Montevideo, hablemos claro. Esteban Valenti
24.03.2025
El 11 de mayo los montevideanos elegiremos un nuevo gobierno departamental, los alcaldes de nuestros municipios, los ediles y los consejeros. Pero sobre todo definiremos el rumbo de nuestra querida ciudad por 5 años, que en estos tiempos y con los cambios que se han producido en el país, con el gobierno progresista y en la región, son especialmente importantes.
Todos sabemos qué en la capital, los cambios, el impacto en la situación política, social, cultural y de los diferentes servicios, dependen no solo de la intendencia pero también del gobierno nacional. Deberíamos asumir que la responsabilidad que nos corresponde como electores es que nuestra ciudad es el primer lugar turístico del país y sobre todo que en cierta manera le pertenece a todos los uruguayos, porque es donde viajan con más frecuencia y es la capital de todos los uruguayos. Y esa es una enorme responsabilidad.
Hay muy altas posibilidades que nuevamente gane la izquierda, como lo viene haciendo desde el año 1989, desde hace 36 años. Es obvio que en esta previsión, no muy arriesgada por cierto, juegan los factores políticos-ideológicos, Montevideo es mayoritariamente de izquierda, para votar se tiene en cuenta la suma de los gobiernos del FA y no solo el último y, sobre todo se considera cuidadosamente las alternativas de los partidos de la derecha unida.
La izquierda uruguaya puede exhibir como un gran mérito, la consolidación de una base político-ideológica-cultural tan sólida en la capital y en la zona metropolitana.
En Italia, varias ciudades que fueron baluartes de Partido Comunista Italiano y de la izquierda desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, pasaron a ser gobernadas por alianzas de la derecha.
¿Por qué? Muy simple, la gente se cansó de votar por razones política-ideológicas y priorizó sus condiciones de vida concretas, la calidad de los servicios, el estancamiento y la falta de objetivos ambiciosos, la falta de renovación. El continuismo dejó de ser una virtud.
Montevideo está al borde. En el balotaje el FA obtuvo el 56.92% de los votos y actualmente, a dos meses de las elecciones tenemos un 43% de intención de voto. Las pésimas candidaturas de la oposición, en primer lugar, un ex ministro del MIDES que fue directo responsable del fracaso de las políticas sociales en los barrios, que solo vive agazapado para criticar, pero no propone nada más que el cierre de TV Ciudad y que para colmo vive en un barrios privado y cercado: La Tahona, no logra acumular el 14% de los votos del FA están en dudas, hasta ahora y dudo que gane los votos dudosos. Los otros dos candidatos casi no cuentan en las elecciones pero, refuerzan el plan de los blancos de consolidar su liderazgo y deglutirse a sus socios.
Pero es una tragedia política, anímica y cultural conformarnos con este panorama. Es mucho peor que dormirnos en los laureles, es dormirnos en la decadencia de la ciudad, en la mugre, en la iluminación totalmente insuficiente, en el tránsito y el transporte en bajada constante, en proyectos fallidos, como las ciclovías en la rambla y en 18 de julio. Es confiar en el descarte, votamos por el menos malo y además porque para un gobierno nacional del FA sería una tragedia una capital en manos de la oposición.
Estamos obligados a realizar un balance, de eso no nos salva nadie, como método crítico para avanzar. Cada vez que la izquierda renunció a esa condición básica de su propia existencia como fuerza de transformación, retrocedió e hipotecó su presente y su futuro.
No podemos cobijarnos en las críticas de la oposición en Montevideo, para justificarlo todo, ni siquiera en la discriminación del gobierno nacional con el manejo de los fondos para las intendencias y la discriminación hacia la capital, hay que mirarnos despiadadamente al espejo y queremos conocer TODOS los números.
¿No se hizo nada? Sería un absurdo y una falsedad. Se han hecho muchas cosas, pero que sumadas no muestran en absoluto una ciudad, pujante, en cambio, que afronta los nuevos tiempos y sobre todo donde la inmensa mayoría de su población vive mejor. Y me refiero a los servicios y a la estructura urbanística y su programación hacia el futuro, que ya está aquí.
Tenemos que comparar, y compararnos con nosotros mismos, aunque sea incómodo. Si se piensa que en Canelones desde el 2005, al 2025, se pasó de 15 mil luminarias a 80 mil, tenemos una referencia y que de una plaza de deportes pasaron a 17 plazas y sobre todo que el departamento, que es grande y diversificado, que tiene muchas zonas diferentes, le encontró la vuelta a la limpieza y basta pasar por cualquiera de sus puntos y darse cuenta que está limpio en una dimensión que Montevideo desconoce, están perfectas las señalizaciones de las veredas y las, calles, la señalética, que las plazas son impecables. Si alguien tiene dudas compare con la plaza de Las Piedras y las nuestras.
