Reflexiones incultas1: Gestión cultural y lecciones aprendidas por un diletante
Mario R. Pareja
28.11.2024
Reflexiones incultas1: Gestión cultural y lecciones aprendidas por un diletante
Incitado por la cercanía de fin del año, un gestor cultural autodidacta reflexiona sobre el Centro Cultural Miguel Ángel Pareja, su gestión y la cultura. Repasa cómo surgimos, qué camino hemos transitado, a dónde estamos y los desafíos que enfrentamos. Efímero testamento de un neófito que pretende contribuir a la gestión de instituciones culturales de la sociedad civil.
"No saber adónde vamos
¡ni de dónde venimos!
(Lo fatal, Ruben Darío).
Para Sara Ben Breatchnach --escritora estadounidense-- "El mundo necesita soñadores y el mundo necesita hacedores. Pero sobre todo, el mundo necesita soñadores que hacen". Un ejemplo de ello ocurrió en 2011 cuando un grupo de amantes del arte, liderados por el soñador Alfredo Pareja Carámbula --hijo de Miguel Ángel Pareja-- fundaba la Asociación Civil Centro Cultural Miguel Ángel Pareja para preservar, investigar y difundir el patrimonio del Maestro. Para Marcos Carámbula --médico en ese entonces Intendente de Canelones-- fue "El puntapié inicial del proceso que puso en marcha la dimensión universal de Pareja en su pueblo".
Para Miguel Ángel Pareja --artista plástico y pedagogo-- "El arte es una actividad del espíritu humano absolutamente libre y busca solamente un clima social donde florecer". El desafío de la Asociación fue crear ese "clima social" fundando un Centro Cultural que, gestionado por la comunidad, preservara el legado artístico de Pareja, fomentara y apoyara la creatividad artística y ofreciera bienes y servicios culturales.
En 2011, un antiguo edificio, anexo a la estación de trenes de Las Piedras, cedido en comodato por AFE y la Intendencia de Canelones, fue la sede de la Asociación Civil. Tomó 13 años y recursos del MTOP --convenios sociales--, de la IdeC, del MEC y de la empresa CodelEste, convertirlo en un Centro Cultural con salas de exposiciones, auditorio, aula de danza, taller de arte y almacén para 58 obras de arte de Pareja cedidas en comodato por la familia Pareja Carámbula.
Por 12 años, el Centro ha sido un espacio cultural abierto a la comunidad, con tres elencos estables autónomos --teatro, coro y ballet--, y apoyo a una murga local. Ha intervenido en varias disciplinas artísticas: arte visual, arte escénico, letras y música. Se ha proyectado hacia la comunidad con eventos extramuros --en calles, clubes y centros barriales--, proyectos educativos en escuelas públicas y recibe a estudiantes en visitas mediadas. Desde su fundación, el Centro ha realizado más de 200 eventos de extensión cultural y ofrecido 8 a 10 cursos y talleres artísticos anuales beneficiando a más de 50.000 personas de su área de influencia: ciudades de Las Piedras, La Paz, Progreso, 18 de Mayo y zonas rurales cercanas.
Sin embargo, Gonzalo Carámbula --abogado y gestor cultural-- nos advertía que no es eso lo que importa. "La pregunta que hay que formularse para evaluar el trabajo no es si hicimos tantas exposiciones, tantos conciertos, tal o cual programa, sino que es si estamos respondiendo realmente a esos nuestros principios que se organizan en torno a valores". ¿Qué principios y valores eran los de los soñadores que fundaron el Centro Cultural? La respuesta surgió en el Plan Estratégico del Centro que el equipo realizó en consulta con referentes culturales de la comunidad. En él se concretaron visión, misión y valores. La misión del Centro es "fortalecer los derechos a la cultura, facilitando a la comunidad el acceso a bienes y servicios culturales" y sus valores son "excelencia, inclusión, diversidad, innovación, transparencia y profesionalismo".
La sustentabilidad del Centro Cultural tiene como base su apropiación por la comunidad. La colectividad lo gestiona con autoridades elegidas democráticamente en la cual han participado más de 50 socios, 20 directivos y, como asesores culturales, más de 30 artistas, gestores y docentes.
Otro pilar de la sostenibilidad es la organización del Centro Cultural como "empresa social", impulsado por algunos de sus directivos para una gestión eficaz. James Gregory Dees --estadounidense, fundador del emprendedurismo social-- propuso en 1990 que las organizaciones sin ánimo de lucro pueden ser "entidades empresariales buscando el cambio, respondiendo a él y explotándolo como una oportunidad". Las empresas sociales combinan la misión sociocultural, sin fines de lucro, con la eficacia de la gestión empresarial. Este enfoque supone una gestión eficiente de los recursos culturales --artísticos, materiales e infraestructurales-- y económicos para lograr los resultados que contribuyan a cumplir los objetivos institucionales. El éxito es medido por sus impactos tanto culturales como sociales. El enfoque empresarial del Centro no lo convierte en una industria creativa con fines de lucro. Las actividades culturales que el Centro ejecuta están fuera del mercado y generan beneficios sociales, culturales y económicos para la comunidad.
