El gran tablero mundial en 2025. Tercera parte.

Jorge Jouroff

08.01.2025

Como es lógico, los restantes países tienen su propia visión del juego global. Tanto China como Rusia, ahora en alianza estratégica, esperan los primeros movimientos del nuevo gobierno en Estados Unidos sin anticiparse. Una cosa es segura: las cosas no volverán a ser como antes. Si, como se promete, Trump corta (o recorta) los recursos para la guerra, Ucrania no podrá mantener el coste de la guerra y deberá llegarse a una paz negociada o enfrentar una derrota militar, abriéndose un nuevo escenario.

Las estrategias en juego

Frente a la situación en Estados Unidos y Europa, se delinea la alianza estratégica entre China y Rusia. De ambas, China es quien posee la capacidad de rivalizar con Estados Unidos en el juego global. No nos referimos sólo a la capacidad militar, sino a un conjunto de capacidades, sobre todo la económica, unificadas con una conducción estable y con una estrategia competitiva a nivel global, planificadas para alcanzar la paridad con su rival y eventualmente superarla. La alianza con Rusia potencia esa capacidad y permite a ambas competir también en el plano militar con un rival que posee un sistema de alianzas, un despliegue militar, una armada y un poderoso sistema de inteligencia global diseminado por todo el mundo.

 

La perspectiva rusa

Rusia percibió el ofrecimiento de ingresar a la OTAN por parte de Ucrania como una gran  provocación que no podía permitir si quería seguir en el juego global. Lo percibió como un movimiento de Estados Unidos de menoscabar su poder  y colocarlo en una posición militarmente desventajosa y muy peligrosa. Al fin de cuentas, hace sólo ochenta y cinco años de la invasión alemana y  el fin de la segunda guerra mundial, algo muy presente en la memoria rusa. Pero además, lo percibió también como una traición, como un engaño: con la caída de la Unión Soviética, Rusia buscó amoldarse al mundo capitalista y buscar su lugar. Una de las condiciones, no escritas, de las conversaciones con los americanos, incluía la no entrada en la OTAN de Ucrania, que era y es percibida como un acercamiento de occidente, en particular de Estados Unidos, a la frontera y a las posiciones defensivas rusas. La economía rusa que se basaba sobre todo en el gas y los recursos naturales, comenzaba a mejorar con el intercambio con Europa y se integraba con la economía financiera a través de determinados países, en particular Alemania y Suiza. El primer gobierno de Trump favoreció esa tendencia al establecer relaciones más fluidas con Rusia.

Es notoria la intención de Biden de frenar esa situación, al volver a apoyar la OTAN y definir el teatro europeo como el prioritario, lo que implicaba priorizar a Rusia, y no a China, como su rival principal. ¿O se trataba simplemente de una medida errática producto de su falta de estrategia y una vez más las consideraciones domésticas pesaron? El caso es que se calculó erróneamente la debilidad rusa y se pensó que la guerra acabaría relativamente rápido si se brindaba una gran apoyo, económico y militar, a Ucrania. Y por supuesto, a la par del apoyo norteamericano se arrastró a Europa al conflicto con la esperanza de quebrar el poderío militar ruso rápidamente y de unificar fuerzas subordinando Europa. Sin embargo, Rusia continuó la guerra y terminó forjando una alianza más sólida con China, que ambos países definen como "estratégica", un término que implica objetivos comunes a largo plazo. Una alianza complementaria y beneficiosa para ambas partes: Rusia posee un enorme territorio e ingentes recursos naturales que China necesita y está a su vez está desarrollando la tecnología y el nivel de producción necesario. China ofreció también un refugio para Rusia al conservar canales de comercialización y finanzas que Occidente intentó negarle.  En el plano militar, Rusia dispone de un ejército y, sobre todo, armamento moderno y nuclear que balancean su debilidad económica y otorgan a China un entorno más ventajoso en caso de un  conflicto. Los ejercicios conjuntos, terrestres, navales y aéreos con armamento moderno son una muestra.

 

La perspectiva china

Resueltos los conflictos internos luego de la llamada Revolución Cultural, el Partido Comunista, bajo la dirección de Deng Xiao Ping, logró definir una política a largo plazo. En relativamente pocos años, se fijó una política de desarrollo sostenido y de integración al mercado mundial desde una perspectiva nacional.

China llama a esta etapa "socialismo con particularidades chinas", pero la esencia es el aumento de la productividad del trabajo incorporando las nuevas tecnologías e integrándose al mercado mundial capitalista, pero no pasivamente, sino desarrollando tecnologías de punta y una serie de alianzas a nivel global que la colocan en posición de liderazgo y es por ello, y no por la retórica democrática, que Estados Unidos la percibe como amenaza.

