Una voz extraña ha despertado
Lilián Hirigoyen
03.10.2019
Una voz extraña ha despertado
Lucian Blaga, uno de los grandes poetas rumanos del siglo XX, nació en 1895 en Lacräm, Transilvania -en ese momento parte del Imperio austrohúngaro-. Fue además dramaturgo y el primer filósofo rumano que desarrolló un sistema. Elegido miembro de la Academia Rumana en 1936, en 1956 fue nominado por la Academia Sueca para recibir el premio Nobel de Literatura.
Hijo de un sacerdote ortodoxo con marcados intereses culturales y de una madre que provenía también de una familia de tradición eclesiástica, tuvo una educación clásica y estricta.
Se caracterizó por ser un muy buen alumno tanto en la escuela alemana próxima a su lugar de nacimiento donde concurrió en sus primeros años, como en el colegio de la ciudad de Brasov (la más poblada de ese distrito) a la que asistió años después. En esta etapa, la separación de su familia acentúa su tendencia a la introversión.
Viaja a Italia y Austria por sus estudios y en 1917 es admitido en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Viena.
Se inscribe en esa materia y, como asignatura secundaria, biología. El 1 de diciembre de 1918 participa en la Gran Asamblea Nacional que votó la unión de Transilvania con Rumania. En 1919 hace su debut editorial como poeta y filósofo y poco tiempo después consigue el título de doctor en filosofía con su tesis "Kultur und Erkenntnis" ("Cultura y conocimiento").
Al año siguiente se casa con Cornelia Brediceanu, a quien había conocido en la universidad.
Entre 1920 y 1924 vive en Cluj (una de las ciudades más pobladas de la región de Transilvania), colaborando en varias revistas literarias. Recibe el premio de la Academia Rumana por "Poemele luminii" ("Los poemas de la luz"), su primer volumen de poesía y por "Pietre pentru templul meu" ("Piedras para mi templo"), colección de aforismos.
En esa época colabora también en el periódico checo "Prager Presse" con artículos culturales.
En 1926 es nombrado agregado de prensa en la legación rumana en Varsovia.
Dos años después es trasladado a Berna, donde permanecerá como agregado y después como secretario de prensa hasta 1932.
En 1930 dos sucesos lo marcan: el estreno de su obra "Cruciada copiilor" ("La cruzada de los niños"), en el Teatro Nacional de Cluj, y el nacimiento de su hija Dorli.
A los pocos meses publica "Eonul dogmatic" ("El eón dogmático"), la primera parte de "Trilogia cunoasterii" ("La trilogía del conocimiento"), parte de su sistema filosófico. Entre 1932 y 1937 regresa a Viena como secretario de prensa y después consejero de la legación rumana.
En 1933 publica, entre otras cosas, la segunda parte de "La trilogía del conocimiento", "Cunoasterea luciferica" ("El conocimiento luciferico")
Al año siguiente termina su trilogía, publicando "Cenzura transcendenta" ("La censura trascendente") En 1935, Blaga recibe "El Gran Premio Hamangiu" de la Academia Rumana.
Poco tiempo después es elegido miembro activo de la Academia Rumana y presenta su discurso de aceptación: "Elogiul satului românesc" ("Elogio del pueblo rumano")
Luego de publicar varios volúmenes de poesía es nombrado profesor de filosofía de la cultura en Cluj.
En 1942 se realiza la edición definitiva de su obra poética, "Poezii" ("Poesías") y de su dramaturgia.
Unos años después se publica en Helsinki un poemario de su autoría y por primera vez en otro idioma.
En 1946 además de "La trilogía de los valores" (filosofía), publica en Milán y es traducido al italiano, una obra ensayística, "Horizonte y estilo".
Después de la Segunda Guerra Mundial su importancia fue menguando debido al contexto político generado en su país.
Finalmente, el 6 de mayo de 1961 muere y es enterrado en su ciudad natal.
Blaga tradujo al rumano poesía francesa, alemana -junto con una versión de Fausto- italiana, inglesa y portuguesa. Escribió teatro, lleno de leyendas y mitos; una obra filosófica con tres grandes trilogías -del conocimiento, de los valores y de la cultura- además de trabajos científicos y unos quince libros de poesía. En cuanto a esta última, entrelaza la filosofía con el vuelo poético, donde su sensibilidad enmarca las cuestiones existenciales y metafísicas de la vida. Su universo, integrador pero a la vez misterioso e impenetrable, resulta siempre una búsqueda más allá de la lógica.
Hoy rescatamos dos poemas de Lucian Blaga:
YO NO APLASTO LA COROLA DE MILAGROS DEL MUNDO
Yo no aplasto la corola de milagros del mundo
y no destruyo con mi pensamiento
los enigmas que en mi camino encuentro
en flores, en ojos, sobre labios o tumbas.
Otros con su inteligencia
ahogan el encanto de lo impenetrable, de lo escondido
en los abismos oscuros,
mas yo con mi luz acreciento el misterio del mundo;
y así como la luna con sus rayos brillantes
no disminuye, sino temblorosa
extiende aún más el secreto de la noche,
así yo enriquezco el sombrío horizonte
con amplios estremecimientos de sagrado misterio;
y todo lo que es incomprensible
se torna aún más incomprensible
bajo mis ojos
pues así yo amo
flores y ojos y labios y tumbas.
EN EL TRIGAL
De tanto oro estallan los granos.
Aquí y allá hay manchas rojas de amapola,
y en el trigal,
una muchacha
con pestañas largas como las espigas de la malta,
cosecha con las miradas las gavillas claras del cielo
y canta.
Yazgo bajo la sombra de las amapolas,
sin deseos, sin remordimientos, sin penas
y sin ambición. Soy solamente cuerpo
y solamente arcilla.
Ella canta
y yo estoy escuchándola.
De sus labios calientes brota mi alma.
(*) AL RESCATE DE POEMAS, columna emitida en el programa radial LA PUERTA, por FM CIUDADELA - 88.7, el 27 de agosto de 2019.
Lilián Hirigoyen / Escritora