Plan de navegacion 2024 de la armada de Estados Unidos
Jorge Jouroff
09.10.2024
Con la firma de Lisa M. Franchetti, Almirante de Estados Unidos y Comandante en Jefe número 33 de la Flota de guerra, se acaba de publicar el denominado "Plan de navegación 2024", que es como se denomina la estrategia naval para este período. Un documento de excepcional importancia puesto que los planes de la marina dependen de la estrategia general de Estados Unidos, donde, como parte de un todo, la marina cumple un rol fundamental.
"La agilidad surge de pensar bien y con anticipación, y no hay tiempo que perder. Imagínese a sí mismo en este viaje, ya sea liderando desde la plataforma de mando o desde el comedor del jefe, en la sala de oficiales, en la sala de preparación o en la sala de juntas, o en el Capitolio, Wall Street o Main Street. Necesitamos que cada persona de este equipo participe y rememos juntos en la misma dirección, con fuerza y a paso firme. Dejemos de hablar y hagamos las cosas. ¡TODOS ADELANTE, EN UN MISMO SENTIDO!"
Con estas palabras la Comandante prologa el documento, y muestra bien la concepción que de la guerra posee Estados Unidos, que implica, en última instancia, considerar la nación como un todo y volcar todos los recursos disponibles, militares y civiles, para el conflicto. No sólo los propios, sino también los de sus aliados. Por ser una potencia global, conlleva el peligro de arrastrar el mundo a una guerra también global.
El documento
La "Hoja de navegación" apunta a dos objetivos estratégicos, claramente explícitos: "la preparación para la posibilidad de una guerra con la República Popular China en 2027 y el fortalecimiento de la superioridad de la Armada en el largo plazo." Como diáfanamente indican estas palabras, y dentro de la estrategia global de Estados Unidos, el conflicto con China parece muy difícil de evitar. Hay que tener en cuenta que los militares siempre traducen a niveles operativos los discursos de sus líderes políticos. El documento tiene una lógica impecable: definición de objetivos políticos, objetivos estratégicos para las fuerzas armadas, incluyendo inteligencia, fuerzas convencionales y nucleares; preparación para la guerra en conjunto y tareas para cada fuerza en particular, siempre teniendo en cuenta el objetivo final, ganar la guerra. Nótese que la Comandante habla de todos los recursos, es decir, presiones económicas, sanciones, diplomacia, etc.; considera que lo meramente militar es parte, no todo, de ese esfuerzo. Por ello estados Unidos tiene una expresión muy adecuada para sus fuerzas de combate, a las que considera como plataformas para la proyección de su poder: "machine war", máquinas de guerra. Así como las partes cobran sentido en el todo, también las partes muestran claramente la intención de las acciones globales. Corresponde a cada fuerza la implementación de la estrategia. En el caso que nos ocupa, esta hoja de ruta establece las pautas a seguir para la armada.
Tengamos en cuenta también que la marina de guerra es la joya de la corona, la plataforma que le permite a Estados Unidos el dominio de los mares, y por tanto, el dominio de las rutas de comercio. Ahora también vemos el sentido pleno de las palabras de la comandante Laura Richardson, jefa del Comando Sur, preocupada por la base china en el sur argentino y por la posibilidad de negarle el acceso a los recursos y materias primas de América Latina. La ayuda que le están brindando al gobierno argentino con aviones de combate, carros y la posibilidad de medios marítimos, apunta a esta estrategia.
La situación según Estados Unidos
La comandante de la flota razona desde la flota, pero con lógica global, cuando afirma que "el desafío que plantea la República Popular China a nuestra Armada va mucho más allá del tamaño de la flota de la Armada del Ejército popular de Liberación (EPL); los barcos son muy importantes, pero ya han quedado atrás los días en que evaluábamos las amenazas basándonos únicamente en la cantidad de barcos de guerra." Y continúa: "a través de conceptos operativos como la guerra de precisión multidominio, las campañas económicas y de zona gris, la expansión de la infraestructura de doble uso y las fuerzas de doble uso, y un arsenal nuclear creciente, la China presenta una amenaza compleja de múltiples dominios y ejes". Plantea que las diversas fuerzas armadas "se están fusionando en un ecosistema de combate integrado diseñado específicamente para derrotar al nuestro, respaldado por una base industrial masiva." Entiende por tanto que es necesario que Estados Unidos, junto con sus aliados y sus socios, "continúe comprometido con una estrategia que ofrezca un control marítimo integrado y de todos los dominios como parte de un ecosistema de combate."
