Conexión Ganadera, o cómo el capital financiero vuela a su antojo

Marcelo Marchese

30.01.2025

El Uruguay vive una telenovela veraniega bien picante, ya que tiene miles de estafados, millones de dólares fugados, lavado de dinero en abundancia, ganado flaco y ruin, gente de alcurnia que se derrumba, contadores que aconsejan no entablar acciones penales, periodistas que pierden la máscara de la imparcialidad y una economía nacional que es un queso lleno de agujeros.

Toda persona que estudió historia sabe que no existe una sola causa de los fenómenos, pero toda persona que estudió historia sabe que la madeja debe desenredarse por una punta, así que afirmaremos que la crisis actual en parte es resultado de la crisis de la aftosa y de la crisis financiera que sufrimos hace un par de décadas.

No sé cómo se generó la crisis de la aftosa, pero una persona prudente consideraría todas las hipótesis en juego, ahora, con respecto a la crisis bancaria sé que fue inducida y que quienes la indujeron, fueron los que incrementaron su capital, cosa que sucede en toda crisis económica, ya que los que la sobrevuelan, se enriquecen mientras los demás se funden.

Teníamos en aquel tiempo una ganadería y un sistema financiero en crisis, lo que permitió que en un principio funcionara una empresa que aseguraba al inversor una renta fija. Luego, a medida que salíamos de la crisis, la situación dejó de ser ventajosa para una empresa que se dedicó, gracias al prestigio brindado por un mundo basado en las apariencias, a usar el dinero invertido para tapar agujeros, eficaz mecanismo para profundizar los agujeros. Creer, por un sólo instante, que quienes dirigían esas empresas no estaban al tanto de de los agujeros, es de ilusos, y creer que no sabían que la bomba estallaría y que no establecieron un plan para ese día, no es de iluso sino de imbécil.

Es posible que los ahorristas furiosos sean convencidos para no entablar juicios penales "vengativos", sino para bajar la pelota al piso y buscar alguna forma de acuerdo que les devuelva alguna propina. Le aviso a esos ahorristas que el ganado que se supone que está, no está o es menos del que se dice que está, y en todo caso, es el peor ganado del País, ya que esta gente se dedica a especular, no a producir, y el que especula, no tiene amor por la producción de bienes sino por el dinero.

Tenemos entonces que millones de dólares de ahorro nacional se han ido no se sabe dónde, cuando, precisamente, el País necesita como el agua y el aire del ahorro nacional. La dinámica de nuestra economía y el nulo control del instrumento que nos hemos dado para proteger nuestra economía, ha permitido este suicidio, pero la cosa no termina aquí.

Somos un mercado provincial, por lo que alcanza con que desembarquen dos transnacionales de la celulosa para alterar el precio de la tierra. Hoy, la inmensa mayoría del traspaso de tierras va a esas transnacionales que no paran de tragar. Hace un par de años UPM manejaba de una forma u otras 466.000 hectáreas. Alcanza con que algunas empresas financieras prometan una renta fija extraordinaria para alterar el precio de la renta de la tierra ¿Resultado? El productor nacional debe sufrir un incremento del costo de producción gracias a las pasteras, gracias a estas empresas financieras y gracias a otros factores distorsionantes. Así que tenemos por un lado que se liquida el ahorro necesario para la producción nacional, y por el otro, tenemos una actividad meramente especulativa que perjudica al productor nacional.

Hay algo que sabe el hombre que vive en el campo y que ignora el que vive en la ciudad: cada peso generado en el campo se convierte en cinco pesos en el resto de la cadena. Estamos hablando de producción de riqueza social, no de actividad especulativa que nada suma y sólo resta, y a esa producción de riqueza social debemos protegerla y alentarla.

Las preguntas que uno se hace son las siguientes ¿Sólo existen tres empresas que se dedican a captar ahorros para no invertir, alterar el mercado y erosionar nuestra economía? ¿No habrá más de estas empresas? ¿No habrá también este tipo de negocios en otros rubros, como la construcción? A propósito, y habida cuenta que el Estado no controlaba a estas empresas como sí controla al que cambia unos pocos dólares ¿no habrá gente dedicada a turbios negocios que invierte en este tipo de empresas para lavar dinero? ¿El dinero sucio generado por sucias actividades además sirve de combustible de empresas que le roban a la gente y le complican la vida a nuestros productores?

No hace mucho agarraron al dueño de una de estas empresas en la calle y le dieron una paliza. Alguien sabía que el negocio no andaba bien. Hace menos aún el otro director murió de manera misteriosa. Cayeron, al parecer, en desgracia, pero estaban en la cresta de la ola ¿Cómo se generó esa ola?

No soy habitué de La Tertulia de El Espectador, pero una vez debí prestarle atención ya que Emiliano Cotelo invitó a Pablo Carrasco, director de Conexión Ganadera, a defender el Proyecto UPM2 ante Hoenir Sarthou, integrante del Movimiento Uruguay Soberano. Carrasco y Sarthou eran tertulianos habituales. Cuando las medidas pandémicas, Sarthou tuvo alguna participación episódica y luego nunca más fue convocado. No sé si Carrasco siguió disfrutando de esa vidriera, pero presumo que esa vidriera y algunas otras vidrieras le sirvieron para llevar adelante su negocio, ya que su negocio se basaba en esta palabra: prestigio.

Resulta que ahora Esteban Valenti, otro tertuliano, ya no será convocado, y aunque se diga que no será convocado por su estilo polémico, lo cierto es que el estilo polémico rinde en una tertulia para que la sopa a tragar no resulte insípida, y lo cierto es que no será convocado desde que la emprende contra esta estafa sideral, lo que nos lleva a reconsiderar la imparcialidad del prestigioso programa al que no será convocado Valenti como no serán convocados otros.

Algunas personas, tiernas como infantes, consideran a La Tertulia un espacio imparcial ya que se debate y  se enfrentan siempre dos contra dos. La verdad es que asistimos a una pantomima de debate y las dos partes se enfrentan de manera aparente, pues el verdadero eje del debate está excluido. Lo mismo sucede con otros programas de debate y lo mismo sucede con la política nacional, donde lo esencial no se pone sobre la mesa y se discuten trivialidades que dan lástima. El rol del periodismo es el rol del tero que hace ruido para esconder los huevos.

Nada es sólo malo en este mundo y este asunto que nos ocupa, podría servir para abrirnos los ojos sobre los peligros que acechan a la producción nacional, la estúpida manera que tiene la gente de valorar a los demás según las apariencias, y un periodismo que se presenta como libre cuando es tan libre como la pluma que arrastra la furiosa tormenta del dinero. No sería descabellado presumir, querido lector, que en este lindo paisito existen listas negras, por lo que ciertas personas no deben ser convocadas a los grandes medios.

Se perora sobre si había una normativa para controlar a estas empresas financieras. Si no la había, debe crearse, y si la había, debe ser más precisa o debe cumplirse. El Estado fue omiso, así como fue omiso a la hora de averiguar qué tenía la vacuna de Pfizer y fue y es omiso a la hora de informar al País a qué cosas nos comprometió en secreto con Pfizer. Las leyes están hechas para cumplirlas, sino, todo se va al Diablo. La verdad de las verdad de las verdades es que el buitre del capital financiero planea por un cielo donde no alcanzan nuestras leyes, y desde ahí, otea el panorama ¿Ha dejado de planear? No, sigue ahí arriba ¿Y nosotros? Ese es el problema, nosotros, pero si nosotros somos el problema, nosotros somos la solución.

Marcelo Marchese
2025-01-30T10:41:00

Marcelo Marchese

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