El laberinto ucraniano

Jorge Jouroff

04.06.2024

Mientras en las estepas de Ucrania se desarrolla la ofensiva rusa, en una primera fase contra Járkov, a nivel político y estratégico comienzan a observarse una serie de posibles variantes de sus consecuencias.

Las cosas se ven distintas, dependiendo de donde se las mire: Europa  mira con gran preocupación una posible victoria rusa, y Zelensky no se cansa de pedir siempre más ayuda a pesar de la reticencia y las advertencias que sobre la situación efectúa una parte de Europa y otros posibles aliados. Sin embargo, por ser potencia global, para Estados Unidos el juego es más complejo.

 

Las claves del juego

En tanto que Rusia continúa su ofensiva en Ucrania consolidando posiciones, en las capitales de Europa, particularmente en Berlín, Londres y París, se analizan las posibilidades de que el avance ruso y un cambio de gobierno en Estados Unidos puedan terminar el conflicto que algunos vaticinaban sería breve y ya lleva más de dos años. El problema es cómo. La administración que llegó al gobierno de Estados Unidos con Biden tenía ideas distintas que las de Trump en cuanto a cómo  debía definirse el principal riesgo a la hegemonía americana y por ende, la definición del escenario y las alianzas que debían reafirmarse o crearse. Lo que hasta ese momento había sido una constante en la política exterior, es decir, la alianza con los países europeos que se manifestaba militarmente a través de la OTAN comenzó a ser cuestionada. No como alianza en sí, sino por su importancia en el nuevo escenario que avizoraba el gobierno. Caída la Unión Soviética, ya no se consideraba a Rusia un peligro para el sistema, pero sí en cuanto a la hegemonía estadounidense. Las élites estaban divididas en cuanto a esta última consideración: Trump ponía el acento en China y prefería intentar entendérselas con Rusia, lo que suponía intentar relanzar la potencialidad propia, cosa que se manifestaba en la consigna "América first". Esta política  de cambio de escenario tenía su correlato en el descuido de la relación con Europa y por ende de la OTAN y la definición de nuevas alianzas. Biden retomó la atención de Estados Unidos a sus viejos aliados y expandió la OTAN con nuevos miembros y sobre todo, definiendo una nueva política para sus alianzas militares, como lo demuestra la reformulación estratégica de la OTAN y la "postura estratégica", el documento  del Congreso de Estados Unidos, que admite el uso del arma nuclear. Urgido por este escenario, no se cesa de fogonear la guerra con Ucrania aunque ello signifique la posibilidad de un conflicto a escala mundial de consecuencias impredecibles.

 

Advertencias

Hace un par de semanas, el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, ha asegurado que la OTAN se está preparando para una confrontación bélica directa con Rusia, poniendo como excusa una supuesta "amenaza rusa" para el Occidente colectivo. Expresó que "lo que se ve en la actualidad en los medios de comunicación y en las declaraciones de los políticos occidentales se parece a la agitación previa a la Primera y Segunda Guerra Mundial.", añadiendo que es inentendible que los países occidentales no buscan evitar una mayor devastación aislando el conflicto ucraniano. Como los pedidos de mayores cantidades de armas y dinero continúan sin ver ni resultados ni fin del conflicto, expresó que "en teoría, la estrategia consiste en que los ucranianos luchen en el frente y nosotros les proporcionemos armas, dinero y equipamiento técnico. En las mesas de debate sobre la guerra, suelo preguntar si alguien puede decirme cuánto dinero hay que gastar para que los ucranianos expulsen a los rusos de los territorios ocupados. El silencio suele ser la respuesta a esta pregunta".

El presidente de Serbia, Vucic, comentó a su vez que "Europa se está preparando para una participación directa en el conflicto ucraniano y queda muy poco tiempo para detener una guerra cuyas consecuencias podrían ser peores que las de la Segunda Guerra Mundial".

 

Atizando el fuego

Con la complicada situación en Estados Unidos y el avance ruso, los europeos y la OTAN manifestaron su aprobación al uso de armas occidentales en territorio ruso. Zelensky volvió a pedir armas y el premiso para utilizarlas en territorio ruso y los países de la OTAN fueron dando su aprobación justo antes de el llamado a la conferencia por la paz y a la que ya anunciaron varios países que no asistirían.  La decisión fue tomada pese a las advertencias de Moscú de que tales actos representarían una escalada del conflicto y conllevarían una respuesta por parte de Rusia. En efecto, el presidente ruso, Vladímir Putin, advirtió que los miembros de la OTAN deben "ser conscientes de con qué están jugando"  y que "una escalada permanente del conflicto ucraniano conllevaría graves consecuencias". "Los representantes de los países de la OTAN, especialmente los de Europa, especialmente de los países pequeños, deberían ser conscientes de con qué están jugando. Deberían tener en cuenta que, por lo general, son estados con un territorio pequeño y una población muy densa. Deberían tener en cuenta este factor, antes de hablar de atacar en la profundidad del territorio ruso."

