La Conferencia de Seguridad en Munich 2025 La grieta entre Estados Unidos y Europa. Jorge Jouroff
20.02.2025
La 61° Conferencia de Seguridad de Munich se desarrolló durante los días 14, 15 y 16 de febrero en la ciudad bávara homónima. A pocos días de la asunción de Donald Trump como Presidente de los Estados Unidos, en la conferencia se evidenciaron las diferencias en seguridad entre Europa y los norteamericanos, que no hacen sino reflejar las diferencias estratégicas y el cambio de rumbo en la política exterior.
La conferencia se celebra todos los años en Munich y pretende definir una visión común ante los problemas globales de seguridad y defensa desde el punto de vista europeo. Creada luego del triunfo de los aliados en la segunda guerra mundial, una vez consolidada la Alemania Federal, y mientras la alianza entre Estados Unidos y Europa fue estable, la conferencia se limitaba a ratificar el rumbo ya marcado. Ello era posible porque el orden mundial era regido por Estados Unidos y aparecía como la única opción posible frente a la Unión Soviética. La caída del muro (y de la URSS) no afectó las bases de la alianza y consolidó el liderazgo norteamericano, ahora devenido potencia global. Reformuló la OTAN, dándole nuevas misiones, pero siempre mantuvo el liderazgo y la sumisión de Europa a sus directivas. La expansión de la globalización y le emergencia de China percibida como contendor, provocó cambios en el seno de la élite norteamericana sobre cómo enfrentarla. Sin una estrategia clara, Estados Unidos provocó el conflicto con Ucrania y embarcó a Europa en el mismo. Ya en el primer período de Trump se escucharon las primeras voces, sobre todo alemanas, que afirmaban que los norteamericanos "ya no eran un aliado confiable". Hoy Europa debe enfrentar un cambio de rumbo estratégico sin una política de defensa clara y, sobre todo, sin la capacidad material de crearla en el corto plazo.
La conferencia 2025
La Conferencia (MSC 2025) llega en un momento crucial: una nueva administración estadounidense, el inicio un nuevo ciclo legislativo europeo en Bruselas y las elecciones parlamentarias alemanas que se celebraran apenas una semana después de la conferencia. Luego de las conferencias inagurales, el 14 de febrero se debatió el enfoque en los desafíos de seguridad global, incluida la gobernanza global, la resiliencia democrática y la seguridad climática. El punto de vista previo lo aportó el material denominado "Multipolarización", que pretende ofrecer una panorámica de la situación actual y una evaluación de las distintas estrategias, desde el punto de vista europeo. Asistieron cerca de 60 jefes de Estado y de Gobierno a la CSM, y de Estados Unidos llegaron, junto con el vicepresidente, J. D. Vance, el ministro de Relaciones Exteriores, Marco Rubio. También asistió el nuevo secretario general de la OTAN, Mark Rutte.
El sábado, se debatió sobre el estado del orden internacional, así como los conflictos y crisis regionales y el futuro de la asociación transatlántica, concluyendo el domingo sobre el papel de Europa en el mundo. La MSC no es un foro gubernamental, sino más bien una reunión de las élites, pero no por ello es menos importante: se espera que en un ambiente más informal se discutan los problemas globales. Se reúnen periodistas, académicos, militares y por supuesto políticos.
Puntos políticos clave
Más allá del programa formal y del documento inicial, hay dos puntos interrelacionados: la nueva estrategia global de Estados Unidos y su relación con Europa y la salida a la situación en Ucrania.
Trump no acudió a la conferencia pero envió a J.D. Vance, su vice y una de sus espadas, quien, en su intervención pidió a los países europeos aceptar "puntos de vista alternativos" y criticó que los organizadores hayan "prohibido participar a legisladores que representa a partidos populistas de izquierda y derecha". "Cuando líderes políticos representan a grupos electorales importantes, es nuestra responsabilidad dialogar con ellos. Para nosotros, al otro lado del Atlántico, nos parece que hay viejos intereses protegidos que se esconden tras palabras de la era soviética como desinformación y a los que simplemente no les gusta la idea de que alguien pueda expresar un punto de vista alternativo o que vote diferente; o todavía peor, que pueda ganar una elecciones". Y continuó diciendo que "La amenaza que más me preocupa respecto a Europa no es Rusia, no es China, no es ningún otro actor externo. Lo que me preocupa es la amenaza desde dentro: el retroceso de Europa respecto a algunos de sus valores más fundamentales, valores compartidos con Estados Unidos de América". Vance también insistió en la exigencia de que los países miembros de la OTAN aumenten el gasto en defensa, antes de una reunión sobre seguridad en Europa. También habló sobre la inmigración y la necesidad de políticas comunes. "La OTAN es una alianza militar muy importante, por supuesto, de la que somos la parte más importante", subrayó Vance a Rutte, el secretario general de la OTAN. "Pero queremos asegurarnos de que la OTAN esté realmente construida para el futuro, y creemos que una gran parte de eso es asegurar que la OTAN comparta un poco más la carga en Europa, para que Estados Unidos pueda centrarse en algunos de nuestros desafíos en el este de Asia".