Con respecto a Rusia, opina que aunque "herida y aislada sigue siendo peligrosa" y que, sin embargo, "en el campo de batalla, ha demostrado un gran aprendizaje operativo, adaptándose tecnológica y tácticamente a las innovaciones del combate." "Moscú, Pekín, Teherán y Pyongyang han fortalecido sus vínculos y están atacando activamente a Estados Unidos, nuestros aliados y nuestros socios en el ámbito de la información." Estima que la flota rusa, a pesar de las pérdidas, conserva su poder de combate "en el Alto Norte y el Atlántico, el Mediterráneo, el Báltico y el Pacífico Norte", y que "el Kremlin también posee el arsenal nuclear más grande del mundo; por tanto "debemos seguir apoyando una disuasión creíble junto con los aliados y socios en la zona euroatlántica." Considera que la situación en Oriente Medio, que obligó a la presencia de la flota como apoyo a Israel, y el "involucramiento" de Irán y los hutíes, demuestran lo "interconectadas que están las amenazas y cuán rápidamente puede cambiar el entorno de seguridad a través de vínculos visibles e invisibles, y cuán esencial es nuestra capacidad de respuesta."
Las pautas y ejecución del plan
Fijados los objetivos estratégicos (la preparación para la posibilidad de una guerra con la República Popular China en 2027 y el fortalecimiento de la superioridad de la Armada a largo plazo) el documento detalla los pasos a seguir, definiendo dos vías que se complementan y fortalecen mutuamente: el denominado "Proyecto 33" y la ampliación de la contribución de la Armada al ecosistema de combate conjunto.
El Proyecto 33
Este proyecto establece como "lograr ganancias estratégicamente significativas en el menor tiempo posible con los recursos en los que influimos." "El Proyecto 33 establece nuevos objetivos, pero no necesitamos nuevas herramientas para alcanzarlos; obtendremos resultados utilizando las herramientas y los recursos que tenemos." El plan consta de siete objetivos y sus puntos esenciales son, textualmente:
- "Preparar la fuerza eliminando los retrasos en el mantenimiento de barcos, submarinos y aeronaves.
- Crear los centros de mando que nuestras flotas necesitan para ganar en un campo de batalla distribuido
- Reclutar y retener la fuerza que necesitamos para tener más jugadores en el campo. (mas personal)
- Ofrecer una calidad de servicio acorde con los sacrificios de nuestros marinos.
- Entrena para el combate como planeamos luchar, tanto en el mundo real como virtualmente.
- Restaurar la infraestructura crítica que sustenta y proyecta la lucha desde la costa.
- Escalar sistemas robóticos y autónomos para integrar más plataformas a gran velocidad."
El concepto de ecosistema
En el centro del concepto está en la idea de interconectar fuerzas y plataformas con los recursos disponibles. Define el ecosistema como "una red estratificada de sistemas interconectados con dependencias compartidas", añadiendo que "quienes cooperan en el ecosistema crean efectos descomunales y acumulativos sobre quienes no lo hacen." Entonces, un ecosistema de combate funciona de manera muy similar: "es un sistema en el que las capacidades estratificadas de cada uno de nuestros servicios militares se habilitan y se habilitan entre sí, y nadie tiene más experiencia en un ecosistema de combate conjunto que la Fuerza Conjunta de los Estados Unidos."
Gracias a este concepto, "nuestras alas aéreas de portaaviones pueden atacar objetivos gracias a los efectos cibernéticos y espaciales que ofrecen las capacidades de la Fuerza Aérea y la Fuerza Espacial.
Nuestros destructores pueden disparar misiles contra barcos detectados y rastreados por el Cuerpo de Marines, el Ejército, las Fuerzas de Operaciones Especiales o los sensores aliados. En este ecosistema, la guerra de información produce efectos equivalentes a los de los aviones, los barcos y los submarinos.
Nuestra maniobra física en el campo de batalla depende de nuestra capacidad para cegar, engañar, distraer y desorientar al adversario, así como de nuestra capacidad para contrarrestar los intentos del adversario de hacer lo mismo con nosotros."
En definitiva, la Armada es vista como parte de un todo, y el camino es contribuir desde la armada a ese tipo de guerra que denomina "ecosistema", que a su vez, es parte de la estrategia general de Estados Unidos y la OTAN para el mantenimiento de su supremacía, naval para la armada, pero global para el conjunto de las fuerzas.
Jorge Jouroff