La nueva doctrina nuclear de Estados Unidos
Jorge Jouroff
Cada cuatro años, Estados Unidos publica su política nuclear o, más exactamente, la revisión cuadrienal de su política nuclear, dándola a conocer. Sin embargo, este año el Presidente Biden firmó una disposición por la cual se actualiza dicha revisión, manteniéndola en secreto.
Fue el New York Times, el veintiuno de agosto pasado, quien hizo pública la primicia. El documento reorienta la estrategia de disuasión del país para centrarse en lo que denomina la rápida expansión del arsenal nuclear chino.
La doctrina nuclear
Desde los inicios, las armas nucleares son una de las armas de mayor poder destructivo, si n o la mayor, que ha creado la humanidad. Como toda arma, nuclear o convencional, su efectividad depende no sólo de factores técnicos, sino de cómo se la utilice, en qué condiciones, en qué contexto. Es su gran poder destructivo lo que las hace distintas, pero siempre están sujetas a la estrategia del país en cuestión, y por tanto, a los fines de la política del país. Por ello se habla de doctrina de uso, entendiéndose como un conjunto de normas o preceptos, definidos por una estrategia, que depende no sólo de la utilización unilateral, sino también de la capacidad de respuesta del adversario y del tipo de guerra que se libra y los intereses que hay en juego. Estas armas nacen hacia el fin de la segunda guerra mundial, siendo Estados Unidos el primero en utilizarlas contra Japón, con las detonaciones sobre Hiroshima y Nagasaki. Posteriormente, las armas evolucionaron: pasaron de ser bombas que se arrojaban desde un avión a considerarse también parte de otro dispositivo que portaba la cabeza nuclear y que podía lanzarse desde varias plataformas y tipos de armas: la entrada del misil, un arma guiada, hizo esto posible. Hoy, la doctrina de uso de este tipo de armas comprende lo que Estados Unidos denomina "la tríada nuclear": armas atómicas lanzadas desde bombarderos, submarinos o misiles intercontinentales. Este concepto nace alrededor de 1950-55 y hace más difícil tanto la destrucción de los arsenales como la prevención del ataque, puesto que se diversifican, así como las plataformas de lanzamiento. Rusia adquiere el arma nuclear y comienza así una escalada para el incremente de los arsenales, compitiendo con Estados Unidos en la cantidad de los mismos. Posteriormente, otros países también ingresan al club nuclear, generalmente jugando aliados a una de las dos potencias y dentro de determinados planes estratégicos.
Al día de hoy, este es el cuadro de países que disponen de armas nucleares de diverso tipo:
País |
Estratégicas Desplegadas |
No Estratégicas Desplegadas |
Reserva/No Desplegadas |
Arsenal Militar |
Inventario Total |
Rusia |
1,710 |
0 |
2,670 |
4,380 |
5,580 |
Estados Unidos |
1,670 |
100 |
1,938 |
3,708 |
5,044 |
Francia |
280 |
n.a. |
10 |
290 |
290 |
China |
24 |
n.a. |
476 |
500 |
500 |
Reino Unido |
120 |
n.a. |
105 |
225 |
225 |
Israel |
0 |
n.a. |
90 |
90 |
90 |
Pakistán |
0 |
n.a. |
170 |
170 |
170 |
India |
0 |
n.a. |
172 |
172 |
172 |
Corea del Norte |
0 |
n.a. |
50 |
50 |
50 |
Total |
~3,804 |
~100 |
~5,681 |
~9,585 |
~12,121 |
Fuente: Estado de las Fuerzas Nucleares Mundiales, 2024 - Federación de Científicos Americanos (FAS)
Aquí cabe hacer algunas consideraciones: se indica el número de armas, pero éstas pueden ser más modernas o anticuadas, no se considera el despliegue (sólo si lo están o no), etc. Pero sí se nota que Estados Unidos es el único que mantiene armas desplegadas, es decir, apuntando hacia un blanco y listas para ser lanzadas. También cabe notar el número de misiles estratégicos, los llamados ISBN, que son los misiles que pueden llegar de un continente a otro, donde sólo Rusia puede competir con Estados Unidos; sin embargo, se considera que los arsenales rusos son más anticuados que los de Norteamérica. Donde Estados Unidos tiene 1670 China posee 24.
