En mis heridas abiertas
Lilián Hirigoyen
24.09.2019
En mis heridas abiertas
Alda Merini, narradora y poeta italiana, nació en Milán el 21 de marzo de 1931 y murió en esa misma ciudad el 1 de noviembre de 2009.
Creció en el seno de una familia humilde; el padre, empleado en una compañía de seguros y la madre, ama de casa. Fue la menor de tres hermanos. Alda no consiguió matricularse en el Liceo Manzoni al no superar el examen de italiano.
Publicó a edad muy temprana, con sólo quince años. En 1947, Merini es internada por un mes en el Hospital Psiquiátrico de Milán. Pero a pesar de esto, en 1950 es incluida entre los poetas de la Antologia della poesia italiana 1909-1949.?
Entre 1950 y 1953 Merini entabla amistad con el poeta Salvatore Quasimodo, quien ganaría el Premio Nobel de Literatura en 1959. En 1953 se casa con un comerciante y ese mismo año aparece el primer volumen propio de poemas, La presenza di Orfeo. En 1955 publica Nozze Romane (Bodas romanas) y Paura di Dio (Miedo de Dios). También nace su primera hija, Emanuela.
Unos años después comienza una época de aislamiento, al ser internada en el Hospital Psiquiátrico Paolo Pini. En 1972 sale definitivamente de la internación de este sanatorio. En los períodos en los que volvía a su casa nacieron otros tres hijos.
Sin embargo, hasta el año 1979 se alternaron en ella la salud y enfermedad. Finalmente, Merini vuelve a escribir. En 1984 publica La Terra Santa donde relata su experiencia en el hospital.
En 1981 muere su marido. Poco tiempo después, entabla una relación telefónica con el poeta Michele Pierri, escritor que elogiaba su poesía. Se va a vivir con él en octubre de 1983 y se traslada a Tarento, donde permanece por tres años. Esos años son muy prolíferos para la poeta, aunque también en Tarento tuvo problemas psiquiátricos.
En julio de 1986 regresó a Milán y reinicia antiguas amistades, publicando además varios títulos, entre ellos su primer libro en prosa.
Después, Merini continúa con una gran fecundidad literaria y estabilidad psicológica. En los años siguientes, distintas publicaciones consolidan su regreso a la escena literaria. En 1993 gana el Premio Librex-Guggenheim Eugenio Montale, en la categoría poesía, premio que la consagra entre los grandes literatos contemporáneos italianos.
Luego de editar varios libros en 1996 gana el Premio Vareggio por La vida fácil (La vita facile), una obra en prosa con forma de diccionario en la que define objetos y vivencias personales. Luego de ganar el Premio Procida-Elsa Morante, en 1997 se promovió en Italia su candidatura al Premio Nobel, impulsada especialmente por el dramaturgo Dario Fo, pero sería Fo quien al año siguiente ganaría el Nobel.
Ese año publica su antología poética La volpe e il sipario (La zorra y el telón). En este tiempo sus poemas son muy breves, cercanos al aforismo, género que frecuentará durante estos años y que culminará con la publicación de varios libros.
La obra de Merini deriva a partir de ese momento hacia una profunda religiosidad de carácter místico. En el año 2002 y luego de varias publicaciones recibe la Orden al Mérito de la República Italiana con categoría de comendadora.
En febrero de 2004 Merini ingresa en el Hospital San Paolo de Milán por problemas de salud. Su precaria situación económica hace que los amigos de la poeta hagan una petición pública de ayuda y reciben apoyo de toda Italia.
En 2006 se acerca al género negro con La nera novella (Rizzoli).
En 2007, con el escritor Sabatino Scia, gana el premio Elsa Morante Ragazzi.
Fue nombrada doctora honoris causa por la Universidad de Mesina en octubre de 2007.
Murió en Milán el 1 de noviembre de 2009 a causa de un cáncer óseo.
Sus poemas han sido musicalizados por varios autores.
En 2009 se estrenó un documental dedicado a ella.
Vivió casi 20 años de su vida internada alternativamente en centros de salud mental. Contaba sobre esa experiencia: "El lugar era de terror, odio, sombra y muerte pero hice amigos ahí... Salir viva fue un milagro, allí se entraba para morir".
La poesía de Alda Merini no se identifica con ninguna de las tendencias imperantes en esa época. Quizás sus rasgos fundamentales puedan encontrarse en la fusión de sus intensos impulsos antagónicos. Según ella misma decía: "La poesía nace de un terreno de dulzura, de amor. Las verdades me vienen de los sueños, los muertos me visitan",
Hoy, de Alda Merini, rescatamos dos poemas, Los poetas trabajan de noche y Canto de respuesta.
Los poetas trabajan de noche
cuando el tiempo no les urge,
cuando se calla el ruido de la multitud
y termina el linchamiento de las horas.
Los poetas trabajan en la oscuridad
como halcones nocturnos o ruiseñores de canto dulcísimo
y temen ofender a dios.
Pero los poetas, en su silencio,
hacen mucho más ruido
que una dorada cúpula de estrellas.
Canto de respuesta
Haber estado en ciertos lugares tristes,
cultivar fantasmas,
como dices tú, atento amigo mío,
no da derecho a creer que dentro
dentro de mí continúe la locura.
He seguido siendo poeta hasta en el infierno
sólo que yo buscaba de Eurídice
la casta sombra y no tengo más palabras...
Ésta, Franco, la tierna respuesta
a tu dilema: yo soy poeta
y poeta seguí siendo tras los barrotes;
sólo que afuera, sin casa y perdida
he continuado a mi pesar el canto
de la tristeza, y dentro de cada flor
de mi voz existe aún la esperanza
de que nada haya sucedido que devaste
mi surco de luz y haya perdido
la verdadera llave que me cierra a la verdad.
(*) AL RESCATE DE POEMAS, columna emitida en el programa radial LA PUERTA, por FM CIUDADELA - 88.7, el 20 de agosto de 2019.
Lilián Hirigoyen / Escritora