Lo relevante es que para ello China dispone de una serie de condiciones que hacen viable su liderazgo: 

El partido

En primer lugar el partido, el máximo órgano de conducción política, forjado en más de cien años de continuas disputas y debates sobre las vías para lograr potenciar a China y convertirla en lo que es hoy. Es, además, el resultado histórico de las luchas del pueblo chino, que nunca aceptó pasivamente la condición de vasallo que le pretendían imponer los imperios de turno, comenzando por el británico y luego una serie de potencias europeas coaligadas, hasta el fin de la segunda guerra que emergió Estados Unidos como potencia dominante y la conformación del orden mundial que hoy conocemos. En el partido y sus dirigentes se sintetizan, además, las experiencias teóricas de construcción del socialismo hasta la actual de construcción de otro modelo de orden con aspiración global basado en  normas particularmente chinas. El partido unifica las decisiones políticas al más alto nivel y concentra la suma del poder, con todas las ventajas e inconvenientes que ello conlleva.

El concepto estratégico

La idea central la expresó Xi Jing Ping hacia 2013, bajo la forma de "la comunidad de futuro compartido para la humanidad", que, a la manera china, expresa una serie de principios que guían la política china; entre otros, priorizar la paz y la solución pacífica de las diferencias, la construcción de un sistema de seguridad común y buscar asociaciones mutuamente beneficiosas para las partes. Dicho de otra forma, una nueva división internacional del trabajo con suficientes garantías de seguridad. Es una visión global que se contrapone al actual orden mundial encabezado por Estados Unidos y la OTAN. En el plano estratégico, se expresa en la denominada "ruta de la seda", que no es más que un gigantesco plan de inversiones a lo largo del mundo con el fin de incrementar el comercio y el desarrollo en los países que se van integrando de una forma u otra. La inauguración del ferrocarril interoceánico que une Sanghai  en China y el puerto de Chanqay y Pucallpa en Perú es sólo una muestra concreta.

 

Las instituciones

Lo anterior se complementa con el desarrollo de toda una serie de instrumentos económicos y financieros que lo posibilitan. El primero de todos, los BRICS, creado en 2010 y conformado inicialmente por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, concebido como un organismo político y económico alternativo al G7. El grupo se amplió en 2024 con Egipto, los emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán y la solicitud de ingreso de Arabia Saudita. En la XVI Cumbre, celebrada en octubre de 2024 en la ciudad de Kazán, Rusia, los BRICS aceptaron la incorporación de 13 nuevos Estados miembros. A partir del 1 de enero de 2025 se incorporarán al grupo como miembros asociados Argelia, Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Indonesia, Kazajistán, Malasia, Nigeria, Tailandia, Turquía, Uganda, Uzbekistán y el Vietnam. Como se ve, hay países de América Latina, África y Asia. Con estas incorporaciones, representan el cincuenta y uno por ciento de la población mundial y el cuarenta por ciento del producto bruto mundial. China cuenta además con una serie de instituciones financieras y de crédito asociadas a su política exterior que posibilitan las inversiones y muchos préstamos son en yuanes, no en dólares. Además, no pretende sustituir las actuales instituciones, sino que propone mejorarlas.

La reforma de las Fuerzas Armadas

El último punto, pero no menos importante, es la reforma del Ejército Popular de Liberación (EPL), tomado en un sentido amplio que comprende a las tres fuerzas armadas clásicas más otras unidades estratégicas. Esta reforma fue precedida de un gran debate a nivel militar, que se expresó en la obra "La guerra irrestricta", publicada a principios de siglo en su traducción al español, donde se expresan los nuevos conceptos de la guerra como una actividad en la que se utilizan todos los recursos del estado y se plantean nuevos conceptos acerca del mando, las operaciones conjuntas y el uso de la inteligencia. Según lo expresado, China esperaba llegar a 2035 con fuerzas armadas modernas y con capacidad de entrar en combate en pie de igualdad con los posibles rivales. La alianza y los ejercicios conjuntos con Rusia y los ejércitos de otros países, en maniobras tanto terrestres como navales y aéreas, en algunos casos incluyendo armas estratégicas, van en esa dirección y le otorgan maniobrabilidad y una mayor capacidad al interactuar en esos ejercicios.

Al finalizar de escribir estas líneas, el presidente electo Trump anunció su intención de recuperar el canal de Panamá y "la necesidad de contar con Groenlandia dado que es necesaria para la seguridad nacional", no descartando el uso de la fuerza si fuere necesario. Dada la actual situación de disputa por la hegemonía global, cabe preguntarse si es inevitable un conflicto armado. Puede no suceder, ser limitado o ser de consecuencias incalculables. La historia demuestra que todas las opciones son posibles, pero que todo depende de cómo se comience a concebir un orden mundial distinto con garantías para todos, y de la voluntad política de los líderes y las élites de los países más importantes, que deberán demostrar que privilegian el bien común antes que sus propios intereses. Algo que, reconozcamos, no es la norma, pero que a veces sucede.

 

Jorge Jouroff
2025-01-08T22:09:00

Jorge Jouroff