La sostenibilidad del Centro depende también de la robustez de sus finanzas. Conocer las fuentes de financiación, recaudar --buscar socios, donantes, mecenas y filántropos-- y participar en convocatorias concursables es tarea principal de gestores culturales y directivos. "No puede ser que los agentes culturales desconozcan la realidad económica en la que realizan su actividad" (G. Carámbula).
Después de 12 años, el Centro enfrenta cuatro desafíos. (1) gestionar cultura en el complejo ecosistema de la periferia de Montevideo, con múltiples actores --públicos y privados-- y ofertas culturales --locales y montevideanas--; (2) profesionalizar su equipo; (3) mantener un programa cultural de calidad y no sólo de entrenimiento; (4) desarrollar y fidelizar audiencias; y (5) lograr una base económica sólida. Víctor Vich --lingüista peruano-- nos alerta que los directivos del Centro, sus gestores, tienen que ser etnógrafos --estudiar la población y su cultura--, curadores --seleccionar, organizar y construir narrativas con objetos culturales--, militantes --incentivar cambios culturales y sociales-- y administradores --optimizar recursos, planificar y resolver problemas--. La gestión cultural se complejiza con la diversificación de las actividades culturales. La inminente llegada de las obras de arte del legado Pareja abrirá una nueva etapa en el Centro demandando personal técnico con nuevas y mayores cualificaciones.
Programáticamente hay un desafío contenido en el nombre del Centro: "cultura". El Centro Cultural Pareja crea y difunde cultura --pone en valor el arte y la creatividad--. El entretenimiento es una de las manifestaciones sociales de la cultura pero no es un objetivo cultural per se. El balance entre cultura y entretenimiento requiere gestionar, armónica y coordinadamente, la programación de los tres medios de intervención cultural del Centro: las actividades de extensión cultural y de educación artística y los proyectos comunitarios.
Para una buena gestión hay que desarrollar y fidelizar audiencias constantemente. El Centro logra impactos sostenibles priorizando la programación dirigida al público joven: niños y adolescentes. La evolución de las TIC, principalmente las redes sociales, la pobreza infantil, la violencia intra- y extra hogar y las adicciones hacen que niños y jóvenes sean cultural y socialmente vulnerables. La cultura contribuye a reducir la vulnerabilidad y fortalece la cohesión comunitaria. Invertir en educación artística de la juventud es hacerlo para los futuros ciudadanos. Para ello hay que priorizarlos trabajando en coordinación con las instituciones educativas.
Programáticamente, el Centro Cultural tiene muchos temas pendientes: artísticos, culturales, políticas, cultura afro-uruguaya, gastronomía, ciencia, etc. Pero hay que ser cautelosos y no pretender abarcarlo todo. No es necesario, apropiado, ni posible incluirlos todos. Es inclusive conveniente no dispersarse demasiado.
"La política cultural
como una gran política social,
como una política social de primer nivel".
G. Carámbula, 2015
Para G. Carámbula "La cultura no ha dejado de ser marginal en la agenda de los grandes temas de la nación y, en buena medida, ello obedece a una no asunción de las obligaciones públicas". Las raíces culturales de la inseguridad, la marginalidad y la pobreza han sido demostradas. Sin embargo, "A pesar de su importancia, la cultura es todavía un tema secundario en los debates electorales. En la actual campaña (electoral) se observó que los programas (políticos) valoran la cultura, pero no la consideran central en su discurso" (Julio Brum --periodista--). Un atarea para artistas y gestores culturales es hacer lobby a decisores y políticos para influenciar las políticas públicas culturales.
El centralismo cultural montevideano es un tema en debate. "Históricamente ha habido una visión 'Montevideo-céntrica' de los aspectos culturales, y en esa ciudad están ubicados los escenarios centrales de la actividad cultural y económica del país" (G. Carámbula). Un hecho que, como afirma Enrique Aguerre --artista visual, Director del Museo Nacional de Artes Visuales-- sorprende, ya que "la mayor parte de los artistas más destacados no son de Montevideo".
