espera que hacia principios del mes entrante se presentará un informe basado en el "modelo sueco", un modelo flexible de milicia semi obligatoria. Se tiene como objetivo aumentar el número de efectivos en los próximos siete años para contar con más de doscientos mil en activo, unos veinte mil más que en la actualidad, lo que significaría un aumento de un once o doce por ciento de efectivos, más otros sesenta mil en la reserva para 2031.
Los anuncios también vinieron por las más altas autoridades: la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, con un guiño a la industria bélica, dijo que propondrá impulsar compras militares conjuntas dentro de la primera estrategia industrial comunitaria de defensa, de forma similar a las realizadas con las vacunas de la covid o el gas natural. Refiriéndose a la presentación de las propuestas para la primera estrategia industrial de defensa de la Unión Europea, remató afirmando que "puede que la amenaza de guerra no sea inminente, pero no es imposible. No hay que exagerar los riesgos de guerra, pero hay que prepararse para ellos",
Jorge Jouroff