No se trata de retoques, sino de un conjunto de avances vivibles, visibles, comparables. Y en el año 2005 cuando asumió el primer gobierno del FA tenían 37 pesos en la caja, deudas por tres presupuestos completos y cinco camiones recolectores de basura, ahora superan los 80, un gran parque de maquinaria propia y hace muchos meses que tiene superávit fiscal.
Canelones tiene cien festivales y actividades culturales cada año, organizados o apoyados por la Intendencia, sin discriminar su apoyo en todos los sectores a quien gobierna cada municipio. Están dentro del presupuesto...
Basta de justificar la mugre en las calles, la ciudad implacablemente grafiteada, con que los montevideanos somos mugrientos, no es cierto y si lo fuera, las autoridades están obligadas a resolver los problemas de cualquier manera. Lo que pasa es que la mugre llama a la mugre, la banaliza. Como la cantidad de gente viviendo en la calle, nos acostumbra despiadadamente a esa barbaridad, que notoriamente no es responsabilidad de la Intendencia sino es uno de los impactos del fracaso de la política del gobierno de la Coalición de derecha. Pero la Intendencia de Montevideo debe participar en las soluciones, que no son simples.
Queremos, exigimos un cambio profundo y rápido con la basura, con los grafitis, con las veredas en pésimo estado, con la señalización y la desprolijidad en las calles, de todos los barrios, sin discriminación alguna.
Una transformación radical de todo el sistema de transporte, no retoques, algo a la altura de los nuevos problemas metropolitanos, sabiendo que esto involucra el gobierno nacional y las dos intendencias, de Montevideo y Canelones. No simples retoques, parches, necesitamos un nuevo diseño funcional y urbanístico de vanguardia. Una columna vertebral.
La energía eléctrica es cara, lo sabemos y Montevideo, tiene muchos árboles, pero voy a dar un solo ejemplo, Bulevar España, tiene desde hace muchos años una iluminación misérrima y así casi todo. Vayan por Avenida Italia y comparen con avenidas similares en Canelones. Todos sabemos que la iluminación además de ser un elemento de confort, de calidad de vida, es de seguridad.
Hay que encarar con urgencia la renovación del caño emisor y su estructura de apoyo, que tiene un desgaste muy importante que ya se nota en las playas de Montevideo. Hay que renovarlo con urgencia, no esperar que nos explote y tentar resolverlo a puro pico.
Se han hecho cosas en la Ciudad Vieja, pero estamos muy muy lejos de valorizar como corresponde la parte más hermosa de la capital, por su edificación, por su historia, por su ubicación geográfica. Las medidas adoptadas deben ser radicales y oportunas. Rápidas, no cuando el cierre de locales comerciales y la decadencia de edificios sea irreparable.
No puede ser qué en más de 50 años, 36 de los cuáles con nuestros gobiernos del FA, no hayamos resuelto el destino de lugares estratégicos de la rambla de Montevideo: el gasómetro y el edificio adjunto y el ex deposito de carbón de la compañía del gas, así como afrontamos y resolvimos desde el Ministerio de Vivienda (la Agencia Nacional de Vivienda) y nos libramos del cantegrill vertical del CH20 en plena rambla.
¿Al gasómetro no podamos darle otro destino que el óxido y el abandono? Lo mismo podría decirse del ex Hotel Nacional (ex Facultad de Humanidades y Ciencias) y el enorme edificio de la Carlos Neri.
Para no hablar de la vergüenza de la Estación Central, su enorme playa de maniobras y las barracas que la limitan. Pasar por el magnífico puente nuevo que lleva a los accesos y ver ese panorama es desmoralizador. No sucede en ninguna ciudad.
El tema del pavimiento, comienza a ser problemas en muchas avenidas y calles de Montevideo, de todos los barrios, no podemos dejar que las situaciones exploten, debemos tener un plan a corto, mediano y largo plazo para no solo hacer el mantenimiento básico, sino emprender soluciones de fondo con el pavimento. Y pavimentar en nuevos barrios.
Lo que necesitamos es, además de conocimiento de urbanismo, es imprescindible mucha, mucha imaginación, creatividad, ideas bien planificadas y un nuevo espíritu que comprenda a fondo que no daremos un salto importante hacia delante de todo el país, si su capital estás anclada en la parálisis y la decadencia.
No necesitamos ni queremos que la Intendencia de Montevideo sea un pasaje hacia una candidatura presidencial, ya lo prometieron y quedó por el camino, necesitamos trabajo comprometido, muchos trabajo con un buen equipo por 10 años consecutivos.
Yo voy a votar al que me demuestre mayor capacidad profesional y política, experiencia y empuje y propuestas inteligentes y articuladas con el conjunto, eso es lo que refuerza a la izquierda y sobre todo nos asegura que viviremos mejor.
Esteban Valenti.
Trabajador del vidrio, cooperativista, militante político, periodista, escritor, director de Bitácora (www.bitacora.com.uy) y Uypress (www.uypress.net), columnista en el portal de información Meer (www.meer.com/es) y de Other News (www.other-news.info/noticias).