La descentralización cultural es ampliamente aceptada como un objetivo deseable en las políticas públicas culturales. Sin embargo, decisores y gestores culturales no han consensuado su significado. ¿Es una transferencia de autoridad y ejecución de políticas culturales? ¿O es sólo "desconcentración" con redistribución de tareas en el territorio? Las estrategias ensayadas para descentralizar han sido, primero, "llevar cultura" al interior del país circulando eventos, como muestras de obras de arte del acervo museístico capitalino y espectáculos programados y organizados desde Montevideo. Segundo, se insiste en instalar centros culturales --anteriormente llamados Centros MEC, hoy Centros Culturales Nacionales (CCN)-- en el interior. Para el MEC descentralizar es colocar la política cultural de la DNC para que las intendencias y municipios la ejecuten. "El programa de CCN es de la DNC. Los Centros, primero, se hacen de acuerdo con los gobiernos departamentales y los municipios. Si no quieren, no se hacen. Ellos eligen el lugar que es de ellos. Segundo, son escenarios de aplicación de las políticas culturales de la DNC. No tienen una agenda aparte" (Da Silveira). ¿Es eso descentralizar la cultura? La DNC intenta coordinar sus institutos con las direcciones de cultura departamentales con la Red Nacional de Direcciones de Cultura. Además del reconocimiento a algunos artistas, y apoyos al teatro, se requiere el empoderamiento de artistas, creadores, gestores y activistas culturales del interior.
Las políticas culturales centralistas están fuertemente apuntaladas por los medios de prensa nacionales. Los centros culturales y los creadores de fuera de Montevideo libran una lucha constante para lograr escasos espacios en los medios de difusión nacionales. La historia no es contada en las redes sociales. Estas se limitan --atención máxima de 30 segundos-- a difundir titulares. Los medios de comunicación tradicionales --radio, prensa escrita, TV-- son los que cuentan la historia y "el que mejor cuenta la historia es quien crea cultura". En la medida en que el interior tiene limitado acceso a los medios de comunicación no está creando cultura.
"El dinero es parte de la ecuación,
hacer arte no es gratis"
Mariana Wainstein
--gestora cultural,
Directora Nacional de Cultura--.
Los recursos para la cultura, provenientes del estado y algunos de empresas privadas, son escasos. La cultura independiente depende, cada vez más, de los fondos concursables del Estado y otras fuentes --embajadas, fundaciones, bancos--. Estos fondos, normalizados como mecanismo de financiación cultural, desafían a artistas, creadores y gestores a competir por recursos financieros. Los artistas y gestores no están concientizados --aceptación de los fondos--, ni capacitados --preparación de propuestas--, para concursar. Asimismo, se requiere informar y capacitar a empresarios y contadores del sector privado sobre los mecanismos para aportar a la cultura así como mejorar los incentivos --leyes y normativas de mecenazgo-- para conseguir más recursos para su financiación.
"Si la ilustración del pueblo es una meta,
no podrá ser para hacerlo más apto
para recibir de los medios
la andanada alienante que lo
transforma en una masa gris y dócil".
M. Á. Pareja.
La tecnología es a la vez un propulsor y un indicador del avance social. El desarrollo tecnológico siempre desafió la cultura. Con la introducción de teléfonos inteligentes, internet, redes sociales y, más recientemente, Inteligencia Artificial, la tecnología se ha vuelto más relevante. El acceso al entretenimiento que ellas facilitan es una competencia con las actividades culturales tradicionales. La tecnología nos interpela con un dualismo cultural. Por un lado, puede aportar a la cultura --arte y educación-- como herramienta complementaria y, por otro, amenaza con el posible enajenamiento cultural del individuo. Hagamos como Clemente Estable --científico y pedagogo-- recomendaba "progresar es innovar conservando lo que sirve".
La evolución tecnológica ha colocado a disposición de decisores y gestores herramientas digitales que facilitan la comunicación, la gestión de información y la coordinación inter-institucional. Recientes declaraciones de ONU han puesto a la cultura como pilar fundamental del desarrollo sostenible y exhortado a los gobiernos a tenerla en cuenta. La renovación de autoridades ejecutivas y legislativas nacionales en marzo de 2025 abre una ventana de oportunidad para revisitar y actualizar las políticas públicas culturales. El Centro Cultural Miguel Ángel Pareja, integrante del Tercer Sector junto a otras instituciones de la sociedad civil, aporta a la cultura nacional al igual que el sector privado y el Estado. Se requiere liderazgo, coordinación y trabajo mancomunado entre los estamentos sociales.
Recientemente hemos propuesto dar un paso hacia el sistema nacional integrado de cultura conformando un "Hub Cultural". Un "puente cultural que vincule instituciones, actores --artistas, creadores, decisores, gestores-- y estamentos de la sociedad --estado, privados y tercer sector-- e integre a todo el territorio nacional". "Todos estamos en la misma; unámonos para que haya más emprendimientos culturales que le hacen bien al país".
Nota
1 Versión de prensa de un documento interno del CCMAP.
Mario R. Pareja es Ing. Agr., M.Sc., Ph.D., Secretario Ejecutivo Centro Cultural Miguel Ángel Pareja Las Piedras, Canelones
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias