Ladran, Sancho, señal de que cabalgamos

Pablo Mieres

09.12.2018

Apenas se hizo público que el Partido Independiente avanzaba en acuerdos con diversos sectores provenientes del Frente Amplio y del Batllismo y cuando aún no había nacido LA ALTERNATIVA, surgieron diversas voces señalando supuestas intenciones políticas ajenas a la propia iniciativa.

Unos diciendo que esta iniciativa tenía por objetivo ayudar a que el Frente Amplio alcance su cuarto gobierno y otros señalando que era una jugada de los partidos tradicionales para "robarle" los votos al Frente Amplio.

Estas voces se han hecho más fuertes particularmente en el sector "sanguinettista" del Partido Colorado, en donde varios dirigentes han dedicado columnas de opinión y, más recientemente, incluso, el propio Julio M. Sanguinetti ha dedicado algunas referencias críticas y además muy pobres, lo que sorprende tratándose de una figura con la trayectoria del expresidente.

Incluso hemos leído algunas manifestaciones enojadas exigiendo, como si tuvieran derecho a hacerlo, que nos definamos adelantando nuestra decisión en la eventualidad de una segunda vuelta.

Reconocemos que nos ha sorprendido la reiteración y virulencia de las posturas que han emergido reclamando tal definición. No hay duda de que son un indicador evidente de que les preocupa LA ALTERNATIVA.

Es más, si encima registraron que, apenas surgida esta opción, LA ALTERNATIVA ya recoge en alguna encuesta un porcentaje llamativamente alto, el temor y la preocupación deben ir en aumento.

Pues bien, para todos ellos tenemos una muy mala noticia. LA ALTERNATIVA llegó para quedarse y además no trabaja para nadie más que para la ciudadanía y para el mejor futuro del país. No estamos al servicio de ninguno de nuestros adversarios y estamos decididos a convencer a todos los ciudadanos de que somos efectivamente la mejor alternativa para gobernar.

Hay algunos que ya asumen fatídicamente su fracaso y adelantan resultados. Es más, dicen quién es su candidato y adelantan a quién votarán en noviembre del año próximo. Allá ellos con su postura y su falta de confianza en sus propias fuerzas.

Otros, en la desesperación por el fracaso de su propia iniciativa, reclaman "a voz en cuello" la necesidad de unirse preelectoralmente como un requisito de triunfo, pregonando la supuesta homogeneidad de lo que ellos llaman el "bloque opositor".

Finalmente, otros nos descalifican indicando que somos una "pieza" más de los intentos "rosados" de recuperar el gobierno y desplazar al Frente Amplio.

Recién empezamos y ya generamos todas estas reacciones. Es realmente muy auspicioso porque demuestra hasta qué punto nuestra presencia es relevante y preocupante para todos nuestros adversarios.

Nosotros construimos esta alternativa para disputar el gobierno, estamos convencidos de que el Frente Amplio está agotado, no tiene capacidad de resolver los principales problemas que nuestro país tiene pendientes, ni en educación, ni en seguridad, ni en empleo, ni en competitividad del aparato productivo, pero, además, han claudicado en materia de transparencia y afirmación de la ética en la política.

Lo hemos dicho con contundencia una y otra vez y lo seguiremos diciendo. Hay que cambiar este país y, para eso, hay que sacar al Frente Amplio del gobierno.

Hemos sido contundentes en nuestras críticas al actual gobierno. Hemos interpelado por el fracaso educativo y por la falta de transparencia en la construcción del Antel Arena. Hemos investigado con honestidad y exigencia sobre los horrores de ANCAP y las enormes irregularidades de ASSE y la regasificadora. Hemos intentado investigar en el Parlamento sobre los negocios en Venezuela y el caso de Envidrio. Hemos presentado denuncias ante la Justicia que permitieron dar luz sobre vergonzosos comportamientos corruptos de jerarcas del actual gobierno.

Hemos presentado numerosos proyectos de ley, particularmente para aumentar los controles del Estado sobre la gestión de los gobernantes.

Nadie puede decir que hemos sido condescendientes con el Frente Amplio; pero eso no significa automáticamente validar la propuesta de los partidos tradicionales.

Conocemos la trayectoria de blancos y colorados en el gobierno nacional. Sabemos, porque los vivimos, de sus "amiguismos", de su clientelismo y de varios hechos de corrupción que "salpicaron" e implicaron a sus gobiernos. Es más, también vimos cómo defendieron a sus corruptos y evitaron que los sancionaran.

Por eso decimos que queremos un cambio hacia el futuro, un cambio hacia adelante.

Por otra parte, este es tiempo de competir. Es tiempo de que cada partido proponga y presente ante la ciudadanía sus propuestas. Nosotros las tenemos. Hemos trabajado durante todo el 2018 en los equipos técnicos del Partido Independiente y tenemos redactado un documento extenso y concreto sobre los planes y propuestas que queremos ofrecer al país.

El que diga que sólo criticamos y no tenemos propuestas, está faltando a la verdad. En los próximos meses ajustaremos nuestra propuesta incorporando los planteos y miradas del resto de los compañeros que integran LA ALTERNATIVA y antes que los demás partidos presentaremos nuestro programa de gobierno.

Queremos estar en la definición electoral del año que viene y no estamos dispuestos a acordar con nadie antes de que la ciudadanía manifieste sus preferencias en octubre de 2019. Estamos dispuestos a debatir con todos nuestros adversarios, buscando demostrar nuestras diferencias y sin miedo a reconocer acuerdos o coincidencias. Es por ello que ha sido Fernando Amado, integrante de LA ALTERNATIVA, el que ha propuesto la obligatoriedad de los debates, porque queremos debatir en profundidad y exigencia.

Este es el tiempo de la competencia. Es el tiempo de dar razón de por qué le pedimos a la gente el voto, es el tiempo de recuperar la confianza de los ciudadanos en la política y de construir una nueva esperanza. Es el tiempo de sumar voluntades detrás de lo que consideramos el mejor proyecto político para el país de los próximos tiempos.

Estamos seguros de que ninguno de los partidos que competimos en esta elección tendrá respaldo suficiente para gobernar solo. Se termina el tiempo del gobierno de un solo partido y se abre un tiempo de acuerdos y coaliciones. Lo tenemos muy claro, pero ello será después de octubre, hasta esa fecha es tiempo de competencia y a eso dedicaremos todo nuestro esfuerzo.

Cuando llegue esa fecha, que nadie lo dude, no nos mantendremos al margen de una definición en la que estará en juego el futuro del país. Es más, buscaremos disputar la definición con el apoyo del voto ciudadano y, si no fuera así, tendremos nuestra definición.

Mientras tanto, "ladran, Sancho, señal de que cabalgamos".

Pablo Mieres
2018-12-09T08:12:00

Pablo Mieres

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