Asimismo, la portavoz de la Cancillería, María Zajárova, dijo que  "Washington, Londres y París deben darse cuenta de que Rusia comprende perfectamente el papel de la OTAN en la realización de estos ataques. Y no es necesario que los occidentales utilicen palabras vacías: no necesitan dar ningún 'permiso' o 'no permiso' a Ucrania para ello. Esto es obra de la OTAN. Y tendrán que responder por ello". También, el ex presidente ruso y actual vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev, indicó que "los países occidentales deben entender que Moscú no dejará tal decisión sin respuesta, y que "todo su equipo militar y especialistas que luchan contra nosotros serán eliminados tanto dentro de Ucrania como dentro de otros países desde los que se lleven a cabo los ataques contra Rusia.", añadiendo que el régimen de Kiev y sus aliados de la OTAN "recibirán una respuesta de tal fuerza destructiva que la Alianza simplemente no podrá evitar verse involucrada en el conflicto".

A pesar de lo anterior, tanto el Reino Unido como Francia se manifestaron apoyando el uso de sus armas en territorio ruso. Macron dijo que "Ucrania está siendo atacada, en realidad, desde bases en Rusia (por lo que) debemos permitir que eliminen los emplazamientos militares desde los que se disparan los misiles, esencialmente los emplazamientos militares desde los que se ataca a Ucrania" acotando que "no se puede permitir que el régimen de Kiev use armas occidentales contra otros objetivos militares o civiles en Rusia, ya que eso provocaría una escalada". El premier británico David Cameron, declaró que Ucrania tiene derecho a emplear armas británicas para perpetrar ataques contra Rusia. "Ucrania tiene ese derecho. Así como Rusia está atacando dentro de Ucrania, se puede entender por qué Ucrania siente la necesidad de poder defenderse", dejando que Kiev decida como usarlos. Polonia, Canadá, Suecia, Finlandia y Noruega se manifestaron, con variantes, en forma similar. Alemania, que al principio se mostraba reticente, por boca de su portavoz Steffen Hebestreit manifestó que  "en las últimas semanas, Rusia ha preparado, coordinado y llevado a cabo ataques desde posiciones en la zona fronteriza rusa inmediatamente adyacente, particularmente en la zona de Járkov, por lo que Ucrania tiene "el derecho, según el derecho internacional, a defenderse de estos ataques".

 

Estrategias globales y estrategias locales

Estados Unidos es consciente de la situación y sabe que es el fiel de la balanza en cuanto a las decisiones de la OTAN, pero tampoco puede dejar de tomar posición luego que impulsara el conflicto con Ucrania y reformulara la OTAN con el nuevo concepto estratégico. Quizás por ello Biden autorizó el uso de artillería y misiles de corto alcance "contra puestos de mando, depósitos de armas y otros activos en territorio ruso que están siendo utilizados por las fuerzas rusas para llevar a cabo su ataque a Járkov", pero no  dio el permiso a Kiev para el uso de misiles tierra-tierra  ATACMS de mayor rango de alcance dentro de Rusia. Estados Unidos tiene también un problema mayor: definido como está que su mayor adversario y competidor estratégico es China y no Rusia, si continúa atizando el conflicto en Ucrania pierde capacidad de enfrentar a China, o corre el riesgo de afrontar la pesadilla de un conflicto en dos frentes, algo que su doctrina de defensa ha tratado siempre de evitar. Putin y Xi reforzaron su "alianza estratégica" unos días atrás y un conflicto en Europa puede arrastrar también un conflicto global. Una vía de solución es la negociación y la definición de un nuevo orden global más consensuado. La segunda es el enfrentamiento, y, de ser así, Estados Unidos debe elegir entre el escenario del Indo-Pacífico o el teatro europeo, y debe cuidarse mucho de no tener dos frentes a la vez. Máxime con los problemas internos derivados de la posible victoria de Trump, so pena de mantener una estrategia errática o de restar sin estrategia definida frente a un conflicto y por tanto incapaz de mantener una conducción firme.  Sin embargo, como en las tragedias clásicas y como sucede a menudo en los grandes momentos de la historia, los hechos y los personajes parecen cobrar vida propia y comienzan a desencadenarse sucesos que son llevados por su propia dinámica. Esperemos  no estar en uno de esos momentos.

Jorge Jouroff
2024-06-04T13:55:00

Jorge Jouroff