Las conversaciones acerca de Ucrania
En otro pasaje, y apropósito de la estrategia norteamericana respecto a las conversaciones directas entre Trump y Putin para poner fin al conflicto, donde Europa y Ucrania podrían quedar excluidas de las negociaciones con Rusia, el secretario de Defensa dijo que es "poco realista" que Ucrania crea que se convertirá en miembro de la OTAN o que volverá a sus fronteras anteriores a 2014. El mensaje fue muy claro: la decisión corresponde resolverla entre las dos potencias, y Europa y Ucrania quedan relegadas. Una solución particularmente humillante para Europa, quien ya no es considerada un igual, sino un aliado, al menos por ahora, pero sin mayor poder de decisión, lo que llevó al Presidente Macron a proponer una reunión de líderes europeos para discutir la situación.
El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, dijo en la conferencia que todo el mundo "quiere que esta guerra termine", pero "el modo en que termine esta guerra tendrá una influencia duradera en nuestro orden de seguridad y en la posición de poder de Europa y Estados Unidos en el mundo". Así las cosas, Mark Rutte, secretario general de la OTAN que participó en la conferencia, se permitió declarar que "no se trata del acuerdo de paz. Algunos piensan que tiene que ser parte de un acuerdo de paz, pero no es parte del resultado. Tenemos que ir paso a paso, tenemos que asegurarnos de que el acuerdo garantiza que Putin no volverá a intentarlo."
Un día antes de la conferencia, Trump declaró que "la guerra de Ucrania tiene que terminar"; "están matando a jóvenes a niveles que nadie ha visto desde la Segunda Guerra Mundial. Y es una guerra ridícula". También pareció sugerir que el apoyo militar continuado de EE.UU. a Ucrania podría estar condicionado a un acuerdo de 500.000 millones de dólares sobre materias primas críticas que se utilizan en una amplia gama de aparatos cotidianos y de alta tecnología, incluidos los equipos militares. En otro aspecto del problema., Trump había declarado que "fuimos estafados por las naciones europeas, tanto en el ámbito comercial como en el de la OTAN". Aseguró que las inversiones de algunos de sus socios europeos de la OTAN son insuficientes. Washington paga la mayor parte de los costos en la OTAN, y ofrecía a Europa una protección militar confiable; pero ahora, esa protección está ligada a condiciones: Trump exige a los aliados gastar el cinco por ciento del Producto Interno Bruto en defensa. Alemania, por ejemplo, llega con esfuerzo a un dos por ciento, el estándar mínimo en la OTAN.
Zelensky, dominado por el personaje que el mismo creó y que al parecer no termina de comprender su papel y su dependencia de Estados Unidos en la guerra, declaró: "seamos claros, no podemos descartar la posibilidad de que Estados Unidos se niegue a cooperar con Europa en asuntos que la amenacen" e instó a "crear las Fuerzas Armadas de Europa para que el futuro de Europa dependa solo de los europeos y las decisiones sobre Europa se tomen en Europa". No opinaba así cuando recibía la cuantiosa ayuda norteamericana para continuar la guerra. Ahora intenta que esa ayuda provenga de Europa, que no está preparada, ni militar ni económicamente, para continuarla. Más allá de los discursos, las políticas socialdemócratas europeas la llevaron conscientemente a la dependencia económica, diplomática y, sobre todo, militar respecto a Estados Unidos y no tiene como revertir esa situación en el corto plazo. La reunión posterior en Paris de los ministros de defensa europeos evidencia profundas diferencias y demuestran esa falta de capacidad de Europa.
Las conversaciones con Rusia
Los representantes del Gobierno ruso no fueron invitados a la CSM. La base de una invitación es "la disposición al diálogo", recalcó Heusgen, "y mientras el presidente Putin no reconozca al Gobierno en Kiev ni a Zelenski, no veo las condiciones para un diálogo así". Sin embargo, en Múnich se da la bienvenida a representantes de la oposición de Rusia y a organizaciones no gubernamentales rusas. En realidad, ya antes de la conferencia de Munich y también después se habían efectuado reuniones bilaterales entre Rusia y Estados Unidos, sin la participación de Europa. Este hecho es lo más remarcable: Washington considera ahora a Europa un actor de segunda categoría y negocia el fin de la guerra directamente con Moscú. Notoriamente Estados Unidos cambió sus opciones estratégicas y por tanto el valor de sus aliados. Pete Hegseth, secretario de Defensa estadounidense reiteró que Estados Unidos no desplegará tropas en Ucrania ni apoyará su ingreso a la OTAN, aumentando la preocupación europea.
Respecto a las conversaciones, el canciller Lavrov declaró que "no sé para qué tenerlos en la mesa de negociaciones", dijo respecto a Europa, agregando que "Si los europeos van a sonsacar algunas ideas astutas sobre la congelación del conflicto, mientras que ellos mismos -según su costumbre, carácter y hábitos- tendrán en mente la continuación de la guerra, entonces, ¿para qué invitarlos?" A su vez, el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev, declaró que "El aquelarre antirruso de Múnich quedó visiblemente alarmado por el discurso de Vance y la posición de su gobierno" y que además, "Vance dijo la verdad. Dijo exactamente lo que vale la Europa moderna" y agregó que Rusia incluso puede añadir más puntos a su discurso. "La Europa actual dentro de las fronteras de la UE es una vieja malvada y enfermiza que intenta disfrazarse de belleza joven y espectacular. El tiempo de esa Europa ha pasado irremediablemente. Es realmente débil, poco atractiva y prácticamente innecesaria para todo el mundo excepto para sí misma".
Jorge Jouroff