El 8 de marzo es un día contra la mujer

Marcelo Marchese

08.03.2023

Viniste de una mujer, y lo que hablás, te lo enseñó una mujer. La palabra “vida” así como la palabra “lengua”, son palabras femeninas. Las cosas importantes en esta vida, incluyendo a la humanidad, vienen de la mujer, pero resulta que hay un discurso que dice que somos demasiados, que estamos arruinando el planeta, y con toda evidencia, ese discurso va contra la mujer, pues de la mujer viene la humanidad.

Unos sujetos flor de vivos hacen este discurso contra la mujer para perjudicarnos a todos, y el discurso viene de paso cañazo con el imperio del número: hoy es el día de la mujer, ayer fue el día del boniato y mañana será el día de la flor de loto ¡Dejen en paz al tiempo! ¡Déjennos disfrutar un día como se nos dé la gana!

Te vienen con el cuento de que éste es un día de lucha que recuerda la lucha por el sufragio femenino, pero esa verdad oculta una mentira: lo que se quería, era sumar a las mujeres a la masa asalariada. A principios del siglo XX, no dejaban a las mujeres acceder a las universidades ni las dejaban votar, y antes, Emily Brontë, la autora de la mejor novela de amor de todos los tiempos, hubo de publicar con nombre masculino, pero la cosa viene de antes.

Las cárceles masivas son un invento reciente. En el pasado, y en especial, en el Renacimiento, que es el principio de la Era Moderna, se castigaba mediante humillaciones y torturas como los tapabocas aplicados a los maldicientes, que no es otra cosa que la gente que hablaba en contra del poder, o la gente que transmitía la antigua sabiduría que la ciencia del Renacimiento precisaba destruir.

La lucha, entonces, fue entre una sabiduría milenaria, lo que la Iglesia llamaba "religiones paganas", y la ciencia, que en un principio, era menos dogmática que ahora e incluía la quiromancia y la astrología en su esquema de conocimiento. Un momento crucial en esta lucha fue el año 1650, en que se desplaza a la comadrona de los partos y se establece, en el hospital de Dión, que sólo un hombre, el médico, puede asistir el parto.

Así que la comadrona que pasaba consejos o asistía al parto, si era atrapada, recibía uno de estos bellos tapabocas humillantes que, además, te cortaban la lengua. Hay que considerar la palabra "maldiciente", que hoy significa una cosa diferente a lo que significaba en el Renacimiento. "Maldiciente" es el que maldice, el que hace daño con palabras. Es un poder que se ha perdido, pero a Giordano Bruno, antes de ser quemado en la hoguera, le clavaron la lengua con una mordaza para que no maldijera. La maldición requería de palabras especiales pronunciadas con la aspiración adecuada y con un ritmo específico. Los escritores del pasado sabían de esto, no en vano, el mago Shakespeare escribió Ricardo III con la métrica del yambo.

El ataque a la mujer, que es el ataque al poder femenino de la Naturaleza, viene de lejos, pues hace milenios sustituyeron a las diosas por exclusivos dioses masculinos. El siglo XX no liberó a la mujer, la esclavizó todavía más. La mujer ahora trabaja las ocho horas y luego debe ir a trabajar a la casa, y el sueldo del varón, que antes daba para toda la familia, fue reducido por la afluencia de la enorme masa laboral aportada por la mujeres.

Hasta que no derrotemos este discurso del sobrepoblamiento, no liberaremos a la mujer del ataque por el cuál la transforman en hombres aguerridos y musculosos. El poder de la mujer es otro. La gota horada la piedra. El poder de la mujer es el poder del agua que todo lo vence, que a todo se adapta y que en todo entra. La mujer es poseedora de una agua salvaje que detiene ejércitos. El agua alimenta a todos los seres y el agua es fuente de energía. El agua, como podés ver, tiene un nombre femenino, como tiene un nombre femenino la tierra, la piedra, la madera y los continentes.

El día que el parto vuelva a estar bajo dominio de la mujer, como corresponde al misterio femenino por excelencia, ya no serán necesarios los ocho de marzo: el hombre nacerá en un parto feliz, sin dolor, y no habrá números que suplanten la verdad, que son los solsticios y los plenilunios, los ciclos de la Naturaleza que eternamente se renueva. Ese día, que será un acontecimientos cósmico, dará inicio la Historia Consciente de la Humanidad.

Marcelo Marchese
2023-03-08T14:45:00

Marcelo Marchese

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