Una calma como la dignidad de la materia

Lilián Hirigoyen

17.06.2019

Una calma como la dignidad de la materia

 

Sharon Olds, nacida el 19 de noviembre de 1942, es una escritora y poeta estadounidense autora de varios libros.

Originaria de la ciudad de San Francisco (California), después de su graduación en la Universidad de Stanford se trasladó a realizar un doctorado en la Universidad de Columbia. Sharon ha sido galardonada en múltiples ocasiones. En la actualidad imparte clases de creación literaria en la Universidad de Nueva York.

Su primer volumen de poemas, titulado Satán dice (1980), recibió el Premio de Poesía de San Francisco. En él analiza con gran intensidad sus temas personales. Su segundo volumen, Los muertos y los vivos, también resultó ganador de varios premios. El padre, una serie de poemas elegíacos a la muerte de su padre debida al cáncer, fue propuesto para el T. S. Eliot Prize y finalista del The National Book Critics' Circle Award. Su obra ha sido antologada y traducida a siete idiomas en distintas publicaciones internacionales. Fue poeta laureada del Estado de Nueva York entre 1998-2000. Es considerada de las mejores poetas vivas de nuestra época. Uno de sus poemas, Vuelvo a mayo de 1937  fue recitado en la película Into the wild, también conocida en su traducción al español como Hacia rutas salvajes, Camino salvaje o Aventura en Alaska, un film estrenado en 2007, dirigido por Sean Penn y protagonizado, entre otros, por William Hurt.

Fue ganadora también de un Pulitzer por el volumen de poemas Stag´s Leap (El salto del ciervo) en el año 2013.

Es famosa la anécdota en la que se cuenta la invitación que recibió en el año 2005, de la Primera Dama Laura Bush al Festival Nacional del Libro en Washington, D.C. Sharon Olds le respondió con una carta abierta publicada el 10 de octubre de ese mismo año, en The Nation, donde se dirige a George W. Bush escribiéndole: "Muchísimos estadounidenses que sintieron orgullo por nuestro país, ahora sienten angustia y vergüenza, por este régimen vigente de sangre, heridas y fuego. Pienso en el lino limpio de tu mesa, los cuchillos brillantes y las llamas de las velas, y no podría digerirlo".

Sobre su proceso creativo, la propia Sharon nos dice: "Muchas veces me preguntan dónde se forman mis poemas y nunca sé qué decir, de la misma manera que no sé qué es la imaginación. No soy una poeta intelectual. ¿En los pulmones? ¿En el movimiento físico del brazo? Cuando escribo no tengo la menor idea de lo que estoy haciendo... Cuando los jóvenes poetas me piden consejo siempre les digo lo mismo, que lleven una vida sana, porque el lugar del que procede la poesía es un lugar sano".

Ha publicado en español, entre otros:

Satán dice.

El padre.

Los muertos y los vivos.

La materia de este mundo. (Antología).

La célula de oro.

El universo poético de Olds es intenso, descarnado, shockeante, porque aborda temas ríspidos con una naturalidad que descoloca. Su obra está impregnada de vivencias personales: el amor, como una emoción ambigua, a veces esperanzadora, a veces lapidaria; el sexo, inocente o brutal; la maternidad, con luces y sombras; la agonía de su padre; la belleza que brinda el cuerpo a pesar del peso de la vejez próxima, se descubren en sus poemas con una mezcla perfecta de lenguaje crudo e imágenes asombrosas. La verdad, su verdad, que se traduce en íntima y universal al mismo tiempo, por más que no hayamos vivido su experiencia, transforma la poesía de Sharon en un friso auténtico y a la vez estremecedor. Quizás el secreto de la intensidad que trasmite sea parcialmente develado en su afirmación: "Ante el miedo, lo único que puedo hacer es escribir"

Hoy de Sharon Olds rescatamos dos poemas: el que fue recitado en la película de la que hablábamos, Into the wild -acceder aquí al fragmento del film-  y el otro, dedicado a su padre en su etapa terminal:

 

VUELVO A MAYO DE 1937 (de la película Into the wild)

Los veo en pie, en la puerta principal de sus universidades,

veo a mi padre saliendo

bajo el arco de arenisca ocre, los

baldosines rojos brillando como

placas de sangre dobladas detrás de su cabeza, veo

a mi madre con unos cuentos libros ligeros junto a la cadera

en pie ante una columna  hecha de ladrillos diminutos,

la puerta de hierro forjado está todavía abierta detrás de ella, las

puntas de flecha brillan en el aire de mayo,

están a punto de graduarse, están a punto de casarse,

son unos niños, son tontos, todo lo que saben es que son

inocentes, jamás harían daño a nadie.

Quiero alcanzarlos y decirles: alto,

no lo hagan; ella no es la mujer adecuada,

él no es el hombre adecuado, van a hacer cosas

que no se podrían imaginar que harían,

van a hacer cosas terribles a los niños,

van a sufrir de maneras completamente desconocidas,

van a querer morir. Quiero llegar

hasta allí con esta luz de finales de mayo y decírselo,

la cara bonita y hambrienta de mi madre volviéndose hacia mí,

su lastimoso cuerpo precioso y puro,

la cara arrogante y bella de mi padre volviéndose hacia mí,

su lastimoso cuerpo precioso y puro,

pero no lo hago. Quiero vivir. Los

alzo como muñecos de papel

macho y hembra  y los junto

por las caderas, como pedacitos de sílex, como si

fueran a salir chispas de ellos y digo

Adelante, háganlo, que yo lo contaré.

 

 

SU QUIETUD


El doctor dijo: "Usted me pidió que le dijera

cuando no se pudiera hacer nada más.

Se lo digo ahora."

Mi padre estaba sentado,

casi inmóvil, como siempre, sin mover los ojos.

Yo supuse que se enfurecería al saber que moriría,

que agitaría los brazos, que gritaría.

Pero se quedó sentado,

limpio con su pijama limpio,

delgado, como un santo.

El doctor dijo: "Podemos hacer algunas cosas

para darle tiempo, pero no lo podemos curar".

Mi padre le dio las gracias.

Y se quedó sentado, quieto, solo,

digno como un rey extranjero.

Me senté a su lado. Ese era mi padre:

siempre supo que era mortal. En cambio, yo temí

que tuvieran que amarrarlo. Había olvidado

que siempre se quedaba así, aguantando,

en silencio, el alcohol un modo de callar.

No lo había conocido: mi padre tenía dignidad.

Al final de su vida, su vida

empezó a despertar en mí.

 

Datos biográficos a partir de Wikipedia y de entrevista en El País de Madrid

(*) Lilián Hirigoyen, escritora. AL RESCATE DE POEMAS, columna emitida en el programa radial LA PUERTA, por FM CIUDADELA - 88.7, el 28 de mayo de 2019

 


Lilián Hirigoyen
2019-06-17T00:49:00

Lilián Hirigoyen / Escritora