Con la firma de Biden
Es lícito preguntarse que cambió entonces. Aconsejado por fundaciones, ONGs y toda la parafernalia de instituciones a través de las cuales se expresa el establishment industrial-militar, y sobre todo político, en particular The Heritage Foundation, quién un mes antes publico un paper justamente tratando la estrategia nuclear y sugiriendo modificaciones a la actual, así como sucedió. Cómo se aprecia en la tabla, China, definida como el principal adversario de Estados Unidos, tiene unas diez veces menos armas en su arsenal que Estados Unidos. Sin embargo, y coherentemente con la nueva estrategia definida por Estados Unidos y adoptada por la OTAN, China pasa a ser muy peligrosa pues estiman, no se sabe bien cómo, que podría alcanzar las mil ojivas para 2030 y las mil quinientas para 2035. Si fuera así, igual quedaría muy por debajo de Estados Unidos, pero el argumento parece ser suficiente para enfocar por primera vez la amenaza emergente de China. La nueva estrategia, que se conoce como "Nuclear Employment Guidance", fue aprobada en marzo de 2024 y establece directrices para preparar a las fuerzas estadounidenses ante posibles confrontaciones nucleares coordinadas con Rusia, China y Corea del Norte.
El documento es tan secreto que no existen copias electrónicas, sólo copias impresas en las manos de un número muy reducido de integrantes de la defensa y altos mandos del Pentágono, esperándose que, antes de su retiro, Biden informe oficialmente al Congreso. Así y todo, se autorizó a algunos funcionarios de alto rango a hablar sobre la misma: "el presidente emitió recientemente directrices actualizadas sobre el empleo de armas nucleares para tener en cuenta a múltiples adversarios con armas nucleares", declaró Vipin Narang, estratega nuclear del MIT, quien además prestó servicio en el Pentágono. "Y en particular", continuó, la guía de armamento explica "el significativo aumento del tamaño y la diversidad" del arsenal nuclear chino. También el director principal de control de armamentos y no proliferación del Consejo de Seguridad Nacional, Pranay Vaddi, señaló que el documento "es el primero que examina en detalle si Estados Unidos está preparado para responder a crisis nucleares "que estallen de manera simultánea o secuencial, con una combinación de armas nucleares y no nucleares", resaltando que el documento hace hincapié en "la necesidad de disuadir simultáneamente a Rusia, la República Popular China y Corea del Norte".
La estrategia de confrontación
El documento es coherente con la intención de dejar firme la política de la administración demócrata de Biden y con la estrategia desarrollada hasta ahora, dado que el nuevo presidente, sea quien sea, deberá asumirla. A pesar que Estados Unidos toma esta decisión de por sí, arrastra también a los aliados en el mundo, particularmente los europeos y la OTAN, poniendo también en juego otras alianzas y pactos militares. El impulso dado por Biden a la OTAN, recomponiendo alianzas en el primer año de su mandato, la definición de la alianza atlántica en 2022 con el "giro estratégico", donde se define a China y no a Rusia como la gran amenaza, y la revisión de la defensa por el Congreso americano que admite el uso de las armas nucleares ante posibles amenazas, resaltan la intencionalidad de Estados Unidos de no ceder en la contienda por la supremacía y en su intención, declarada explícitamente, de poner en juego su arsenal nuclear antes de perder su actual posición en el actual orden mundial. Quizás por ello incorporó nuevos miembros a la OTAN, forjando alianzas en todo el globo y en particular en la región del Indo Pacífico e instaló nuevas bases militares en torno a China. Estados Unidos ve con preocupación la alianza que mantienen China y Rusia, así como los pactos entre éstos países y otros bilateralmente. Pero lo más importante es que demuestra, una vez más, la voluntad política manifiesta de arrastrar al mundo a una guerra de proporciones incalculables antes que permitir la emergencia de nuevos países que pongan en juego su supremacía global.
Jorge Jouroff